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La fiesta más chic del verano con el glamour de los nuevos cachorros de la jet marbellí
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The Legendary Party

La fiesta más chic del verano con el glamour de los nuevos cachorros de la jet marbellí

The Legendary Party estaba organizada por el príncipe Hubertus de Hohenlohe y el empresario Julián Porras-Figueroa

Foto:  Scilla y Brianda, en la fiesta. (RR.SS.)
Scilla y Brianda, en la fiesta. (RR.SS.)

The Legendary Party se ha convertido en Marbella en el fiestón que marca el ecuador del glamour en verano. Dos personajes como el príncipe Hubertus de Hohenlohe y el empresario Julián Porras-Figueroa son los encargados de conseguir que, por una noche, el patio del hotel Marbella Club se convierta en el espejo de lo que fue la Marbella de Alfonso de Hohenlohe y las emblemáticas fiestas de relumbre que allí se celebraban.

Hubertus, en una entrevista concedida a Vanitatis, explica que “es casi un deber intentar revivir aquella época dorada y convertir Marbella de nuevo en el lugar más glamuroso de toda la geografía española”. Julián, esposo de Olivia de Borbón, puntualiza que el 9 de agosto “ya está marcado en los calendarios como el día en que todos los amigos tenemos cita obligada en Marbella. Este año ha sido un auténtico éxito, con nada menos que 300 invitados”.

Entre la larga lista del convite estaba la nieta de la duquesa de Alba, Brianda Fitz James Stuart, junto a la princesa italiana Scilla Ruffo di Calabria y Cristina Tosio. Las tres féminas fueron las encargadas de que todo el mundo bailara hasta el amanecer en una noche de terral en la que los termómetros rozaron casi los 40 grados. Otros que no quisieron perderse el evento musical fueron Jaime Martínez-Bordiú y su mujer, Marta Fernández, Fernando Martínez de Irujo, Paloma Segrelles, Begoña García Vaquero, Alejandra Alemán, Raquel Bernal, Victoria Junot, Juan Peña, Sonia González, los condes de Jordana, la marquesa de Murrieta, los marqueses de los Álamos del Guadalete, el marqués de Santo Domingo, Carlos Franco y Suances, Luis García Fraile o la princesa Kassia de Katar y Los duques de Sevilla.

Todos ellos estaban encantados con la música de Brianda. La nieta de la duquesa de Alba tiene una sensibilidad especial y ha heredado el espíritu artístico de su abuela. Bien lo demuestra componiendo sus propios temas o diseñando álbumes como 'Mi universo creativo', un libro que ha publicado este verano con la editorial Lunwerg y que contiene imágenes de plantas, animales, arte y mitología. “Este es un libro de libros, en el que cada lámina abre una historia, como si de 'Las mil y una noches' se tratara”, comenta Brianda. A su lado, otra noble pinchando: Scilla Ruffo di Calabria, uno de los linajes más antiguos de Europa, sobrina nieta de la reina belaga Paola y heredera de Siggerio Ruffo. Scilla, hija del príncipe Augusto Ruffo di Calabria y de la princesa Irma de Windisch-Graetz, es toda una eminencia en las pistas de baile de Milán y así lo demostró en 'El Patio'. La aristócrata disfrutó de lo lindo con su familiar Olivia de Borbón, que fue quien convenció a la princesa italiana de que pinchara en la cuarta edición de esta fiesta marbellí.

Un guateque de amigos chic

The Legendary Party es uno de los acontecimientos más esperados en las largas listas de las fiestas del estío en Marbella y nadie quiere perdérselo. Solo un Hohenlohe es capaz de devolver a Marbella el aire chic que corría por las venas de su padre, el príncipe Alfonso, y su glamour centroeuropeo: “Me encanta ver así lo que fue la casa de mi padre”, nos dice lleno de júbilo el príncipe Hubertus.

El hijo de Ira de Fustemberg fue el perfecto anfitrión junto a su mujer, Simona Gandolfi. Los dos se convirtieron en el epicentro de la fiesta sin dejar de bailar un solo momento. En los últimos veranos, Hubertus ha rescatado 'El Patio', el ágora del hotel con más glamour de Europa, como lugar de encuentros. Se siente más cerca del pasado de su padre de esta manera. “Estos muros eran de la finca de un pastor que mi abuelo compró y que mi padre convirtió en hotel. Por eso me ha encantado revitalizarlo y darle esta alegría por las noches. Muchos me dicen que he conseguido recuperar lo más chic de años atrás”, dice. Y está claro que The Legendary Party es un ejemplo de ese 'rescate de la nobleza' en una Marbella que empieza a perder esa esencia.

Son ya cuatro años los que lleva celebrándose lo que algunos denominan ya el evento del verano. Su artífice, Julián Porras, alma máter de este 'guateque de amigos', precisa a Vanitatis que “fue el conde Rudy el que me sugirió que hiciéramos esta fiesta hace años. Asi que retomé la idea y aquí estamos, imparables. Este año más contento aún porque mi esposa Olivia el año pasado no pudo venir porque estaba embarazada y este año la tengo aquí conmigo”. Su esposa, Olivia de Borbón, quien estaba encantada de formar parte de esta velada tan especial, disfrutó con la presencia de su padre el duque de Sevilla, de quien heredara el título de duquesa. Paco de Borbón disfrutó con todos los presentes de la época dorada de Marbella y felicitó a sus hijos por el evento.

La familia bella de sangre azul

Hubertus y Simona han contraído matrimonio hace unos meses. El aristócrata cuenta a Vanitatis que está feliz aquí con su familia. Marbella es parte de su vida “y fíjate”, nos dice, “que fue un pinchazo de una rueda lo que trajo a mi familia al sur. El Rolls Royce de mi abuelo Max pinchó cuando viajaba a Sevilla con mi padre Alfonso de Hohenlohe, lo que motivó que se desviaran a Marbella. Mi abuelo se enamoró de este pueblo y compraron en 1946 una finca por 120.000 pesetas donde construyeron Santa Margarita, que es la base de lo que ahora es Marbella Club y donde hoy estamos”.

La mezcla de personajes que se dejan ver en las fiestas del 'El Patio' es de lo más variopinta y responde al reflejo de la nueva Marbella en la que se dan cita artistas, futbolistas y aristócratas fusionados con rusos y árabes. “Mucho nuevo rico”, como dice Hubertus, al que le gusta parafrasear latiguillos como “tienes que tener mucha clase para no caer en una trampa que se llama exceso”. Al aristócrata le gusta llevarse bien con todo el mundo. “Mi padre con este hotel ha dado de comer a mucha gente y por eso estoy convencido de que si se hubiera presentado a alcalde habría ganado. Eso debería ser la política, en definitiva. Marbella ha sobrevivido a todo a pesar de los daños. La gente sigue apostando por esta ciudad. A este lugar se le recuerda todavía por la labor del príncipe Hohenlohe”.

Este ritmo de vida frenético que lleva el noble no sería posible sin su compañera de senda, Simona Gandolfi, su eterna alma gemela con la que comparte camino desde hace más de 25 años. Entre las invitadas a The Legendary Party lucía una nueva princesa: la nueva y recién estrenada Rachele Gandolfi, que desde el año pasado, cuando cumplió su mayoría de edad, pone el punto más 'cool' en cualquier evento que se precie. La heredera del clan Hohenlohe, vestida de negro con tules transparentes y con un look ultramoderno y glamuroso, acaparó las miradas de propios y extraños en una fiesta donde los nuevos cachorros de la jet empiezan a hacer su aparición con entidad propia. Rachele ha sacado las aficiones de su madre y le encanta el diseño. En la boutique del interior de Marbella Club, donde tienen la firma 'Amen', las dos disfrutan de las creaciones de las Gandolfi y la han convertido en un lugar de referencia dentro de la originalidad y de las nuevas tendencias.

The Legendary Party se ha convertido en Marbella en el fiestón que marca el ecuador del glamour en verano. Dos personajes como el príncipe Hubertus de Hohenlohe y el empresario Julián Porras-Figueroa son los encargados de conseguir que, por una noche, el patio del hotel Marbella Club se convierta en el espejo de lo que fue la Marbella de Alfonso de Hohenlohe y las emblemáticas fiestas de relumbre que allí se celebraban.

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