Exclusiva | Ana Duato y su hija María nos cuentan los detalles de su viaje de cooperación a la India
“La razón del viaje es conocer bien qué está pasando para poder trasmitirlo aquí y poder ayudar lo máximo posible, dando difusión y visibilidad al trabajo que Jaume y su equipo están haciendo allí”
“Siempre he intentado involucrarme en proyectos que buscan mejorar la vida de los demás”. Al otro lado del teléfono está Ana Duato, que en unos días se embarcará en una de las aventuras más ilusionantes de su vida. Tal y como nos ha relatado ella misma en exclusiva, viajará con su hija María, que acaba de cumplir 18 años, a la India en un viaje de cooperación en el que lucharán contra la trata de mujeres y niños.
La actriz, que desde hace décadas ha puesto rostro a multitud de iniciativas en pro de los derechos humanos de los niños de la mano de Unicef, en esta ocasión lo hará junto a la asociación Sonrisas de Bombay.
“La razon del viaje es conocer bien qué está pasando para poder trasmitirlo aquí y poder ayudar lo máximo posible dando difusión y visibilidad al trabajo que Jaume y su equipo están haciendo allí. Queremos darle voz”. La actriz conoció a Jaume San Llorente hace años y se enamoró de su compromiso con mejorar la vida de la población más vulnerable de las ciudades en las que opera (Bombay y Calcuta principalmente). “Sentí mucha admiración por él por dejarlo todo, cambiar el rumbo de su vida para así poder cambiar el de todas esas personas a las que ayuda en la India. Hay que apoyar a las personas que tienen la capacidad de hacer el bien”.
Tras colaborar con él en una acción en este mismo proyecto hace tiempo, en el que buscaban encontrar recursos para liberar a 20 mujeres retenidas por una mafia, ahora que María ha alcanzado la mayoría de edad no ha dudado en poner rumbo al epicentro de la acción de esta ONG para conocer de primera mano cómo trabajan sobre el terreno. “Cuando me contó el proyecto, no dudé en ir a conocer lo que hacen desde el terreno y viajar con mi hija es una de las cosas que más ilusión me hace. María siempre ha sido una niña y ahora una mujer con mucha conciencia social y con mucha necesidad de hacer cosas buenas por la gente que está cerca de nosotros en nuestro día a día. Abrirá sus ojos y sus fronteras”, nos relata emocionada.
Una aventura que María también prepara con mucha ilusión. “Para mi significa muchísimo hacer este viaje. Como mujer, ponerse en la piel de esas chicas, que yo podría ser una de ellas… Te das cuenta de lo importante que es visibilizar esas vidas tan injustas y darnos cuenta que muchísimas personas podríamos estar en su situación y tenemos la suerte de no estar. Me siento muy afortunada de tener la oportunidad de aportar un granito de arena y de transmitir el maravilloso trabajo que Sonrisas de Bombay hace con ellas y contarle al mundo lo que pasa”, nos confiesa emocionada también al otro lado del teléfono.
Una vida vinculada a la India
Ana Duato y su familia, de alguna manera, siempre han estado muy vinculados a este país. Tanto ella en solitario como acompañada por su “pequeña gran familia”, han visitado la India en varias ocasiones y su productora se llama Ganga, el nombre que recibe el río Ganges en idioma sánscrito y en la mayoría de las lenguas indias.
“He viajado varias veces a la India, pero la más especial fue cuando cumplí 50 años. Nos fuimos los cuatro, mi familia, a celebrarlo al nacimiento del río Ganges un poco con la idea de agradecerle al río todo lo bueno que nos ha dado y cultivar un poco esa parte espiritual que yo creo que es tan necesaria de agradecer a la Madre Tierra todo lo que nos da. Algo que perdemos en el día a día de esta vida tan rápida que llevamos”, recuerda con ilusión en la voz.
“Fue un viaje muy bonito porque la India es un país lleno de contrastes y muy de verdad y donde te das cuenta que no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”, continúa. “Hacer este viaje juntas lo considero un lujo. Ella va a llevar toda la parte de las redes sociales, donde vamos a ir contando día a día lo que vemos, la labor de la asociación y cómo lo estamos viviendo. Con las redes sociales yo me siento un poco en la era de ‘Cuéntame’”, bromea.
María, su gran orgullo
María, su hija pequeña, fruto de su matrimonio con Miguel Angel Bernardeau, meses antes de cumplir 18 años ya tenía claro que quería ampliar sus horizontes y conocer de primera mano otros proyectos en los que poder ayudar e involucrarse. “De ahí surgió la idea de hacer un viaje de cooperación juntas”.
“Desde niña siempre ha tenido la necesidad de ayudar y siempre ha sentido mucha empatía por las personas vulnerables. Ella quería haberlo hecho antes, pero yo prefería esperar a que cumpliera 18. Allí vamos a conocer realidades sociales muy diferentes a las nuestras y donde quieres querer estar y verlo”. Una decisión para la que es necesario cierto grado de madurez que María, en palabras de su madre, ya tiene.
“Para ella es un compromiso que lleva dentro y que tiene la necesidad de colaborar y de encontrar su camino. Qué privilegio poder viajar con mi hija y poder acompañarla mientras abre los ojos, quitarle el velo que casi todos tenemos de serie en la sociedad privilegiada en la que vivimos tan confortablemente. No solo es valorar lo que tienes, sino también vivir otras realidades. Ella es una mujer, o más bien se está haciendo, una mujer muy poderosa porque se ve reforzada por toda la unión que hay en ese sentido, sabedora que necesitamos apoyo, no solo como mujer, sino también como sociedad para evolucionar”. No hay duda de lo orgullosa que está de la mujer en la que se está convirtiendo.
No es el primer viaje que hacen juntas. Uno de los últimos: su viaje exprés a la Bineale. “Mi hija y yo somos muy cómplices en todo. Me podría haber salido una hija ingeniera, pero no. Ella es artista. Tiene un punto muy creativo y creo que la creatividad es inteligencia. Ver la vida desde la creatividad te da otra dimensión y es tan buena para el ser humano, para relacionarse… Es una manera muy inteligente de afrontar la vida”.
Su plan de viaje
“Salimos de Madrid el día 30 y el 31, según lleguemos, ya nos ponemos en marcha porque allí todo es imprevisible. Así es la India, un país que ya conocemos. El tráfico, cosas que suceden… Vamos a ir a Bombay, donde vamos a visitar muchos centros de acogida que tiene Jaume, para empezar el camino en los orígenes de la fundación”.
Ocho días en los acompañarán a una de las unidades de rescate yendo a los lugares donde las mujeres, las niñas y también los niños son más vulnerables y donde la ONG tiene un refugio que allí llaman Udan (vuelo), que acoge a las víctimas que o bien son rescatadas por estas unidades o consiguen huir de sus captores.
“Lo bonito de este proyecto es conocerlo in situ. Estar con las mujeres y las niñas rescatadas, recorrer el camino que bien podría haber recorrido mi hija de no haber tenido la suerte de nacer en el primer mundo. Nuestro objetivo es poder dar a conocer cómo podemos ayudar siendo conscientes de poder transformar las vidas de todas esas mujeres y sobre todo de empoderarlas. La sensación que uno tiene de poder dar voz a causas que afectan a las mujeres y las niñas es todo un privilegio”, concluye.
“Siempre he intentado involucrarme en proyectos que buscan mejorar la vida de los demás”. Al otro lado del teléfono está Ana Duato, que en unos días se embarcará en una de las aventuras más ilusionantes de su vida. Tal y como nos ha relatado ella misma en exclusiva, viajará con su hija María, que acaba de cumplir 18 años, a la India en un viaje de cooperación en el que lucharán contra la trata de mujeres y niños.