Esther Arroyo, del accidente que marcó su vida a su reinvención televisiva

Aquellos que la conocen coinciden en lo bondadosa, simpática y optimista que es Esther Arroyo. Buena prueba de ello la daba, hace relativamente poco, Dani Mateo en 'Zapeando', dedicándole unas bonitas palabras: "Una de las mejores personas de la historia", le llegaba a decir; y es que, tras casi tres décadas en la pequeña pantalla, esta modelo, actriz y presentadora se ha hecho querer, no solo entre sus fieles telespectadores sino también entre numerosos compañeros de profesión.

Son muchos los títulos que figuran en su currículum: desde series de televisión tan emblemáticas como 'Periodistas', 'Un paso adelante' o 'Los Serrano' hasta formatos como 'Mira quién baila' o 'Tu cara me suena'. No obstante, esta trayectoria se ha labrado no sin esfuerzo y un prolongado parón a causa del accidente que marcó su vida y la mantuvo alejada de la vida pública durante varios años, recuperándose de las graves secuelas físicas, emocionales y, en última instancia, económicas, que le dejó.

Esther Arroyo nació el 29 de marzo de 1968 en Cádiz, por lo que tiene 53 años. Su salto a la fama llegó después de alzarse con el triunfo de Miss España en 1990, cuya predecesora fue Raquel Revuelta y su sucesora, un año más tarde, Sofía Mazagatos. Como todas las misses de la época, pronto comenzó a aparecer en televisión, tratando de desarrollar una carrera profesional en el medio. Así, ejerció de presentadora en 'El trampolín', 'Mójate' u 'Homo Zapping', entre otros.

Paralelamente, comenzó a construir su trayectoria en el mundo de la interpretación, apareciendo en algunas de las series con más audiencia del momento hasta que, en la mañana del 10 de octubre de 2008 todo cambió. Se dirigía a un viaje de ocio a Santander junto a su marido, Antonio Navajas, la cantante Ana Torroja, el marido de esta, Rafael Luque, y otros dos amigos, Miguel Ángel Horga García y Ulises de Assas Rodríguez, cuando chocaron contra una furgoneta. Este accidente supuso la muerte de Ulises pocas horas después en el Hospital de Puerto Real y varias lesiones en el resto de ocupantes que, en el caso de Esther, fueron graves y tardó en recuperarse.

Tanto es así que la modelo decidió retirarse de la vida pública por las secuelas del accidente y solicitó la invalidez permanente. Aunque en un primer momento le concedieron una importante indemnización, tuvo que pasar un controvertido proceso judicial que desembocó en auténticos problemas económicos para ella y su marido, hasta el punto de que perdieron su vivienda por desahucio.​

Momentos del todo complicados que, por suerte, Esther Arroyo ha ido dejando atrás poco a poco. La intensa rehabilitación a la que se ha sometido, así como su vuelta a la televisión hace unos años con el programa 'Amigas y conocidas' de Televisión España, ha supuesto que su carrera despegue de nuevo y, a día de hoy, presenta su propio espacio en Canal Sur, 'Chef al oído', además de haber participado en programas de éxito como 'La noche D', 'Original y copla' o 'Aguja flamenca'.

En cuanto a su vida personal, también atraviesa un momento de felicidad. Continúa felizmente casada con Antonio Navajas, con quien vivió su accidente. "20 años se dicen pronto, pero muchas cosas pasan. Nosotros en este tiempo hemos vivido tsunamis, accidentes y ahora pandemia entre otras cosas [...]. Así que por muchos problemas que pasemos, yo quiero otros 20 más a tu lado porque en breve nos toca algo maravilloso y lo mejor es que de todo lo que pasa siempre es compartido contigo", eran las románticas palabras que la actriz le dedicaba a su pareja en una de sus últimas publicaciones juntos en redes sociales.

El matrimonio forma una bonita familia con sus dos pequeños: el primero, fruto de su relación con Francisco Mayor; la segunda, en común con su actual marido. Juntos disfrutan de planes que van desde las comidas familiares hasta compartir viajes a destinos insuperables. Aunque eso sí, tal y como ha compartido la propia Esther en más de una ocasión en su cuenta de Instagram, su hijo mayor ha asentado las bases de su vida en Australia, por lo que no duda en demostrar lo mucho que le echa de menos siempre que puede. "Cariño mío, qué lejos estás, pero el amor es lo único que hasta en tiempos de pandemia cruza fronteras", le escribía hace no mucho.