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Los yates de lujo, también de cuarentena: del de Tita en Barcelona al de Andic en Ibiza
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CRISIS MUNDIAL

Los yates de lujo, también de cuarentena: del de Tita en Barcelona al de Andic en Ibiza

Amancio Ortega tiene dos yates, uno en Sanxenxo y otro en Mónaco. El Mata Múa, de la baronesa Thyssen, está en Barcelona. El de Armani ha echado el ancla en Italia

Foto: Carmen Thyssen. (Getty)
Carmen Thyssen. (Getty)

Están los puertos llenos estos días, con miles de barcos atracados, atrapados en sus amarres, con la imposibilidad de salir. El de Palma, el de Ibiza, el de Barcelona y hasta el de Sanxenxo albergan en sus aguas las embarcaciones más caras del mundo. La crisis mundial no entiende de clases sociales y nadie puede salir a navegar con su yate o velero.

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Así que estos días hay tripulantes que siguen con sus tareas de mantenimiento justo en el momento en el que los barcos de recreo debían empezar a salir a navegar. Llega la Semana Santa, en este caso la Semana Santa cancelada, y nada se podrá hacer.

placeholder Nirvana, de Isak Andic. (Marine Traffic)
Nirvana, de Isak Andic. (Marine Traffic)

Amancio Ortega, por ejemplo, tiene dos yates de lujo, uno para sus salidas por el Mediterráneo y otro para navegar por aguas gallegas. El Drizzle, ‘yate mediterráneo’, está estos días en Mónaco. Esta embarcación de 67 metros de eslora y 11 de manga es la que suele usar la familia en vacaciones. Es la misma en la que el fundador de Inditex apareció en el 'Daily Mail' con su mujer, Flora Pérez, y la hija de ambos, Marta.

Construido en 2012, tiene tres camarotes dobles con camas separadas, tres camarotes individuales y una suite, zona para comidas en la parte inferior y en cubierta, cocina y una inmensa pantalla de cine. Además, incluye un espacio acomodado para la tripulación que puede llegar a estar compuesta por 18 personas.

Dos yates para un magnate

El otro yate del magnate, el Valoria B, está en Sanxenxo. El yate, de 47 metros de eslora, tiene tres cubiertas, cinco camarotes y espacio para 10 personas y nueve tripulantes. Ortega lo matriculó en España, con lo que es de pabellón español, lo que implica que paga sus impuestos en nuestro país, algo que no ocurre con todas las embarcaciones.

Del mismo pabellón es el Nirvana Formentera, barco de Isak Andic, fundador de Mango, la embarcación privada más grande de España. Hay que tener en cuenta que cuando se trata de grandes embarcaciones, muchas suelen tener banderas de países con una fiscalidad más laxa (se suele decir que son países con pabellones de conveniencia). Por eso podemos decir que el de Andic, que estos días está en el puerto de Ibiza, es el más grande: el velero cuenta con 53 metros de eslora y 11 de manga.

placeholder El yate Fortuna. (EFE)
El yate Fortuna. (EFE)

El Foners

El Fortuna, ahora llamado Foners, antiguo yate del rey Juan Carlos I, lleva años amarrado en el puerto de Denia, a la espera de que alguien lo compre. En Baleares está también el Tiketitoo, el gran velero de Alberto Palatchi, apasionado de la navegación. Diseñado por el argentino German Frers, el barco está en Palma. De 88 pies y diseño futurista, este impresionante velero apenas tiene en la cubierta una mesa y varios sillones, dejando el resto del protagonismo a los timones y la madera del suelo.

El barco que tampoco podrá moverse estos días es el Mata Múa de la baronesa Thyssen. Anclado en el puerto de Barcelona, el motovelero de acero cuenta con 38 metros de eslora y fue botado precisamente en Barcelona en 1991 (y reformado en 2004). Tiene una gran capacidad, cuenta con dos grandes salones, cuatro camarotes dobles y cabinas para siete miembros de la tripulación. Su interior fue diseñado por Lemmer y el barco ideado por Diana Yacht Design.

placeholder El Mata Múa, motovelero de la baronesa Thyssen. (EFE)
El Mata Múa, motovelero de la baronesa Thyssen. (EFE)

Otro de los yates que acostumbran a surcar las aguas baleares a partir de primavera es el Maine, de Giorgio Armani, barco atracado en La Spezia, Italia, sine die. Los invitados ilustres que pueblan la embarcación del diseñador, que suele recalar en Ibiza y Formentera en verano, tendrán que esperar, como todos, a que todo esto pase.

Están los puertos llenos estos días, con miles de barcos atracados, atrapados en sus amarres, con la imposibilidad de salir. El de Palma, el de Ibiza, el de Barcelona y hasta el de Sanxenxo albergan en sus aguas las embarcaciones más caras del mundo. La crisis mundial no entiende de clases sociales y nadie puede salir a navegar con su yate o velero.

Amancio Ortega