El día que Lola Flores pactó un desnudo con 'Interviú' (y nos creímos que era un robado)
La revista 'Interviú' vendió miles y miles de ejemplares y los pechos de la artista fueron motivo de debate para gente tan dispar como Paco Umbral o Alfonso Ussía
"No me duele que se haya quitado el sostén, sino que se haya quitado el Lazo de Dama de Isabel la Católica". Eso fue lo que escribió Paco Umbral tras ver, en la portada de 'Interviú' de septiembre de 1983, a Lola Flores como Dios la trajo al mundo. Otros reaccionaron de forma menos literaria tras ver la revista. Jiménez Losantos aseguraba que se había ido a América "para no ver" aquellas imágenes en una época en la que la globalización no era lo que es hoy. Otros expresaron una opinión que hoy probablemente nos sonaría a machismo trasnochado. Alfonso Ussía, por ejemplo, calificó los pechos de Lola como unas "domingas de la marisma, gemelas vendimiadoras (...) No hay en toda Andalucía proa con tantos ardores".
Entre la opinión y el chascarrillo del café, toda España se preguntaba lo mismo. ¿Cómo se habían hecho aquellas fotos? ¿Cómo fue posible ver a la folclórica entre folcóricas desnuda? Oficialmente, Lola no podía desnudarse. Pero aquellas instantáneas eran un pacto atado y bien atado; un posado que se pactó con la protagonista que parecieran fotos robadas por un paparazzo sin escrúpulos. En realidad, el autor era un profesional en nómina de la revista, Juan Carlos Teuma.
El centro de operaciones de aquella sesión histórica fue la piscina de Los Gitanillos, la casa de verano de la familia Flores en Marbella. Desde primera hora de la mañana hasta la caída del sol, el 'especial Lola' se convirtió en una una misión militar digna de una superproducción hollywoodiense. La artista aparecía tomando el sol ajena al 'robado' fotográfico y días después, cuando la revista llegó a los kioscos, su cuerpo en paños menores dejó boquiabierto a medio país.
Lola, protagonista absoluta de las imágenes, se mostró todo lo ofendida que había de mostrarse. En sus memorias, de hecho, siguió manteniendo la versión oficial. "Un dolor, oigan. Porque una está presentable, todo hay que decirlo (...) Pero el caso es que son unas fotos por las que yo no cobré ni un duro. Ni un puto duro, como se dice ahora, hablando mal y pronto. 'Interviú' le dio mucha importancia a la historia, y escribió cosas muy agradables, como si yo fuera patrimonio nacional o algo así (...) Pero las tetas eran mías, de una servidora (...) Es lo que siempre dije: 'Hombre, si me hubieran dado algo, una es fundamentalmente una artista, pues vale, adelante, en el banco lo habría ingresado para pagar alguna trampa (...) y al fin y al cabo lo que se han de comer los gusanos, que lo vean los cristianos'. Pero oigan, que no me dieron nada. Recuerdo bien que pasé muchos días de amargura y dolor".
Según contó la propia Lola, la revista le ofreció, unos años antes, una cuantiosa cantidad de dinero que ella rechazó al hablarlo con su hija mayor, Lolita. "Si lo haces, mamá, si te desnudas y además por dinero en una revista, ya sabes que me voy por esa puerta y no vuelvo a casa", escribió. Lo cierto es que 'Interviú' vendió centenares y miles de ejemplares de aquel posado robado y, a la semana siguiente, volvió a lanzar más fotos. Eran conscientes de haber encontrado la gallina de los huevos de oro.
La verdad del asunto se supo años después, cuando la propia revista dijo que las diferencias con la artista habían surgido porque ella era consciente de las imágenes y pedía tres millones más. Fue la propia Lola, en 1993, la que reconoció haber cobrado por las mismas. Tal y como revela el libro 'Lola Flores: el volcán y la brisa', la Faraona quiso ser clara diez años después de aquella publicación que decía haberla avergonzado. "Me pagaron, claro, me hacía falta, como a Lolita. Si me hacía falta y querían que saliera en la palestra, pues que me lo dieran, porque para eso venden ellos muchos ejemplares... Ahora no me interesa, porque ya te digo que no soy ambiciosa, pero si lo necesitara y me pagaran en una revista, por qué no", confesó.
Aunque los años y la miticidad que rodea a Lola Flores han suavizado aquella 'mentirijilla', el exdirector de la revista, Miguel Ángel Gordillo, aseguró hace un par de años que aquel había sido el reportaje "más difícil de pactar" de toda su vida. Teuma, el autor de las imágenes, también declaró hace unos años a 'La Otra Crónica' que "se pactaron diez millones de pesetas, ocho y medio para ella y el resto para mí y mi socio. Ella no quería cheques ni nada, lo quería en billetes, así que bajó el director de la revista, que entonces era el abogado catalán Eduardo Álvarez Puga, con un maletín. Antes de empezar las fotos, Lola, que tenía mucha gracia, me enseñó una teta: 'para que vea usted el material antes de comprarlo". Leyendo esas palabras, es difícil no ver aquella mentira que paralizó a todo un país como una nueva genialidad de una Lola de España en la plenitud de sus ocurrencias.
"No me duele que se haya quitado el sostén, sino que se haya quitado el Lazo de Dama de Isabel la Católica". Eso fue lo que escribió Paco Umbral tras ver, en la portada de 'Interviú' de septiembre de 1983, a Lola Flores como Dios la trajo al mundo. Otros reaccionaron de forma menos literaria tras ver la revista. Jiménez Losantos aseguraba que se había ido a América "para no ver" aquellas imágenes en una época en la que la globalización no era lo que es hoy. Otros expresaron una opinión que hoy probablemente nos sonaría a machismo trasnochado. Alfonso Ussía, por ejemplo, calificó los pechos de Lola como unas "domingas de la marisma, gemelas vendimiadoras (...) No hay en toda Andalucía proa con tantos ardores".