Si Cayetana de Alba levantara la cabeza (y opinara sobre el libro de su hijo)
La pregunta del millón, tras las revelaciones de Cayetano Martínez de Irujo en su libro, que ha revolucionado mediáticamente a la familia Alba, es qué pensaría
La pregunta del millón, tras las revelaciones de Cayetano Martínez de Irujo en su libro, que ha revolucionado mediáticamente a la familia Alba, es qué pensaría la matriarca de la saga de esta decisión. Y la respuesta que dan los que la conocieron es que la duquesa ya estaba al cabo de la calle. Ella misma escribió sus impresiones familiares hace unos años en las que también descubría algunas de las facetas mas personales de sus hijos pero sin incidir en los aspectos complicados. "A mi madre la han mentido toda la vida porque nadie se atrevía a decirle la vedad. ¡Que no quiero discutir!, era su respuesta”, cuenta Cayetano en sus memorias.
Según a quién se pregunte del círculo mas cercano a la duquesa de Alba, las opiniones son muy diferentes. El grupo sevillano no está nada de acuerdo con la manera en la que el hijo jinete ha hecho su catarsis. Y menos aún con ciertas informaciones sobre la rápidez con la que el dinero volaba del palacio de Dueñas.
"Alfonso me contó que guardaba el dinero en la mesilla, y el dinero desaparecía a una velocidad de vértigo, cuando ellos apenas salían. Como no entendía el motivo por el que los billetes parecían evaporarse, optó por comprar una pequeña caja fuerte, que escondió en la chimenea". Aseguran que este comentario, igual que el párrafo referido a los dos millones de pesetas que desaparecieron del palacio madrileño, "a Cayetana no le habría hecho gracia. Este tipo de cosas lo consideraba chismes y no le gustaban".
Tampoco habría aprobado la crudeza de algunos capítulos referidos a la falta de cariño que Cayetana brindó a sus hijos porque consideran que "eran otros tiempos. Cayetano no puede culpar de los desaciertos vitales a su madre. Los trapos sucios hay que lavarlos en casa", dicen en Sevilla.
En Madrid, a la duquesa no le quedaba círculo íntimo y, por lo tanto, los que la conocieron se ponen de parte del hijo: "Tiene todo el derecho a contar su vida y si esto le ha servido como terapia, bienvenido sea. Las personas pueden reinventarse".
Malos rollos y herencia
La mayoría de la gente que ha tratado a los miembros de la saga, incluida la prensa, sabía de esos malos rollos que se agudizaron cuantos más años iba cumpliendo la duquesa. Y más aún con la llegada de Alfonso Diez y la donación en vida de la herencia, que aumentó ese malestar entre el duque de Arjona y sus hermanos.
Dicen que tampoco le habría gustado cómo cuenta el jinete sus inicios con Genoveva, del embarazo y de cómo resolvió situaciones similares anteriores. De hecho, la duquesa desde el principio quiso que esa relación funcionara y adoraba a sus nietos Luis y Amina.
Al final de sus años tampoco le importaba mucho que hicieran declaraciones a la prensa, menos cuando tuvieran que ver con Alfonso Diez, su tercer marido. Era muy consciente de la incidencia que tenía mediáticamente cualquier noticia relativa a las intimidades de la Casa. Solía relativizar los desencuentros fraternales e incluso si tenía que defender a un colateral, lo hacía en detrimento de los suyos.
Pasó con Francisco Rivera hasta que el torero solicitó la custodia de la hija. Y lo mismo pasó con su primer marido, Luis Martinez de Irujo, el verdadero impulsor de la renovación cultural y agraria del ingente patrimonio de la Casa Alba. Encumbró a Jesus Aguirre como impulsor cuando la realidad llegó de la mano y el trabajo de Luis Sotomayor, padre de los seis hijos que tuvo el matrimonio.
A pesar de la crudeza del histórico vital de Cayetano Martinez de Irujo, la duquesa de Alba no se habría sorprendido. Más aún al saber que estuvo supervisado por el amigo leal: el periodista y académico Luis María Anson.
La pregunta del millón, tras las revelaciones de Cayetano Martínez de Irujo en su libro, que ha revolucionado mediáticamente a la familia Alba, es qué pensaría la matriarca de la saga de esta decisión. Y la respuesta que dan los que la conocieron es que la duquesa ya estaba al cabo de la calle. Ella misma escribió sus impresiones familiares hace unos años en las que también descubría algunas de las facetas mas personales de sus hijos pero sin incidir en los aspectos complicados. "A mi madre la han mentido toda la vida porque nadie se atrevía a decirle la vedad. ¡Que no quiero discutir!, era su respuesta”, cuenta Cayetano en sus memorias.
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