Cancelado el juicio contra Borja Thyssen y Blanca Cuesta por supuesto fraude fiscal

Noticias inesperadas. Después de varios años de investigación judicial, y contra todo pronóstico, se ha cancelado el juicio contra Borja Thyssen y Blanca Cuesta por supuesto fraude fiscal. El hijo de Carmen Cervera y su mujer se sentaban este martes en el banquillo de los acusados para responder ante el juez de la Sala de lo Penal número 15 sobre el proceso por el que se enfrentan a una pena de tres años de cárcel y un millón de euros de multa. Una suspensión a pesar de la que la pareja se ha presentado en el tribunal, atendiendo así al requerimiento judicial.

Lo hacían con absoluta tranquilidad y aparentando la misma serenidad que transmitían a Vanitatis fuentes cercanas a su entorno en las horas previas al juicio, quizá precisamente porque sabían lo que pasaría un rato después. Y es que, según fuentes jurídicas, la defensa de ambos ha presentado un informe pericial que no conocían las partes, lo que ha llevado al juez a tomar la decisión de suspender la vista, sin una fecha para que se retome.

Como decíamos, la pareja llegaba al Juzgado de lo Penal número 15 de Madrid aparentando absoluta tranquilidad, aunque no podían evitar que se generara una gran expectación. Desde primera hora de la mañana, periodistas, cámaras y fotógrafos esperaban a las puertas de este tribunal a que llegaran los protagonistas de la jornada judicial. Borja Thyssen y Blanca Cuesta se presentaban hacia las 10 de la mañana, haciendo equipo y bastante serenos, incluso sonriendo en alguna ocasión. Sus looks, sobrios y sin estridencias, como suele ser habitual en este tipo de situaciones.

Debido al tumulto generado a las puertas del recinto, no ha faltado algún que otro incidente, producto del lío de micrófonos, cables y cámaras con los que la pareja se ha encontrado. Ante la multitud de preguntas realizadas por los periodistas, se han limitado a guardar silencio, solo dando las gracias, más automáticamente que realmente agradeciendo el lógico interés por su estado ante una situación nada fácil, a pesar de esa tranquilidad que desde su entorno nos transmitían.

El delito por el que se sentaban ante el juez, y que por tanto queda pendiente de ser juzgado, es un presunto fraude fiscal a Hacienda de más de 300.000 euros en 2010, que habrían hecho a través de la transmisión de las participaciones sociales de su empresa en favor de otras sociedades holandesas. Según los informes, habían declarado unas ganancias muy inferiores por la venta de unas acciones, ocultando por tanto a la Hacienda Pública la cantidad de 1.586.037,39 euros, y dejando, por tanto, de tributar 336.417 euros, precisamente la cantidad por la que se les citaba en los juzgados este martes.

El 26 de febrero de 2010 tuvo lugar la venta de esas acciones de Cas Capetó S.L. por Borja Thyssen (titular del 50%), Blanca Cuesta (40%) y la sociedad Caribean Breeze S.L., que poseía un 10%, a las holandesas Princess Four BV, Hermosa Beach Holding BV y Martínez Invesments B.V. La Fiscalía explica que el activo de Cas Capetó S.L. estaba constituido fundamentalmente por una casa en Ibiza, que carecía de personal contratado y sin actividad económica, y que el precio total abonado por dicha operación ascendió a 9.700.000 euros, que fueron ingresados en la cuenta de la que era titular el acusado.

Ambos, que presentaron la declaración de la renta de 2010 en su modalidad de tributación conjunta, declararon que esa venta les dio una ganancia patrimonial de 2.206.527 euros, ocultando 1.586.037, según la Fiscalía, que sostiene que la ocultación procedería también de la venta de participaciones realizada a través de Caribean Breeze S.L., que es una “sociedad inactiva”. Para el ministerio público, la sociedad fue interpuesta por los acusados cuando adquirieron las participaciones de Cas Capetó S.L. en 2005, lo que constituyó, a su juicio, “un negocio jurídico simulado, siendo el verdadero negocio querido por las partes la adquisición por Borja Thyssen del 57 por ciento de esta mercantil y por parte de Blanca Cuesta el 43 por ciento restante”.

En todo momento, la defensa ha sostenido que ninguno de los dos se guiaron en su momento con el objetivo de "tener un beneficio ilícito", algo que tendrán que resolver los tribunales cuando se retome el proceso judicial, suspendido tras ese informe presentado por el abogado de la pareja, dando lugar a un nuevo e inesperado capítulo.