Hablamos con Iria Campo Rey, descendiente de la 'realeza del periodismo': "La política europea engancha"

Iria Campo Rey es la hija mayor de los periodistas Manuel Campo Vidal y María Rey. Su padre fue presentador del telediario de TVE durante los años 80 y en los 90 en la cadena privada Antena 3. Además de directivo de ésta última, de la que llegó a ser su vicepresidente, durante doce años fue también presidente de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión de España. Un currículum imponente al que hay que añadir haber sido el moderador por excelencia de los debates televisados entre los candidatos a presidentes del Gobierno de nuestro país, un Premio Ondas y dos TP's de Oro. Un amor por el periodismo que comparte con su mujer, la presentadora y presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, María Rey, madre de tres hijos: Iria, Iago y Nacho.

Iria es la mayor de los tres. Físicamente es un calco de su madre. Rubia y con unos impresionantes ojos azules, ha heredado de ella además su curiosidad e independencia. Aunque no descarta por completo el mundo de la comunicación, lo suyo por el momento es la política europea desde que estudiara en la Universidad de Utrech (Países Bajos) Filosofía Política y Economía con Historia. Le apasiona la moda, de hecho se planteó montar una consultoría de moda al terminar sus estudios, pero aparcó ese proyecto para apostar por su carrera política, a la que ha llegado pisando fuerte y firme, con las ideas muy claras.

Tiene una mente inquieta, lo que le ha llevado a colaborar con su padre en una serie de documentales sobre la España rural vaciada, un tema que le fascina y preocupa a partes iguales y sobre el que habla largo y tendido con conocimiento de causa.

¿Cómo te describirías a ti misma?

Soy muy inquieta. Desde muy pequeña he querido salir de España para estudiar y trabajar. ¡A día de hoy he pasado más de un tercio de mi vida fuera de España! Eso define mucho mi personalidad y mi visión del mundo. Mi padre siempre dice que soy muy solidaria. La verdad es que lo procuro porque soy muy consciente de mis privilegios y posiblemente eso se traduzca en mi afán político.

Tus padres son dos personas muy conocidas, ¿eso te ha influido de alguna manera?

La carrera de mis padres me ha influido de muchas maneras, pero no por el hecho de que fueran conocidos. Ellos han mantenido un perfil muy profesional, pero fuera del horario laboral se mantenían alejados de los medios. Sin embargo, su conocimiento de actualidad política y del mundo de la comunicación ha influido en todos los que vivíamos en casa. Me considero muy afortunada de haber crecido en un ambiente culto, instructivo y crítico.

¿Con dos periodistas en casa basta?

Admiro mucho sus carreras. Mi madre, como presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, sigue luchando por defender la labor del periodista en esta sociedad. Es una profesión muy interesante y difícil que aunque no he estudiado en la universidad, conozco bien. Aunque siempre me había resistido a la idea, voy iniciando cierta trayectoria en la comunicación. Hace menos de dos años, junto a Berenice Lobatón, coproduje y copresenté un encuentro intergeneracional para TVE investigando el rol de los jóvenes en los medios. Desde entonces he empezado a trabajar como documentalista con mi padre en su serie sobre la España rural despoblada.

¿En qué consisten esa serie de documentales?

Intentamos concienciar a la sociedad española del gran desequilibro territorial que sufrimos. Un 80% de los ciudadanos viven en un 20% del territorio. Mi padre es un activista sobre este tema y escribió el libro ‘La España despoblada: crónicas de emigración, abandono y esperanza’. Estamos intentando dar a conocer iniciativas locales o servicios que trabajan para evitar agrandar el problema como pueden ser Correos o las gasolineras que se mantienen en el territorio. Después de tres documentales producidos por Manuel Campo y de camino a hacer el cuarto, muchos objetivos se han conseguido, pero queda mucho trabajo de concienciación por delante.

Estudiaste Filosofía Política y Economía con Historia, una carrera peculiar. ¿Qué te animó a hacerlo?

Tuve una fantástica profesora de Filosofía en el colegio y me enamoré de la asignatura. Me interesaba estudiar Historia o Filosofía por separado, pero la realidad es que esas carreras están poco valoradas fuera del ámbito académico. En mi carrera lo interesante es que se juntan las cuatro disciplinas y se estudian desde un punto de vista común, creando una perspectiva nueva que afronta problemas con un razonamiento multidisciplinar.

Tu padre trabajaba como director, ¿cómo ha sido la experiencia de trabajar con él?

Es una gran experiencia porque es un fantástico mentor. Él incluye a sus colaboradores en sus decisiones como un día sus propios mentores hicieron con él, de este modo aumenta nuestro crecimiento profesional. Además, creo que mi educación en Países Bajos aporta una perspectiva diferente al equipo. Él sé que valora mucho mi visión europea.

Entre tanto trabajo también tendrás ratos libres, ¿qué te gusta hacer cuando no estás involucrada en algún proyecto?

La moda responsable ocupa gran parte de mi tiempo libre, disfruto mucho leyendo sobre la industria y siempre que aparece una oportunidad para trabajar la cojo. Hace unos meses tuve la oportunidad de trabajar para Levi's London en un proyecto inclusivo que saldrá próximamente. Consiste en ampliar el rango de modelos a todas las tallas en la página web.

Actualmente trabajas en el Parlamento europeo tras haber hecho prácticas en él. ¿La política engancha?

A mí personalmente me engancha la política europea. La colaboración internacional que se aprecia en las reuniones del consejo es fantástica. Lo que engancha es estar en el epicentro de Europa, donde se toman las decisiones, en un ambiente multicultural y de altos debates.

¿Cuál es tu misión actual dentro del Parlamento?

Actualmente llevo la coordinación del Consejo de Empleo, Políticas sociales, Salud y Consumidores (EPSCO) y mantenemos informadas a las comunidades autónomas durante la presidencia española ante la UE. Estoy aprendiendo mucho.

¿Cómo ves la política actual?

Europa me parece un buen observatorio desde donde estudiar y comparar. Me preocupa la polarización reciente de la política del mundo. Me gustaría ver un ambiente más constructivo en general en Europa y una mayor apreciación por el papel de la Unión Europea en nuestra política doméstica, pero también como potencia geopolítica. Existe una gran brecha de información desde lo que pasa en Bruselas a lo que llega a España.

Tu trabajo te exige vivir en Bruselas. ¿Es una ciudad que te gusta o echas de menos Madrid?

Bruselas es el hemiciclo de Europa, un centro de ebullición política y social. Es una ciudad cómoda y pequeña, pero a la vez cosmopolita, abierta de mente y con oportunidades constantes. Madrid está creciendo internacionalmente, me da pena estar perdiéndome este proceso, pero me alegra ver el boom cultural y poder apreciarlo cuando voy a casa. Mi momento está en Bruselas nutriéndome del ambiente político.

¿Cómo te ves en el futuro?

Soy una persona que tiendo a distraerme con cualquier tema de interés social que me pongas por delante, por lo que cerrar la visión futura de mi carrera profesional es complicado (ríe). Tengo claro que va a ser social y europeo, pero tampoco descarto la moda responsable, hay mucho que aprender en esta transición ecológica y social. Y no presentaré telediarios, pero la vocación comunicativa familiar termina saliendo (carcajada).