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Los hijos de la infanta Pilar no consiguen vender su casoplón: más de 2.000 metros de parcela en Puerta de Hierro
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VALORADA EN MÁS DE 3 MILLONES

Los hijos de la infanta Pilar no consiguen vender su casoplón: más de 2.000 metros de parcela en Puerta de Hierro

Los cinco herederos de la hermana de don Juan Carlos llevan cuatro años intentando encontrar comprador para la imponente propiedad donde vivió su madre desde que se casó hasta sus últimos días

Foto: Vista de la entrada de la casa de la infanta Pilar.
Vista de la entrada de la casa de la infanta Pilar.

Casi cuatro años después de la muerte de la infanta Pilar, la imponente casa en la que vivía en la exclusiva urbanización de Puerta de Hierro continúa sin encontrar comprador. A la venta desde la lectura del testamento en 2020, tal y como ha podido confirmar Vanitatis, sus cinco hijos llevan todo este tiempo esperando a que alguien se decida a pagar los algo más de 3 millones de euros en los que estaría disponible en el mercado. Según expertos en el sector consultados por este medio, el precio de la propiedad oscilaría entre los 3,5 y los 3,8 millones, aunque podría llegar a los 4 millones de euros.

No es para menos. Aunque algo desfasada a nivel estético -muestra algunas desmejoras en la fachada y en el muro exterior-, la casa que mandaron construir los duques de Badajoz poco después de su boda a finales de los 60 cuenta con un terreno de más de 2.400 metros cuadrados.

Sobre esta parcela está edificada una vivienda unifamiliar de más de 1.000 metros cuadrados de superficie repartida en tres plantas: semisótano, planta principal y primera planta. Un casoplón con todas las de la ley en el que la familia Gómez-Acebo reunió a toda la familia Borbón en tantas Navidades y fiestas y que ahora busca comprador.

placeholder El muro presenta varios desperfectos y pintadas. (Clipper)
El muro presenta varios desperfectos y pintadas. (Clipper)

Desperfectos y un plan

Aunque los hijos han tratado de mantener la vivienda en el mejor estado posible para facilitar la venta, lo cierto es que, al llevar cerrada tanto tiempo, el deterioro va siendo evidente. Fuentes cercanas a la familia aseguran en conversación con Vanitatis que reformarla no es una opción para ellos: “Lo ideal es que quien la compre la derribe. Es una casa construida a finales de los 60 y el estilo de construcción de la época no corresponde con lo que se pide hoy. La reforma tendría que ser integral de cualquier modo. De todas formas, en Puerta de Hierro muchos son los que compran para volver a construir. Es casi lo normal”.

placeholder La casa de la infanta Pilar, hace unos meses, aún con los escudos. (Clipper)
La casa de la infanta Pilar, hace unos meses, aún con los escudos. (Clipper)

Por lo pronto, los hijos han retirado los escudos que presidían la fachada, realizados en piedra. De hecho, desde la calle se aprecian los desconchones de la pared donde estuvieron colgados durante décadas. Tampoco tendría sentido para el nuevo propietario mantener la garita de seguridad en la puerta, construida entonces para la elevada seguridad que durante años acompañó a la hermana y sobrinos de don Juan Carlos cuando era rey.

Lo que sí continúa manteniendo gran parte de su histórico lustre es el jardín, tan frondoso como estaba cuando vivía la infanta. De su cuidado y mantenimiento se encarga el mismo jardinero que había entonces, y todo luce verde y cuidado en el inmenso terreno que rodea la vivienda.

placeholder En la entrada, todo sigue tan frondoso como siempre. (Clipper)
En la entrada, todo sigue tan frondoso como siempre. (Clipper)

Los altos costes de mantenimiento de la propiedad (el IBI en esa zona es altísimo, así como los gastos fijos de agua y luz) han apremiado a la familia a vender la casa desde el primer día. Con varios inmuebles a la venta en la zona, aún no ha atraído la atención de nadie, al menos de manera definitiva. Aunque varios inversores se han interesado, la operación no ha llegado a cerrarse aún, tal y como aseguran desde el entorno de los Gómez-Acebo en conversación con Vanitatis, que aprovechan para desmentir la idea de que alguno de ellos se la quede para vivir con su familia. “Sigue a la venta y así seguirá. Ningun miembro de la familia quiere vivir allí”. Una decisión definitiva.

Casoplón a medida

En aquellos años, esta urbanización en las afueras de Madrid comenzó a llenarse de familias relevantes en el mundo de la banca y la empresa. Ahora es una de las zonas privilegiadas donde los precios oscilan entre los 2.900 euros/m² y los 3.785 euros, según la información que publicaba El Confidencial a finales del año pasado.

La infanta Pilar y su marido, Luis Gómez-Acebo, la compraron el 28 de abril de 1967, apenas unos días antes de su boda, el 5 de mayo. De hecho, fue inscrita en el registro a la vuelta de su viaje, el 30 de junio. Se casaron en el monasterio de los Jerónimos de Belém, en Lisboa, en una boda que lejos de pompa y boato, dadas las circunstancias, tuvo poca repercusión.

placeholder La infanta Pilar, radiante, el día de su boda. (Europa Press)
La infanta Pilar, radiante, el día de su boda. (Europa Press)

Por un lado, la fecha coincidió con la promulgación de la Ley de Sucesión en la jefatura del Estado de Franco y don Juan no estaba en esas quinielas. Además, el novio no era el que la familia quería. A pesar de que Luis Gómez-Acebo formaba parte de la aristocracia, por parte materna y paterna, y que su abuelo era el fundador del Banco Español de Crédito, los condes de Barcelona no estaban muy de acuerdo ni con el noviazgo ni con la posterior boda. Querían un príncipe o un rey, y el candidato era Balduino de Bélgica, que se convirtió en rey a los 21 años.

La infanta siempre tuvo las ideas muy claras y, tal y como narran las crónicas de la época, se casó con quien ella eligió. Con él vivió un feliz matrimonio hasta que enviudó en 1991. Vivió hasta su último día en la casa que ambos construyeron con espacio más que de sobra para criar a la familia numerosa con la que siempre soñaron.

placeholder Los hijos de la infanta Pilar, Simoneta, Juan, Bruno, Beltrán y Fernando, a su llegada al funeral de su madre en el monasterio de El Escorial. (Europa Press/Pool)
Los hijos de la infanta Pilar, Simoneta, Juan, Bruno, Beltrán y Fernando, a su llegada al funeral de su madre en el monasterio de El Escorial. (Europa Press/Pool)

Tuvieron cinco hijos en común, que hoy forman parte del organigrama de la empresa que es propietaria de la vivienda. Pertenece a la sociedad San Jacobo SL, de la que es presidenta la primogénita de la que fuera duquesa de Badajoz, Simoneta, y en la que sus cuatro hermanos, Juan, Fernando, Beltrán y Bruno, constan como consejeros. Todos ellos tomaron posesión de los cargos en esta empresa fundada hace 56 años y creada para la administración y gestión inmobiliaria en 2020, cuando falleció su madre. Una empresa con un activo de algo más de 6 millones de euros.

Doña Pilar falleció el 8 de enero de ese año tras varios días ingresada en la clínica Ruber. La tía del Rey padecía desde hacía años un cáncer de colon que fue deteriorando su salud poco a poco hasta el triste desenlace hace ahora casi cuatro años.

Casi cuatro años después de la muerte de la infanta Pilar, la imponente casa en la que vivía en la exclusiva urbanización de Puerta de Hierro continúa sin encontrar comprador. A la venta desde la lectura del testamento en 2020, tal y como ha podido confirmar Vanitatis, sus cinco hijos llevan todo este tiempo esperando a que alguien se decida a pagar los algo más de 3 millones de euros en los que estaría disponible en el mercado. Según expertos en el sector consultados por este medio, el precio de la propiedad oscilaría entre los 3,5 y los 3,8 millones, aunque podría llegar a los 4 millones de euros.

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