Gonzalo Caballero está de enhorabuena: recibe hoy el alta hospitalaria

Tres semanas y media, tres largas semanas. Ese es el tiempo que el diestro Gonzalo Caballero lleva hospitalizado en un centro médico capitalino, desde que el pasado 12 de octubre sufriera una gravísima cogida, en la plaza de Las Ventas.

Ahora, Gonzalo Caballero está de enhorabuena: mañana, 6 de noviembre, recibirá por fin el alta hospitalaria. Antes de abandonar el centro en el que está todavía ingresado, el diestro ha convocado una rueda de prensa para agradecer a todos los que durante estas semanas se han preocupado por su estado de salud. En dicha convocatoria de prensa estará acompañado, entre otros, del doctor García Padrós, del doctor Gandarias (jefe de la Unidad de Cirugía Vascular del hospital San Francisco de Asís) y del actual gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la C.A.M, el torero Miguel Abellán, quien días atrás le visitó junto a la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Una vez recibida el alta hospitalaria, Gonzalo Caballero deberá seguir un duro e intenso proceso de rehabilitación para así recuperar el tono y la fuerza de la pierna herida. Su idea es no parar un solo día, para lograr lo antes posible estar recuperado y volver a ceñirse nuevamente el vestido de luces, algo con lo que sueña desde que despertó de la anestesia.

Un buen susto

El joven torero hacía aquella tarde el que iba a ser su último paseíllo dentro de la temporada española. Significaba mucho para él, poner el broche de fin de campaña en la Monumental madrileña. Pero su apuesta se tornó pronto en tragedia, al ser prendido y herido de manera certera por el primer toro de su lote.

El animal le seccionó la femoral, además de causarle graves destrozos musculares en la pierna. El boquete que el pitón del toro le abrió en el muslo hizo temer lo peor. La sangre manaba del agujero a borbotones. Fue el doctor Máximo García Padrós, quien en la enfermería de la plaza logró detener la severa hemorragia y estabilizar al torero. Aquellos primeros momentos, cuando en los aledaños de la enfermería se fueron reuniendo los miembros de su cuadrilla junto con sus amigos y otros profesionales, se vivieron con gran preocupación.