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Cayo Bruno, el hijo de Loquillo que ha heredado su tupé y la pasión por la música
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Community Manager de su padre

Cayo Bruno, el hijo de Loquillo que ha heredado su tupé y la pasión por la música

El hijo del mítico cantante barcelonés trabaja con él llevando sus redes sociales. Además de un gran parecido físico, ha heredado la altura del artista y su pelo

Foto: El hijo de Loquillo, Cayo Bruno, ha heredado muchos rasgos de su padre, como la altura y el mítico peinado del cantante. (EFE/Víctor de los Reyes)
El hijo de Loquillo, Cayo Bruno, ha heredado muchos rasgos de su padre, como la altura y el mítico peinado del cantante. (EFE/Víctor de los Reyes)

Para muchos, ser 'el hijo de' se puede convertir en una verdadera maldición por el hecho de tener que luchar contra la alargada sombra de un padre o madre famoso. Sin embargo, en el caso de Loquillo y su hijo, Cayo Bruno, es todo lo contrario: padre e hijo se idolatran y guardan verdadera admiración el uno por el otro.

Tanto es así que hasta físicamente parecen sincronizarse. Ante el gran parecido físico de Cayo Bruno con su padre, no podemos evitar acordarnos de los primeros años de Loquillo en el mundo de la música. A sus 62 años, el catalán, que llegó a la música como ese rebelde con pendiente y tupé a lo Elvis Presley, ve en su hijo “un faro en medio de la tormenta”.

Tormenta que desde 2021 llegó a la vida del músico cuando le diagnosticaron una importante enfermedad, que podría haber afectado a sus cuerdas vocales y, por ende, a su carrera profesional. Concretamente, Loquillo reveló a ‘Diario Médico’ que le habían diagnosticado bocio multinodular. Se trata de una alteración de la glándula del tiroides que puede provocar que se forman múltiples nódulos en el cuello.

En ocasiones, la enfermedad del cantante puede hacer que el cuello aumente de diámetro o que se formen protuberancias en la zona. Esto mismo es lo que le ocurrió al catalán, que un día, al abrocharse una camisa, se dio cuenta de un bulto. Sin embargo, los riesgos que podía ocasionar una operación en su garganta, y por lo tanto en su voz, le hicieron desestimar la posibilidad de operarse.

Por el momento, el cantante se encuentra bien y disfruta del tiempo que comparte con su familia. Especialmente con Cayo Bruno, el hijo que tiene con Susana Koska, a quien en 2011 le diagnosticaron cáncer de mama. Cayo trabaja mano a mano con su padre y ejerce de community manager del cantante gestionando sus redes sociales. Se podría decir que todo queda en casa en la familia de Loquillo.

Además de su amor por la música, padre e hijo se parecen más allá de su apariencia. Ambos son seguidores del baloncesto y perfectamente podrían haberse dedicado a este deporte a nivel profesional con sus casi dos metros de estatura. De hecho, Jose María (nombre de Loquillo) confesó a 'Mundo Deportivo' cómo "el basket le ayudó a desviarse del mal camino".

En cuanto al compromiso y la solidaridad, Cayo Bruno es un orgullo para sus padres. El joven ha demostrado su compromiso con la sociedad siendo donante de médula a través de una operación de 4 horas, en la que estuvo arropado por sus padre y su novia.

"Gracias a mi donación, estoy ayudando a una persona a seguir viviendo y a curarse. No todo el mundo puedo decir eso y es una experiencia inolvidable. Voy a recordar siempre este día y espero que a la persona que le llegue mi médula, que es anónima, le cure completamente", dijo el joven.

Para muchos, ser 'el hijo de' se puede convertir en una verdadera maldición por el hecho de tener que luchar contra la alargada sombra de un padre o madre famoso. Sin embargo, en el caso de Loquillo y su hijo, Cayo Bruno, es todo lo contrario: padre e hijo se idolatran y guardan verdadera admiración el uno por el otro.

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