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La baronesa Thyssen y su hijo Borja escenifican su enésimo distanciamiento
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FAMILIAS

La baronesa Thyssen y su hijo Borja escenifican su enésimo distanciamiento

Hace meses que madre e hijo no se dejan ver juntos. En el funeral de la infanta Pilar no se saludaron. Borja tampoco fue esta semana a la inauguración de la exposición de Rembrandt

Foto: Carmen Thyssen, en la inauguración de la exposición 'Rembrandt y el retrato en Ámsterdam', este lunes. (CP)
Carmen Thyssen, en la inauguración de la exposición 'Rembrandt y el retrato en Ámsterdam', este lunes. (CP)

El lunes pasado se inauguraba en el museo Thyssen la exposición 'Rembrant y el retrato en Ámsterdam 1590-1670', que presidió la baronesa, con la ausencia de su hijo Borja y su nuera Blanca. El matrimonio no solía perderse este tipo de convocatorias, y si por alguna razón doméstica no podían acudir los dos, uno de ellos hacía acto de presencia en representación del otro. Esta vez, Carmen Cervera no tuvo a su lado a su heredero. En su lugar, Francesca Thyssen, como patrona de la fundación, la amiga íntima Mercedes Salazar, el sobrino Guillermo Cervera, la consejera de Cultura de Comunidad de Madrid, Marta Rivera De la Cruz, y los responsables del museo y la comisaria de la muestra, Dolores Delgado.

Y esta soledad filial no es nueva. Sucedió algo parecido en la misa funeral de la infanta Pilar que estuvo presidida por los Reyes titulares y eméritos en la basílica de El Escorial. Madre e hijo acudieron por separado. Cervera, acompañada de su abogado Michavila, y la pareja B&B por su lado. No hubo saludo y una vez que terminó la liturgia religiosa, cada uno se marchó como había venido sin dirigirse la palabra.

La última vez que coincidieron en plan familiar fue el verano pasado en Marbella en un desayuno y un almuerzo en la terraza del Marbella Club, donde también estaba el padre biológico, Manuel Segura.

placeholder Uno de los cuadros de la exposición del Thyssen. (EFE)
Uno de los cuadros de la exposición del Thyssen. (EFE)

Borja y su familia no se alojaron en Mata Mua, la preciosa villa con vistas al mar. Prefirieron dormir en el yate alquilado y volver a Ibiza, donde el matrimonio pasa el verano en su apartamento, ubicado en una de las mejores urbanizaciones de la isla. Tampoco pasaron las Navidades juntos. Carmen Cervera en Sant Feliu con las mellizas Sabina y Carmen, y los Thyssen Cuesta y su tropa en Gstaad, la elitista estación de esquí suiza.

Testigos presenciales comentaban la mañana del funeral institucional esa desunión familiar tan extraña. La misma cuestión se planteó el día de la exposición ante la ausencia del hijo querido.

¿Cuáles son las razones por las que Borja no acompaña desde hace tiempo a su madre en este tipo de actos? Y más aún: ¿por qué no comparten actividades lúdicas con los cuatro nietos que, como abuela, sería lo habitual? ¿Por qué los hijos de los B&B no se relacionan con normalidad con las tías Sabina y Carmen? Las niñas tienen doce años, igual que Sacha, el nieto mayor de la baronesa.

placeholder Borja Thyssen y Blanca Cuesta, en el funeral por la infanta Pilar. (EFE)
Borja Thyssen y Blanca Cuesta, en el funeral por la infanta Pilar. (EFE)

La cuestión radica en que las relaciones entre Borja y su madre se podrían escenificar como una montaña rusa. Unas veces arriba, otras abajo (como ahora) y muy pocas veces equilibradas. A día de hoy se hablan poco y mañana puede ser que se dejen fotografiar en un restaurante de moda de Madrid. Así son.

placeholder José María Michavila y la baronesa Thyssen, en el funeral de la infanta Pilar. (EFE)
José María Michavila y la baronesa Thyssen, en el funeral de la infanta Pilar. (EFE)

Estas diferencias de última hornada tienen que ver con los procesos judiciales que mantiene el primogénito con Hacienda y donde la Fiscalía solicitaba prisión para él y su esposa. Carmen Cervera era partidaria de que fueran sus abogados los que le defendieran, e incluso de que se pactara, como han hecho otros personajes mediáticos. Borja no quiso ni oír hablar de ese cambio y los desencuentros eran más que habituales. Esa primera sentencia emitida el pasado diciembre absolvió al primogénito y de esta manera revocaba la opinión de la madre respecto a su defensa.

Temas económicos

Otro punto de fricción entre ellos tiene que ver con los temas económicos. En el año 2009, el hijo adoptivo del barón contaba en la revista '¡Hola!' la poca información que tenía sobre su parte de la herencia y la manera de gestionar el patrimonio. En esas fechas se enteró de que era beneficiario de parte de la colección privada Carmen Thyssen, que incluye cerca de mil obras de arte. En este sentido, Borja tendría voz a la hora de negociar con el Ministerio de Cultura y vender a particulares, pero parece que la baronesa prefiere hacerlo en solitario.

Diez veces se ha prorrogado la vigencia del convenio de cesión de las obras al Estado que acoge el museo Thyssen. La última moratoria termina el 31 de marzo.

Todas estas cuestiones más los desencuentros estrictamente familiares e íntimos convierten la relación madre-hijo en esa noria que sube y baja dependiendo de los vaivenes económicos y emocionales.

El lunes pasado se inauguraba en el museo Thyssen la exposición 'Rembrant y el retrato en Ámsterdam 1590-1670', que presidió la baronesa, con la ausencia de su hijo Borja y su nuera Blanca. El matrimonio no solía perderse este tipo de convocatorias, y si por alguna razón doméstica no podían acudir los dos, uno de ellos hacía acto de presencia en representación del otro. Esta vez, Carmen Cervera no tuvo a su lado a su heredero. En su lugar, Francesca Thyssen, como patrona de la fundación, la amiga íntima Mercedes Salazar, el sobrino Guillermo Cervera, la consejera de Cultura de Comunidad de Madrid, Marta Rivera De la Cruz, y los responsables del museo y la comisaria de la muestra, Dolores Delgado.