Kiko Rivera le pide al 2020, su año más oscuro, que termine ya
El DJ no puede esperar a poner fin a un año que ha estado lleno de dificultades en el ámbito personal y profesional
El 2020 está siendo un año terriblemente duro para Kiko Rivera y no solo por la pandemia que nos ha sorprendido a todos. El hijo de Isabel Pantoja y el difunto Paquirri ha recurrido a las redes sociales y al cobijo de sus seguidores para desahogarse, tras recibir un nuevo golpe al saber que su suegro había fallecido víctima de un tumor cerebral.
A los conflictos con su madre por la herencia de su padre, la difícil situación económica que ha derivado del cese de su trabajo como DJ debido a la crisis sanitaria y los vaivenes emocionales de su lucha mediática, se le suma ahora una nueva pérdida.
Las colaboraciones en televisión de Paquirrín e Irene Rosales han sido la principal fuente de ingresos de la pareja. Una unión consolidada en la que se brindan apoyo mutuo pese a todas las vicisitudes de estos meses.
El primer gran golpe de este oscuro año llegó en febrero, cuando fallecía la madre de Irene, Mayte Vázquez. El duelo y las dificultades conocidas por todos a causa del coronavirus eran solo el comienzo de unos meses realmente difíciles.
El ya famoso 2 de agosto, Kiko Rivera estaba en Cantora, la espectacular finca que pertenecía a su padre, y fue allí donde todo empezó a caer en picado. Una de las habitaciones que solía estar cerrada casualmente estaba abierta y dentro guardaba infinidad de las pertenencias de Paquirri.
Tras unas polémicas declaraciones que no dejaban muy bien parada a su madre, toda España comenzaría a saber detalles hasta ahora desconocidos de la 'herencia maldita' de uno de los toreros más queridos del país.
El DJ pasaría horas en platós de televisión denunciando el presunto engaño de su madre y protagonizando así uno de los escándalos más discutidos de la prensa del corazón.
Una lucha mediática de la que solo quiere sacar una conversación, una explicación de su madre de las incongruencias encontradas en los documentos por su equipo de abogados, como el mismo explicó a una reportera del programa 'Viva la vida'.
Sus hermanos, además de Irene y sus hijas, han sido otro gran apoyo de Kiko. Han retomado aún más el contacto y tanto Francisco como Cayetano Rivera le han manifestado su apoyo públicamente. Sin embargo, uno de estos encuentros no ha sido del todo alegre porque reunió a los hermanos para ir a visitar a Riverita, el hermano de Paquirri, que se encuentra en tratamiento paliativo.
Kiko decidió conocer a su tío antes de que fuera muy tarde para que la historia no se repitiera como hace 11 años, cuando falleció su abuelo Antonio Rivera sin poder abrazar al hijo de Isabel Pantoja.
Por todo esto, no nos extrañan las publicaciones del DJ y, más que desearle que termine el 2020 pronto, esperamos que el año 2021 sea uno de dificultades menores o casi inexistentes.
El 2020 está siendo un año terriblemente duro para Kiko Rivera y no solo por la pandemia que nos ha sorprendido a todos. El hijo de Isabel Pantoja y el difunto Paquirri ha recurrido a las redes sociales y al cobijo de sus seguidores para desahogarse, tras recibir un nuevo golpe al saber que su suegro había fallecido víctima de un tumor cerebral.
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