El fin de la 'luna de miel' de Enrique Ponce y Ana Soria: el torero dice basta
El torero valenciano, que firmó una buena tarde en Mérida, quiere acabar con la atención mediática que ha acaparado su noviazgo con la joven almeriense
En el argot periodístico, se conoce como 'serpiente del verano' a ese tema que se estira durante los meses de canícula en portadas y artículos porque a la gente le interesa y, también, porque no hay muchos más temas de los que hablar. El noviazgo de Enrique Ponce y Ana Soria ha sido una de esas serpientes, fuente inagotable de noticias acompañadas por fotos idílicas en atardeceres mediterráneos y cocodrilos hinchables. Pero de todo se cansa uno y el torero ha dado un golpe en la mesa y no quiere seguir alimentando el morbo.
Para ello ha tomado varias decisiones. La primera, retirar de su perfil de Instagram todas sus fotos con la joven almeriense. La exhibición romántica estaba haciendo daño a su entorno más directo y está en el empeño del torero, también de cara a la negociación por su divorcio, no provocar más escozor a la herida. Como explicó la periodista Marisa Martín Blázquez en 'Viva la vida', el matador "tiene una hija más mayorcita y quizás es algo que pueda doler". "Enrique quiere mantener una buena relación con sus hijas y con Paloma. Si ha hecho eso es pensando en sus hijas", ha explicado.
"Así no se puede vivir. Me están amargando la vida", ha dicho el propio Ponce esta semana. En 'El programa del verano' transmitieron el sonoro enfado del torero, que se encuentra "reventado con la situación" y "desbordado" desde que salió a la luz su separación de Paloma y su relación con Ana Soria. El valenciano no está acostumbrado a este tipo de atención mediática y ha anunciado acciones legales contra las informaciones falsas que se publiquen. Otra de las determinaciones que ha tomado para intentar parar el gran interés que se ha generado en torno a su vida privada.
Enrique Ponce toreó este sábado por la noche en la plaza de toros de Mérida, tras el fiasco que supuso la anulación en el último momento de la corrida de Alcalá de Henares (antes ya le habían anulado otra en Santisteban del Puerto). "A Mérida llegó con idéntico entusiasmo de todas las tardes de este raro verano que está protagonizando pero con un punto mayor de reposo. Estuvo especialmente centrado en el cuarto, un toro sin cuello y tocado arriba de pitones de Matilla que arrolló en los primeros tercios [...] Inteligente, templada y sentida resultó la obra del Maestro de Chiva que fue coronada con una gran estocada. Las dos orejas le supieron a gloria", reza la crónica de la noche firmada por Gonzalo Bienvenida en 'El Mundo'.
No se vio por allí, por cierto, a Ana Soria. Si estaba, fue más discreta que en otras ocasiones. Horas antes los enamorados habían compartido la misma imagen en sus stories de la catedral de Almería.
El matador busca la templanza también en su vida privada. Como ya informó Paloma Barrientos en Vanitatis, el divorcio con Paloma Cuevas discurre en buena sintonía y se firmará, si todo va bien, de mutuo acuerdo y sin resentimientos. “El único beneficio que persiguen ambos es el bien de las menores. Paloma lo tiene claro, aunque haya sido la parte damnificada: hará todo lo que esté en su mano para que la estabilidad sea la pauta de la familia. Y en este sentido, Enrique también lo ve así. Ha dado una imagen desconocida y frívola, pero eso nada tiene que ver con el planteamiento del divorcio y los temas relacionados con las hijas, a las que podrá ver siempre que quiera. Lo único que buscan es que sean felices”, aseguraban a Vanitatis.
La Finca Cetrina
Hay que tener en cuenta que la vida laboral de Enrique Ponce no es la habitual de un padre al uso: trabaja los fines de semana y en localidades diferentes y, una vez que termina la temporada en España, comienza la gira en México y Colombia. Por la tanto, lo normal es que las niñas vivan con su madre. En este sentido, no hay condiciones por parte de ninguno de los progenitores. El domicilio familiar seguirá siendo la casa del barrio de Moncloa donde ha vivido el matrimonio hasta el confinamiento.
La fabulosa finca Cetrina, en Jaén, tendrá que ser objeto de negociación. En principio se pensaba que no entraría en la liquidación de gananciales porque Ponce la adquirió antes de casarse con Paloma Cuevas. Una información de 'La Otra Crónica' publicada este fin de semana afirma, sin embargo, que Victoriano Valencia, el padre de Paloma, ayudó en su día a pagar la finca y habrá que compensarlo de alguna manera.
Cuentan a Vanitatis que Cuevas tiene por sí misma una economía más que saneada con sus propios ingresos y algunos bienes que le regaló su padre. Victoriano Valencia fue uno de los primeros toreros con carrera universitaria (es licenciado en Derecho) y supo invertir a lo largo de los años. La hija estudió Económicas y Administración de Empresas en Boston con las mejores calificaciones de su curso. Aunque no ha ejercido públicamente, Paloma se ha encargado de su propia economía y de la de su familia. Gracias a su iniciativa se puso en marcha el negocio del aceite que, por desgracia, sufrió un parón cuando llegó la crisis por el coronavirus y las fronteras y restaurantes de lujo tuvieron que cerrar.
El último capítulo (¿penúltimo?) de esta historia llegó el domingo por la tarde en forma de comunicado remitido al programa 'Viva la Vida', donde Enrique Ponce reiteró su intención de usar las herramientas legales a su alcance para parar esta bola de nieve y defendió la buena relación que mantiene con Paloma Cuevas.
En el argot periodístico, se conoce como 'serpiente del verano' a ese tema que se estira durante los meses de canícula en portadas y artículos porque a la gente le interesa y, también, porque no hay muchos más temas de los que hablar. El noviazgo de Enrique Ponce y Ana Soria ha sido una de esas serpientes, fuente inagotable de noticias acompañadas por fotos idílicas en atardeceres mediterráneos y cocodrilos hinchables. Pero de todo se cansa uno y el torero ha dado un golpe en la mesa y no quiere seguir alimentando el morbo.