La vida de Ona Carbonell tras su retirada: de su papel de madre a su refugio lejos del foco

Aunque una imagen lo dice todo, las palabras también. Y eso es lo que ha puesto en valor Ona Carbonell, en el vídeo que ha publicado en su perfil de Instagram para anunciar que “cuelga el bañador”. Una expresión que utiliza esta nadadora olímpica que abandona el agua “feliz y tranquila de haber tomado esta decisión, sobre todo, agradecida”.

En una semana de noticias deportivas que adelantan despedidas tristes, como la de Rafa Nadal y su ausencia prolongada, la nadadora catalana ha marcado en el calendario una fecha: el 19 de mayo, “un día de cambio, evolución y aprendizaje”, continúa narrando en un vídeo lleno de imágenes de sus proezas deportivas.

Ona, de 32 años, pone así punto y final a una carrera de más de 15 en la que se ha colgado hasta 92 medallas internacionales por sus bailes bajo el agua. La natación sincronizada no solo le reportó dos medallas olímpicas en Londres 2012; le ha enseñado numerosos valores: “La humildad en la derrota y en la victoria, el esfuerzo y el compañerismo, la creatividad y la belleza, la importancia del respeto y el apoyo mutuo, conocer mis límites, físicos y mentales, y levantarme tras perder, siempre fue así”.

Ona Carbonell no se siente sola, dice, en este importante paso. Recuerda haber sentido el cariño de todos: “Familia, amigos, compañeros, deportistas, rivales… A todo el que me encontré por el camino, simplemente quiero decir: gracias”.

Sin embargo, Ona Carbonell es algo más una deportista de élite. Cuando anunció su retirada temporal en 2019, un año antes de dar a luz a su segundo hijo, consiguió un avance decisivo en el papel de las mujeres en el deporte. Previamente, la deportista no había podido viajar a los Juegos de Tokio con su primer hijo, aún lactante, porque las normas lo impedían, y fue entonces cuando pidió visibilidad a las madres deportistas.

Sus palabras tuvieron una importante repercusión: “No hay que renunciar a la maternidad por el deporte de élite”. Gracias a este gesto, en 2022 fue reconocida como una de las 100 mujeres más inspiradoras e influyentes del año en una lista elaborada por la BBC. Cuando volvió a ser madre grabó un documental para abordar el tema y no caer en el olvido.

En este tiempo hemos conocido otras facetas de Ona, casada con Pablo Ibáñez, exgimnasta de la selección española. Ha posado como modelo para numerosas marcas deportivas, y demostró sus artes culinarias en la tercera edición del concurso ‘MasterChef Celebrity’, donde se alzó con el triunfo. Además, es escritora de libros infantiles y adquirió el título de diseñadora en la Escuela Superior de Diseño de Sabadell. Su refugio es la isla de Menorca, donde disfrutaba de niña.