Mónica Casañas, directora general de Airbnb Marketing Services en España: "Queda mucho por hacer en paridad salarial"

Es directora general de Airbnb en España desde hace tres años y medio, pero antes de eso, Mónica Casañas ha tenido un amplio recorrido laboral y vital que la ha hecho formar parte de las '100 mujeres líderes' en España y que la ha llevado a ser quien es hoy en día. Es madre de dos hijos y su sueño cumplido es poder dedicar a su familia el mismo esfuerzo que durante años le ha dedicado a su profesión, sin tener que abandonar esta. Pero para llegar hasta ahí, ha vivido muchas cosas que durante esta entrevista comparte con Vanitatis.

Lo primero que queremos saber es: ¿quién es Mónica Casañas?

Mónica Casañas es una canaria que no te va a decir la edad que tiene porque realmente cuantos más años tenemos más nos damos cuenta de que el tiempo solo avanza hacia adelante. La verdad es que todavía soy una apasionada por lo que hago, y yo creo que lo que siempre he buscado en mi vida es levantarme por las mañanas y hacer algo que me apasione, que es lo que siempre he ido buscando y ahora lo he conseguido.

Tienes un largo recorrido profesional, incluso estás en el ‘Top 100 mujeres líderes’, pero no siempre te has dedicado al marketing, ¿cierto?

No, yo de hecho empecé mi recorrido en el mundo de las finanzas. Yo era banquera de inversiones, en la City en Londres, hacía funciones y adquisiciones. Después hice un MBA, 'private equity' fue después cuando ya me puse los vaqueros y salté al mundo del startup. Me uní en un primer momento a Privalia, que estaba en Barcelona, y ahí llevaba todo lo relativo a las rondas de financiación, las ampliaciones de capital, la relación con inversores… También abrí Privalia en México. Estuve ahí cuatro años y medio. Y ya, una vez que entras en el mundillo del startup, engancha mucho. De ahí lancé Oasis Collection, que era una empresa americana que traje a Europa, y hace tres año y medio me uní a Airbnb, pero yo siempre he sido más como de la parte de negocio, también 'management' en general.

Es decir, que entraste poco antes de la pandemia en la empresa y aun así la has hecho crecer. ¿Qué has aportado tú a la compañía?

Sí, te cuento una anécdota. Yo entré llevando la estrategia de Europa, Oriente Medio y África, y al poco tiempo me cambié y empecé a llevar España y Portugal. Empecé un lunes y la pandemia se declaró un jueves. Es decir, que tres días después de empezar tuve que cerrar la oficina y llevar todo en remoto, la prioridad era la seguridad de todos… Ahí lanzamos la posibilidad de alojar gratuitamente al personal sanitario… Fue toda una locura, pero salió bien.

En esa iniciativa de ceder los alojamientos fuisteis muy pioneros en ese momento y después se unió mucha gente.

Sí, la verdad que fue una iniciativa muy bonita porque realmente era todo altruista, la comunidad se volcó, más de 2.000 anfitriones ofrecieron sus casas para que personal sanitario pudiera quedarse allí… Y hay que tener en cuenta que, por otro lado, estábamos viviendo unos momentos muy difíciles en la industria del viaje y teníamos que lidiar con la primera vez que trabajábamos en remoto todos. Para mí en el fondo era un equipo nuevo, con nuevas dinámicas de trabajo y maneras de operar. Fue un periodo muy intenso, pero muy gratificante porque Airbnb marcó la diferencia.

Después de estrenarte en esas circunstancias, imagino que ya solo podías ir a mejor.

Lo que pasa es que te sigue preocupando la gente, igual problemas más estructurales, que no necesariamente tienen que ser algo tan puntual como una pandemia, sino cosas que siempre están, como por ejemplo la violencia doméstica en España, que es un problema que lamentablemente llevamos teniendo años y años en este país, y que no es que se ponga de moda y de repente todos vamos, es que lamentablemente siempre está ahí. Por eso nosotros el año pasado colaboramos con MUM, Mujeres Unidas contra el Maltrato, para ofrecer alojamientos seguros a mujeres maltratadas… Hay muchas más iniciativas que hacemos que no son cosas concretas.

Desde que comenzaste con ellos, han cambiado muchas cosas en Airbnb, ahora presentáis mejoras en invierno. Cuéntame un poquito sobre ellas.

Estamos muy enfocados en nuestra comunidad, nuestros anfitriones, nuestros huéspedes, y en cómo podemos mejorar su experiencia con Airbnb. Ahora queremos que los anfitriones lo tengan más fácil, que haya mayor protección para los anfitriones existentes. También hemos lanzado seis nuevas categorías para que se puedan buscar viajes de otra forma, en lugar de solo por destino, también por actividad o por la compañía, y así puedes descubrir sitios a los que nunca habías pensado ir, hacer más sostenible el turismo al diversificarlo. Hay más de 60 categorías para buscar.

Comentabas antes que habías comenzado trabajando en banca en la City, y eso suena, a priori, a estar entre muchos hombres con traje. Supongo que no deja de ser un prejuicio, pero ¿tú sentiste que estabas dedicándote a un mundo de hombres? ¿Crees que por ser mujer te costó más abrir algunas puertas en terreno laboral?

Más que costarme abrir puertas, claramente he sentido momentos en que no estaba equilibrada la balanza. Yo muchas veces he sido la única mujer en equipos. Muchísimas veces he sido la única mujer en reuniones, en salas. Incluso hay veces en que ha habido reuniones tras las que se han ido a celebrar algún acuerdo a un sitio al que solo van hombres, ya me entiendes. Entonces sí, es verdad que muchas veces eso te hace más fuerte, por un lado, porque tienes que tener más resiliencia para saber que tú vales y que aunque puedas no estar en este tipo de reuniones, lo demuestras con tu trabajo.

Pero también es verdad que no era generalizado, es decir, hay un equipo en concreto que recuerdo más machista y llevaban un estilo de vida que no comulgaba con mis valores, pero también me he encontrado hombres maravillosos, mentores estupendos… Fue duro, pero lo bueno es que cada vez se ve menos, cada vez hay más mujeres que llegan a puestos directivos. Pero hay mucho que hacer, sobre todo en la paridad salarial y en políticas de todo lo que concierne a la maternidad. A mí me han preguntado en alguna entrevista si tenía previsto quedarme embarazada y, claro, te planteas si esa pregunta se la harían a un hombre…

¿Cuál es el mayor reto profesional al que te has enfrentado?

Va a sonar un poco cliché, pero creo que ha sido combinar mi vida profesional con mi vida familiar. Tengo dos hijos y es difícil ser una madre muy presente y combinarlo con un trabajo que es muy exigente. Y yo creo que en Airbnb he encontrado el sitio ideal porque ofrecen mucha flexibilidad. A nivel paridad, a nivel oportunidades, está todo garantizado. Entonces es una lucha menos, un peso que te quitas de encima. Sientes que eres válida y que la gente te ve como persona competente. Es una empresa exigente, sí, pero muy humana. Para mí esa era la meta, porque al principio solo quieres crecer, pero luego formas tu familia y, claro, quieres seguir creciendo y aportando, pero también haciendo lo mismo con tu familia.

No sé si ya eras madre cuando trabajabas fuera de España, pero en ese sentido ¿hay más facilidades fuera que aquí?

No, mira, un tema que ahora vemos mucho son los trabajos en remoto de gente que le gusta vivir en muchos sitios, que igual va a una ciudad y se queda o va a un sitio remoto y se queda tres meses para trabajar y descubrirlo. A mí de siempre me ha encantado esto, vivir en nuevos sitios. He vivido en Singapur, Alemania, Francia, Londres, varios sitios de España… Realmente ser madre me pilló ya en Barcelona, pero yo creo que la conciliación no depende tanto del sitio en sí donde te encuentras, sino del equipo en el que estás, de la cultura que tenga la empresa en la que estás y de cuánto puedas aportar y cómo de alineada esté la misión de la empresa con tu misión y tus valores, y eso ya se puede hacer desde muchísimos sitios.

¿Te has sentido de menos por ser mujer ocupando un cargo que durante años se consideró de hombre?

De manera directa, no. También es verdad que puede ser que yo inconscientemente igual no lo atribuía a ser mujer. Quizá era muy optimista, porque he sido siempre muy optimista y muy luchadora y nunca he querido creerlo, pero la respuesta es no.

¿Te queda alguna meta a la que llegar, algún sueño por cumplir?

Pues siempre hay proyectos, siempre hay metas que cada uno tiene, pero para mí es levantarme cada día con ganas y con ilusión, porque creo que teniendo esto, ya todo lo demás es lo que te venga. Luego hay proyectos, claro. Por ejemplo, ver a mis hijos crecer, las ilusiones que tienen y cómo acompañarles o ayudarles. Y con mi marido, qué viajes haremos o qué mundos descubriremos. Pero, en el fondo, la base de todo es levantarte y decir: "Qué maravilloso que tengo un día hoy por vivir, que puedo hacer cosas, que puedo aportar". Para mí esa es la definición de sentirse realizado y si logras mantener esto en tu vida, ya lo tienes todo ganado.