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Ana de Rojas: de vivir en un palacio a una modesta casa en un pequeño pueblo
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ARISTOCRACIA

Ana de Rojas: de vivir en un palacio a una modesta casa en un pequeño pueblo

La hermanastra de Alejandra de Rojas vive en un pequeño pueblo salmantino alejada del foco mediático y rodeada de naturaleza, perros, gatos y caballos

Foto: Ana de Rojas, posando para Vanitatis. (Leticia Díaz)
Ana de Rojas, posando para Vanitatis. (Leticia Díaz)

De crecer en un palacio codeándose con la aristocracia y la jet europea a vivir feliz en una modesta casa parroquial de un pequeño pueblo salmantino de tan solo 232 habitantes. Esta es la historia que resume la vida de Ana de Rojas, la hija pequeña del conde de Montarco, Eduardo de Rojas y Ordoñez, y de María del Consuelo Pardo-Manuel de Villena, quien fuera su primera esposa. Estas semanas, muy a su pesar, su familia ha protagonizado numerosos titulares de prensa a raíz de diversas informaciones publicadas que han llevado a este clan aristocrático a estar de plena actualidad.

placeholder El conde de Montarco, Eduardo de Rojas.
El conde de Montarco, Eduardo de Rojas.

Desencuentros familiares

Eduardo de Rojas, conde de Montarco, al morir su primera mujer y madre de sus cinco primeros hijos (la pequeña era Ana), se casó con Charo Palacios en 1968. Con ella fue padre de dos hijos más: Julio y Alejandra de Rojas. Ahí comenzaron, según cuenta la propia Ana de Rojas en ‘La Gaceta de Salamanca’, los desencuentros entre ambas familias porque “Charo se creía la condesa de Montarco, cuando era consorte por matrimonio”. Actualmente, y desde que en 2005 falleciera su padre, Ana no tiene con su hermanastra Alejandra ningún tipo de relación.

placeholder Charo Palacios. (Europa Press)
Charo Palacios. (Europa Press)

Mientras Alejandra ha aparecido en el papel couché desde muy joven, Ana siempre ha procurado mantenerse en un segundo plano. La madre de Alejandra, Charo Palacios, fue musa del diseñador Elio Benhayer y asidua a los eventos sociales. Además, la relación sentimental de Alejandra con Luis Medina, hijo de Naty Abascal, terminó de fijar los focos en la joven. Posteriormente contrajo matrimonio con Beltrán Cavero, en diciembre de 2018, de quien, como contó Vanitatis en exclusiva esta semana, se encuentra en trámites de separación. Juntos son padres de un hijo de tres años y medio.

placeholder Alejandra de Rojas. (Gtres)
Alejandra de Rojas. (Gtres)

Retiro cerca de su expalacio

Lejos del bullicio y los focos capitalinos, en Morasverdes, una pequeña localidad salmantina que la ha acogido con los brazos abiertos, en una modesta casa parroquial que tiene alquilada, vive rodeada de caballos, perros y gatos. No está muy lejos de su adorada Ciudad Rodrigo, un lugar donde hasta el año 2007 su familia fue propietaria del espectacular Palacio Montarco. Una joya renacentista donde Ana pasó la mayor parte de su infancia. “La siento como mía, más que porque sea un gran palacio porque es mi casa de la infancia, donde están mis recuerdos”, reconocía en una entrevista a Vanitatis. Un lugar cargado de historia donde Manuel Fraga tenía su propia habitación y donde también se instalaron personajes de la realeza internacional como el duque de Windsor o Wallis Simpson.

Actualmente, la vida de la hija pequeña del primer matrimonio del conde de Montarco consiste en cuidar su huerto, sus frutales, sus animales y disfrutar de momentos junto a sus nietos. Una vida feliz y en paz que nada tiene que ver con la que vivió de niña. Es muy querida en el pueblo donde reside y en las localidades de alrededor, a donde se desplaza a hacer la compra, a la farmacia, al veterinario con sus animales o al centro médico. Se define a sí misma como lectora, escritora, ecologista, amante de los animales, solitaria, firme en sus principios y comprensiva con los desaciertos ajenos.

Por su padre, el conde de Montarco siente cierta admiración. Junto a él trabajó en ‘La Gaceta Rural’ el primer periódico dedicado a la agricultura semanal nacional que él mismo había fundado en 1944. “Como jefe no había otro, creía en ti, te daba libertad y te apoyaba en tus iniciativas. Aunque como padre era un desastre”, reconocía a Vanitatis. Su padre trató con la élite de Franco y para Ana, don Juan de Borbón era una persona a la que acostumbraba a ver en sus veranos mallorquines. No obstante el conde de Montarco formó parte de su consejo privado durante el exilio. “Tenía una conversación culta y encantadora, con mucho sentido del humor y soltaba unos tacos tremendos. Era cercano, encantador y muy inteligente”, contó a Vanitatis.

Un rumor a gritos

Ante el comunicado emitido por su hermanastra Alejandra de Rojas, en el que niega "tajantemente" ser "la hija secreta" del rey Juan Carlos, Ana se ha pronunciado en redes sociales. Está molesta porque cree que todas estas informaciones dañan el honor de su padre y su máximo deseo es salvaguardarlo. “El rumor de la paternidad de Alejandra lleva muchos años flotando en ciertos círculos sociales y en la prensa. En 2017 ya una publicación lo decía. Pero eso no quiere decir que fuera la realidad”.

placeholder El rey Juan Carlos. (Getty)
El rey Juan Carlos. (Getty)

“Quizás la abundancia de relaciones femeninas de don Juan Carlos y las frecuentes menciones a su amistad de adolescencia por parte de la segunda mujer de mi padre hayan estado en el origen de esta versión que le adjudica una paternidad en la que nosotros no hemos creído. Nos ha parecido siempre una magnificación”, continúa. En sus redes sociales finaliza: “En cualquier caso, mi padre le dio su legitimidad con sus apellidos y la trató como a un hijo más. Nosotros respetamos esa decisión y callamos durante cuarenta años. Nunca salió de entre nosotros ninguna referencia a ese asunto. Con esto pongo fin al tema. Lamento que el nombre de Montarco se haya visto involucrado en este asunto teniendo tanta historia digna e interesante que narrar de mi padre que hizo mucho y grande en su vida”, culmina.

placeholder Eduardo de Rojas con su hija mayor, Blanca.
Eduardo de Rojas con su hija mayor, Blanca.

El condado de Montarco lo heredó la hermana mayor de Ana, Blanca de Rojas. Al morir ésta, y tras la renuncia de su hijo mayor Rodrigo “por poder aportar poco y no ennoblecerlo”, es su sobrino Joaquín quien lo ostenta en la actualidad.

De crecer en un palacio codeándose con la aristocracia y la jet europea a vivir feliz en una modesta casa parroquial de un pequeño pueblo salmantino de tan solo 232 habitantes. Esta es la historia que resume la vida de Ana de Rojas, la hija pequeña del conde de Montarco, Eduardo de Rojas y Ordoñez, y de María del Consuelo Pardo-Manuel de Villena, quien fuera su primera esposa. Estas semanas, muy a su pesar, su familia ha protagonizado numerosos titulares de prensa a raíz de diversas informaciones publicadas que han llevado a este clan aristocrático a estar de plena actualidad.

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