Donatello d'Auge, el caballo de oro de la hija del fundador de La Finca y su marido

Susana García-Cereceda es una de esas mujeres que tienen la suerte de poder decir que han hecho de su pasión su trabajo. Aficionada al mundo ecuestre desde niña, su padre, el empresario Luis García-Cereceda, creador de la exclusiva urbanización La Finca en Pozuelo de Alarcón, siempre fomentó que practicara este deporte. Para que ella y su hermana Yolanda disfrutaran de esta pasión, compró en el año 2000 la finca La Pellejera, en Brunete (Madrid), a Joaquín Garrigues. Parte de sus 800 hectáreas de extensión fueron adaptadas a la pasión hípica de sus dos hijas.

Su lugar en el mundo

Luis García-Cereceda muere en el año 2010 y (escandalosos líos sucesorios aparte) Susana toma las riendas del imperio inmobiliario. Pero el bien más preciado (al menos emotivamente) para ella de su herencia fue la finca La Bosqueterie. Un lugar situado a unos 200 kilómetros de París donde los caballos son los protagonistas indiscutibles del lugar. Ubicada concretamente en Le Pre D’Auge, una localidad que cuenta con menos de 1.000 habitantes, es donde la heredera reside y cría caballos de competición junto a su marido, el jinete francés Julien Epaillard. Con él es madre de su único hijo, Luis, un nombre escogido en honor a su abuelo. Una actividad que combina con su puesto como presidenta del Grupo La Finca. Susana no ha abandonado del todo la competición hípica y aunque ha cedido todo el protagonismo actualmente a su marido, todavía participa en algún concurso de salto utilizando su apellido de casada, matriculándose como Susana Epaillard.

Uno de esos caballos que cría la pareja en La Bosqueterie es Donatello d’Auge, un silla francés de 10 años que Susana García-Cereceda crio con gran acierto allí y que ha despuntado como un excelente caballo en salto de obstáculos. El palmarés del caballo, que monta asiduamente su marido, le ha servido a su propietaria para obtener el premio como mejor criadora del mundo que otorga la WBFSH Jumping Breeder este año 2023. Un galardón que se une a todos los que Julien Epaillard ha conquistado a lomos de Donatello d’Auge, como la copa del mundo de saltos Longines FEI en Ámsterdam, sus destacadas actuaciones en la llamada ‘Fórmula 1 de la hípica’ en St. Tropez y Montecarlo este año o el Trofeo Ciudad de Barcelona que ganó en la final de la Copa de las Naciones Longines el mes pasado, entre muchos otros.

Un caballo 'de la familia'

Según los expertos, se trata de un caballo que podría estar valorado en una cifra cercana a los 2,5 millones de euros. Pero desde círculos hípicos se descarta que el matrimonio Epaillard García-Cereceda tengan planeado deshacerse de él. Ambos le profesan un gran cariño. Tras criarle en su finca, fue el jinete francés quien le introdujo en el salto de obstáculos, ganándose poco a poco su confianza en las pistas. “Se tarda mucho tiempo en ganarse la confianza de un caballo, pero la puedes perder en tan solo un segundo”, declaraba sobre aquel momento. Y con la discreción que les caracteriza afirmaban en un medio hípico que “es un caballo increíble”.

Un caballo castrado, que no podrá tener descendencia, pero con el que Epaillard ya tendría fijada su vista en los Juegos Olímpicos de París 2024. Tal vez tenga la misma suerte que otro gran caballo criado en La Bosqueterie, Safari d'Auge, quien se proclamó campeón del mundo por equipos en los Juegos Olímpicos de Barcelona.