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Kiko Rivera: de la caja fuerte a Pantomar, desmontamos sus argumentos en 8 puntos
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ANÁLISIS

Kiko Rivera: de la caja fuerte a Pantomar, desmontamos sus argumentos en 8 puntos

Analizamos todo lo que ha dicho hasta el momento el hijo de la tonadillera y que está trayendo tanta cola informativa

Foto: Kiko Rivera. (Mediaset)
Kiko Rivera. (Mediaset)

El 13 de noviembre, Kiko Rivera aparecía en el programa especial ‘Cantora, la herencia envenenada’, donde su madre se convertía en la gran culpable de sus desgracias. La acusaba de haber robado su herencia, de ser mala madre, de engañarle ante el notario de Fuengirola cuando ya era mayor de edad, de esconder los objetos que pertenecían a su padre e incluso llegó a llamar sinvergüenza al que había sido el íntimo amigo de su padre, Ramón Calderón. En este caso fue defensor judicial y su labor terminó en 1987, igual que le sucedió al abuelo Antonio Ordóñez.

Foto: Ramón Calderón. (Getty)

Todo esto y más lo fue desgranando en ese programa de Telecinco mostrando solo como prueba una carpeta con documentación que nunca llegó a enseñar directamente. A continuación, los puntos que desmontan algunas de sus informaciones de un testamento que firmó Paquirri el 30 de abril de 1983.

Punto 1: El cuarto

El 2 de agosto fue, para Kiko Rivera, el punto de inflexión en su ruptura con su madre. Aseguraba que entró en un cuarto y se encontró con una gran sorpresa en forma de enseres de su padre. Fue la hecatombe afectiva. Lo que no hizo fue describirlos, pero sí insistir en que se lo dijo a sus hermanos. Julián Muñoz, que no se caracteriza por su afecto a Isabel Pantoja, lo desmontó en sus declaraciones, explicando que estaba el vestido de torear de Pozoblanco, unos capotes, espadas y poco más. Nada que le llamara la atención.

Punto 2: Los trajes

Kiko Rivera debería saber que cuando se repartió la herencia, en la que todos estaban de acuerdo, ese traje y tres más estaban en el lote de Isabel Pantoja, igual que se repartieron otros ocho para el resto de herederos. El exalcalde también afirmaba que en la época que estuvo con Isabel, el hijo no aparecía por Cantora.

placeholder  Isabel y Paquirri.
Isabel y Paquirri.

Punto 3: La caja fuerte

La única caja fuerte de la que se tiene constancia que se abrió en Cantora fue inventariada por dos de los cinco albaceas nombrados por el torero que figuraban en el testamento. Estos eran Ramón Escámez Márquez, administrador de la finca, y Agustín Marañón Richi. Los tres restantes fueron Salvador Salvatierra Quintero, Ramón Vila Jiménez y Fernando Morán Cabrera.

Punto 4: La madre

Respecto a su papel de mala madre: Kiko Rivera estuvo interno en Toledo porque su nivel académico era malo. En ese colegio se exigía a los alumnos que para poder salir los fines de semana debían mostrar buen comportamiento y buen resultado en los estudios. En el primer apartado no tuvo problemas y sí en el segundo. En esas circunstancias, Isabel Pantoja se desplazaba hasta Toledo para darle un beso aunque no pudiera salir del recinto. Testigos presenciales de aquellos años así lo testifican.

Punto 5: La casa y el coche

Kiko no estaba dejado de la mano de Dios. Cuando apareció Julián Muñoz en la vida de Pantoja, la única que tuvo que trastocar su vida fue Chabelita, a la que cambiaron de colegio y de ciudad. De Madrid a Marbella. Kiko vivía con su abuela en Sevilla y su madre le alquiló un apartamento para él solo que, por supuesto, pagaba ella. El coche, que también fue motivo de discordia entre madre e hijo, permanece aparcado en la puerta de su domicilio en Castilleja de la Cuesta.

placeholder  Isabel y su hijo, en televisión. (Mediaset)
Isabel y su hijo, en televisión. (Mediaset)

Punto 6: La hipoteca

Del documento que firmó en el 2002, a los 18 años, sobre la famosa hipoteca de Cantora de dos millones setecientos mil euros, sí estaba acreditado su conocimiento. En agosto de 2009 y febrero de 2015 se renuevan los datos en dos notarías diferentes en las que Francisco Rivera Pantoja también figura.

Punto 7: Las fincas

De las fincas que dejó Paquirri y que después se repartieron entre los herederos, la única que queda en la actualidad es Cantora, que, aunque hipotecada, es un valor para los hermanos Rivera Pantoja. Kiko no explicó en su comparecencia televisiva que los albaceas vendieron algunos de los bienes antes de su reparto para hacer frente a los impuestos y facturas pendientes. Calderón fue defensor judicial del menor nombrado por los albaceas en su condición de amigo del fallecido Paquirri.

Punto 8: Las acusaciones

Acusó a Ramón Calderón de “sinverguenza y ladrón” por unos actos que no se corresponden ni con el tiempo ni con la documentación que el propio abogado ha remitido a Vanitatis. Dejó de figurar en Pantomar S.A. en 1988, y Rivera le acusó en el programa de haber utilizado esa mercantil para quedarse, junto con Isabel y Agustín Pantoja, con bienes que no le correspondían y formaban parte de la famosa herencia.

El 13 de noviembre, Kiko Rivera aparecía en el programa especial ‘Cantora, la herencia envenenada’, donde su madre se convertía en la gran culpable de sus desgracias. La acusaba de haber robado su herencia, de ser mala madre, de engañarle ante el notario de Fuengirola cuando ya era mayor de edad, de esconder los objetos que pertenecían a su padre e incluso llegó a llamar sinvergüenza al que había sido el íntimo amigo de su padre, Ramón Calderón. En este caso fue defensor judicial y su labor terminó en 1987, igual que le sucedió al abuelo Antonio Ordóñez.

Kiko Rivera
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