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Exclusiva | Enrique Solís y Alejandra Domínguez rompen: adiós a la pareja con más rollo
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Exclusiva | Enrique Solís y Alejandra Domínguez rompen: adiós a la pareja con más rollo

El hijo del marqués de la Motilla y la experta en marketing digital formaban una de las parejas más elegantes de nuestro panorama social

Foto: Alejandra Domínguez y Enrique Solís, en los premios Escaparate. (Cordon Press)
Alejandra Domínguez y Enrique Solís, en los premios Escaparate. (Cordon Press)

Últimamente, cada vez que la prensa lograba hablar con alguno de los dos, les planteaba siempre el mismo interrogante. Para cuándo la boda, Alejandra, Enrique. Cuándo os veremos pasar por el altar. Cuándo estrecharéis más los lazos. Desde que se dio a conocer su relación por todo lo alto en el enlace de los duques de Huéscar, Enrique Solís y Alejandra Domínguez han formado una de las parejas más potentes del panorama social. Guapos, con éxito y estilo propio, los medios ya calculábamos que su próxima boda estaba esperándonos, jugosa, a la vuelta de la esquina. Pero nos vamos a quedar con las ganas. Según ha podido confirmar Vanitatis, la pareja ha decidido romper su relación.

Siempre muy discretos en lo concerniente a su vida privada, el pasado verano Alejandra Domínguez ya apuntaba al que puede ser uno de los motivos de la ruptura. La joven se quejaba ante los micros de Europa Press de que no le gustaba en exceso el nuevo trabajo de su novio: "Está totalmente entregado, le apasiona. A mí no me encanta tanto porque lo veo menos todavía".

placeholder Alejandra Domínguez y Enrique Solís, en la boda de los duques de Huéscar. (PI)
Alejandra Domínguez y Enrique Solís, en la boda de los duques de Huéscar. (PI)

Enrique y Alejandra, ambos sevillanos y nacidos en 1990, se conocían desde el colegio y siempre fueron amigos hasta que su relación dio un paso más. Solís es hijo del marqués de la Motilla y Carmen Tello, y debutó en la escena social gracias a una breve relación con Tamara Falcó. Su novia, Alejandra, empezó a trabajar como modelo de la mano de Raquel Revuelta, y de Sevilla dio el salto a París y a Milán, aunque la aventura europea duró muy poco, pues ha expresado en varias ocasiones que la experiencia no le gustó demasiado. Ahora es periodista y experta en maketing digital, aunque sigue trabajando como modelo puntualmente.

Lo cierto es que desde muy joven Solís ha desarrollado una potente carrera empresarial. A sus 32 años, puede presumir de haber puesto en marcha once hoteles en toda España como socio de One Shot, además de una exclusiva marca de moda masculina. En un alarde de equilibrismo, hace un año aterrizó también en Millenium Hospitality Real Estate, un vehículo inmobiliario especializado en desarrollar e invertir en hoteles de alta calidad en las mejores ubicaciones. Todo esto lo compaginaba con su vida personal, pero le estaba pasando factura, como él mismo reconocía en una entrevista concedida hace unos días a la revista 'Status'.

En la citada charla, Solís calificaba al 2022 como "un año muy duro", y esbozaba lo que parecía una disculpa hacia la mujer que le ha acompañado en los últimos cuatro años: "En cuanto al terreno personal, ya sabéis que soy muy reservado, pero el 2022 ha sido un año difícil y muy duro: me han defraudado personas cercanas, he dado todo de mí -llevando mi salud al límite- y muchas veces no he estado a la altura de Alejandra por anteponer lo profesional -siempre- a lo personal. ¿Pero si no es ahora, cuándo? Es tiempo de incertidumbre y estar al 110%". La pregunta había ido a la yugular: "Imagino que podrás decir que empiezas un 2023 por todo lo alto, feliz en lo personal y lo profesional. ¿Ya tienes algún nuevo proyecto en mente? ¿Será año también de estrechar lazos con Alejandra?".

placeholder Enrique y Alejandra, en la boda de Lucía Martín Alcalde. (CP)
Enrique y Alejandra, en la boda de Lucía Martín Alcalde. (CP)

Alejandra Domínguez también ha escrito estos días sobre la tristeza que le ha provocado una ruptura que, por lo que sabemos, se ha producido en los mejores términos. Hace dos semanas describía la dureza de este 2022 con una simbólica imagen suya con la espalda desnuda: "2022 ha sido un año muy duro y complicado en muchos aspectos, tanto físicos como emocionales. Le doy la espalda a este año porque miro hacia el siguiente. Pero a pesar de todo y, aunque lo dejo encantada atrás, pensando en un futuro que seguro va a ser mejor, le estoy muy agradecida. Del sufrimiento se pueden tomar dos caminos: hundirse y regocijarse en lo negativo o, en cambio, utilizarlo como aprendizaje, para crecer como persona y madurar. Opto por el segundo, porque la vida es lo que hacemos nosotros de ella, no los avatares que se nos presentan".

En el largo mensaje compartido por Domínguez con sus seguidores, afirma que no soporta la autocompasión y reflexiona sobre cómo afrontar los malos momentos: "Nuestra verdadera condición se ve precisamente en nuestras reacciones ante situaciones adversas. El coraje y la fortaleza frente a la cobardía y debilidad. No soporto el victimismo, ni la autocompasión. Las cosas vienen como vienen, obviamente podemos enojarnos, entristecernos y guardar un tiempo de recogimiento y reflexión para volver (back to) más fuertes y reforzados. Pero lo siguiente, tras ese primer momento, es poner remedio, coger el toro por los cuernos, reponerse y no regodearse en la situación, por mala que sea. Muchas veces habrá que pedir ayuda externa, ser inteligente y lo suficientemente humilde para reconocerlo. Pero si hay algo que jamás se debe hacer es huir".

Alejandra Domínguez era prácticamente una desconocida cuando apareció junto a Enrique Solís en la boda de Fernando Fitz-James Stuart (primo de Enrique) y Sofía Palazuelo, en octubre de 2018. La pareja, que para entonces llevaba siete meses saliendo, fue la gran sorpresa de la boda. Domínguez trepó de un salto al panorama social con uno de los looks más impactantes, un vestido azul del diseñador Antonio García con botonadura dorada delantera, largo midi y una espectacular lazada al cuello. Las joyas eran de Roberto Coin y lucía también un tocado que le daba un aire sofisticado.

"Nos conocíamos de siempre, pero cuando Alejandra me dijo que jamás estaría con un tío como yo, mi estrategia fue hacerme aún más amigo suyo. Después todo fluyó", reconoció más tarde Solís en una entrevista conjunta que concedieron a 'Telva'. "Alejandra era diferente, por su elegancia, por su manera de ser y por ponerse siempre en la piel del de enfrente... estaban todas las demás y después, ella". "Enrique es extremadamente noble y bueno, trabajador, quizá demasiado. A veces proyecta una imagen de tío estirado que no es real, porque en realidad es divertidísimo, gamberro, sencillo y de trato muy fácil".

Más comentado fue su look en la boda del hermano pequeño del duque de Huéscar, Carlos Fitz-James, y Belén Corsini. Una elección arriesgada que generó multitud de comentarios y con la que apostaba por sus señas de identidad en cuestión de estilo: retro, masculino y alejado de tendencias. De nuevo se convirtió en una de las invitadas más elegantes, y desde entonces es un referente de estilo.

Últimamente, cada vez que la prensa lograba hablar con alguno de los dos, les planteaba siempre el mismo interrogante. Para cuándo la boda, Alejandra, Enrique. Cuándo os veremos pasar por el altar. Cuándo estrecharéis más los lazos. Desde que se dio a conocer su relación por todo lo alto en el enlace de los duques de Huéscar, Enrique Solís y Alejandra Domínguez han formado una de las parejas más potentes del panorama social. Guapos, con éxito y estilo propio, los medios ya calculábamos que su próxima boda estaba esperándonos, jugosa, a la vuelta de la esquina. Pero nos vamos a quedar con las ganas. Según ha podido confirmar Vanitatis, la pareja ha decidido romper su relación.

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