Rosauro Varo finaliza el verano con dos grandes proyectos y un guiño de Sabina

Rosauro Varo está teniendo una rentrée a pedir de boca. Tras un verano en compañía de su mujer, Amaia Salamanca, y sus tres hijos, el empresario acudía hace unos días al concierto de Joaquín Sabina en Sevilla. Un acontecimiento que reflejaba en sus redes sociales, haciendo una excepción, pues rara vez publica fotografías o vídeos relacionados con su discreta vida personal. “Queridos @jsabinaoficial y @jimecoro, habéis venido a casa y triunfado nada menos que en la Maestranza, y le habéis robado a Sevilla el corazón y esta os ha demostrado todo lo que os quiere. Maestro, muchas gracias pero ya no por tu obra, no por ser parte de la banda sonora de mi vida, ni por tu arte, ni por tu humor, ni tan siquiera por dedicarme una canción, muchas gracias de corazón por considerarme tu AMIGO”.

Sorprendió ver como el autor de '19 días y 500 noches' dedicaba una canción a Rosauro Varo en su concierto llamándole amigo, porque al menos públicamente esta relación entre ambos no había salido a la luz. "Rosauro siente gran admiración por Sabina", nos confirma alguien de su entorno. Tienen puntos en común, ambos son andaluces y están profundamente enamorados de su tierra; además de triunfar en sus respectivas profesiones.

De Joaquín Sabina sobra decir que más que un cantante y poeta, se ha convertido en un mito gracias a una obra que le ha consagrado como indispensable de la música contemporánea. Rosauro Varo, por su parte, desde muy joven destacó como emprendedor en proyectos de hostelería en su Sevilla natal, y fue escalando a base de talento y esfuerzo hasta convertirse en el empresario con mayúsculas que es hoy en día. Tiene sillones reservados en los consejos de administración de Acciona, Prisa y Movistar Plus, y no cesa en su empeño de emprender tanto en hostelería como en promociones inmobiliarias, ocio o restaurantes. Pero quizás el máximo reconocimiento a su trabajo lo obtuviera en mayo de este año al recibir la Medalla de Sevilla: "Es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida", reconocía a este medio.

El empresario continúa apostando por proyectos como el de la rehabilitación de Río Grande en Sevilla que, tal y como contó Vanitatis, dio el pistoletazo de salida el pasado 3 de julio. Un restaurante en una de las zonas más emblemáticas de la ciudad hispalense junto al río Guadalquivir y con vistas a la Torre del Oro que cuenta con 3.000 m² de superficie. Para este proyecto, Varo ha unido fuerzas con el Grupo Carbón, integrado en el Grupo Larrumba Holding. También con Miguel Gallego, uno de los empresarios más importantes dedicados al aceite de oliva del mundo.

El Grupo Larrumba Holding explota más de 25 restaurantes como Carbón, Habanera, Perrachica o Marieta. La reapertura del restaurante Río Grande de Sevilla ha sido un éxito rotundo. Allí han asistido personajes como Eugenia Martínez de Irujo; la actriz Carmina Barrios, madre de los hermanos María y Paco León, o la socialité Fiona Ferrer, entre otros muchos rostros conocidos. El próximo jueves 14 de septiembre organizan en una zona denominada el Patio de los Limoneros, el primer tardeo con invitación especial.

Pero no es este el único proyecto en el que Varo está inmerso. Junto a José María Pacheco, su íntimo amigo y socio en Gat Inversiones, han acordado la compra a Pachá de la mitad del centro lúdico Laguna Beach, ubicado en la Costa del Sol. Tal y como publica El Confidencial, hace dos años Rosauro se asoció con Pachá para comprar y reconstruir Laguna Village, que había sufrido un incendio un año antes y había quedado en ruinas. Las dos partes acordaron quedarse con la mitad de la nueva sociedad, en la que tenían previsto invertir cerca de 25 millones para relanzar el centro comercial e instalar Lío, el mítico club ibicenco, en Estepona.

Con esta nueva operación, Varo (que ya poseía el 50%) y su socio y amigo son ya dueños de la totalidad del complejo. Sus planes son instalar importantes marcas de restauración, entretenimiento y ocio. Tendrá una superficie de 13.000 metros cuadrados de explotación y una concesión en playa de 1.200 metros. Otro éxito asegurado del empresario.

Y es que si por algo destaca Rosauro es por su olfato para los negocios. Desde que en 2016 vendiera, junto a su amigo Javier Hidalgo, Pepe Phone a Mas Móvil por una cifra cercana a los 150 millones de euros no ha dejado de cosechar triunfos. También algún negocio que no fue bien, pero precisamente en eso reside la clave de su éxito: "Aprendí una lección de cada fracaso", tal y como él mismo reconoció en una entrevista.