El "culo mantecoso" de Merkel y otras 'perlas' de Silvio Berlusconi

El pasado lunes 12 de junio moría uno de los políticos más polémicos y controvertidos del siglo XXI. El exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi fallecía a los 86 años a causa de una neumonía y una leucemia crónica.

A sus espaldas, Berlusconi ha dejado un largo camino político que ha estado plagado de tensos momentos y frases tan inoportunas como inconcebibles en la boca de alguien que debe trabajar por el bien de la sociedad de su país. Pero eso de la corrección política nunca fue con el italiano. De hecho, parecía disfrutar haciendo alarde de todo lo contrario.

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Tildado de egocéntrico, fanfarrón, machista, homófobo o racista, estos calificativos no han surgido por casualidad o por una animadversión personal de sus enemigos hacia su figura. Estos calificativos son la consecuencia de frases y declaraciones que él mismo pronunció en vida y que son difíciles de olvidar tras su muerte.

Egocentrismo

Pronto comenzó Silvio Berlusconi a mostrar públicamente el alto concepto que tenía de sí mismo. “Yo no he elegido la política. Es una imposición de la Historia”, dijo ya en 1994.

“No es complejo de superioridad, es un dato objetivo. Soy de un calibre sin parangón”, “solo Napoleón ha hecho más que yo”, “soy el Jesucristo de la política, me sacrifico por todos”, “mi valía es algo que está fuera de toda discusión; mi sustancia humana, mi historia, es algo con lo que los otros únicamente sueñan”, "soy el mejor líder político en Europa y en el mundo", "soy el mejor primer ministro que ha tenido Italia en sus 150 años de historia" o "tengo poco pelo porque mi cerebro ha crecido y lo ha expulsado hacia afuera" son otras de las frases que, sin sonrojo, pronunció alabando su propia figura.

Machismo

La forma de hablar sobre las mujeres que Berlusconi tuvo en numerosas ocasiones le granjeó una imagen de machista irrespetuoso de la que ya nunca se desprendió. Tampoco pareció preocuparle mucho.

Sus bromas de cuestionable gusto sobre las mujeres, vistas únicamente como objetos de conquista y juzgadas por su aspecto físico, no cesaron en toda su carrera política. "Un sondeo dice que el 33% de las jóvenes italianas sí se acostarían conmigo. El resto de las chicas contesta: ‘¿Otra vez?’", aseveró, sin miramientos, en una ocasión.

En junio de 2005 reveló que usó sus encantos masculinos para persuadir a la presidenta de Finlandia, Tarja Halonen, y obtener el consenso de ese Gobierno sobre la sede de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. "Tuve que usar todas mis tácticas de playboy, aunque no las había usado durante algún tiempo", comentó. Sus declaraciones causaron una protesta formal del embajador finlandés en Italia.

Hasta para pedir pedir el voto hacía uso de su machismo sin tapujos: "Por favor, aquí sólo pueden estar las mujeres jóvenes y guapas. Las viejas y feas, por favor, apoyen a la oposición".

A su equipo de fútbol de Monza, le animó diciéndoles. “Vienen la Juventus, el Milán… y si ganáis a uno de estos grandes equipos os mandaré un autobús lleno de putas al vestuario”.

Refiriéndose a Margaret Thatcher dijo: “Si hubiera sido una chica guapa, me acordaría”; y sobre las mujeres en general aseguró que había descubierto “cuál es el punto G de las mujeres: es el último ticket de compra”.

El comentario más soez sobre una mujer fue posiblemente el que realizó sobre Angela Merkel. "Es un culazo mantecoso infollable", fueron las palabras que, según el diario ‘La Republica’, se interceptaron en unas grabaciones telefónicas durante una investigación. El asunto resultaba tan vergonzoso en Italia que ningún medio se atrevió a reproducir estas palabras en titulares.

Irrespetuoso con sus adversarios

Cuando se trataba de hablar sobre sus adversarios políticos, Berlusconi no disimulaba su desprecio, ridiculizándolos. En 2009, hablando sobre su rival político Franceschini, dijo: "El genio de la lámpara le preguntó a Franceschini y este le pide la paz entre palestinos e israelíes. El genio le responde: 'Es imposible. Pide otro deseo'. 'Entonces hazme tan listo como Berlusconi'. El genio le responde: '¿Cuál era el primer deseo?'".

Sus problemas con la justicia también le granjearon un odio hacia los jueces, de los que llegó a decir que “para hacer ese trabajo tienes que estar mentalmente perturbado (…). Los jueces son antropológicamente distintos al resto de la raza humana".

Sus homólogos de profesión en otros países tampoco se libraron de sus bromas fuera de lugar: “Le he dicho al presidente Dimitri Medvedev que Obama lo tiene todo para llevarse bien con él: es joven, guapo y hasta está moreno”, afirmó cuando Obama ganó las elecciones.

Insensible con las desgracias del mundo

La sensibilidad de Berlusconi con las personas desfavorecidas o ante situaciones sociales o políticas preocupantes brilló por su ausencia en muchas ocasiones. No dudó en defender o bromear sobre figuras controvertidas como la de Mussolini o la de Putin. Sobre el primero dijo en una entrevista concedida a la revista británica 'Spectator': "Mussolini nunca mató a nadie, envió gente de vacaciones al exilio". A la pregunta de si el dictador italiano le parecía “benévolo”, su respuesta fue "sí".

Sobre Putin alardeaba de la gran amistad que le unía a él: “Me ha mandado por mi cumpleaños 20 botellas de vodka y una carta muy bonita. Le he respondido con botellas de Lambrusco y con una carta igual de bonita. Lo conozco y es un hombre pacífico, una persona sensata”. También aseguró sobre él que “Putin es una persona que respeta a los demás, reflexiva. Es un hombre profundamente liberal, que mantiene su palabra, un auténtico demócrata. Lo conozco desde hace más de 15 años. Casi lo considero como mi hermano pequeño (…). A día de hoy es el líder número uno del mundo”.

El colmo de la insensibilidad fue cuando en 2009, durante una visita a los supervivientes de un terremoto en la región central de Abruzzo, Berlusconi comentó a las personas que se alojaban en las tiendas de campaña: "Deberíais verlo como un fin de semana de camping".