Lamine Yamal, estrella de la Eurocopa: de su colegio al barrio humilde en el que creció
La estrella de la Selección cumple 17 años este sábado, un día antes de la final. Ha cursado cuarto de la ESO, le ha comprado una casa a su abuela y vuelve a casa siempre que puede
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Es un niño. Y si alguien lo duda, sólo hace falta un detalle: cuando llegó a Alemania para disputar la Eurocopa, Lamine Yamal llevaba una mochila llena de libros. Tenía que terminar los exámenes de cuarto de la ESO (nota para boomers: segundo de BUP), pruebas que superó desde la concentración de la Selección.
Fue el día en el que España se enfrentó a Georgia que Yamal aprobó curso y lo primero que hizo fue llamar a casa para celebrarlo con sus padres. La familia, a esa edad, es un pilar y en el caso de la estrella de la Selección lo es especialmente.
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Cada vez que marca un gol, lo habrán visto, el joven de origen marroquí hace un gesto curioso con las manos: marca un tres y un cuatro, que es precisamente el código postal (08304) de su barrio, Rocafonda, el más humilde de Mataró. Hace ya años que no vive allí, porque desde que lo fichara el Barça, se mudó a La Masía para seguir la disciplina de un equipo de primer nivel.
Un colegio especializado en deportistas de élite
Y en la misma línea, lo matricularon en un centro situado en la zona alta de Barcelona especializado en deportistas de élite. Que nadie se emocione o intente ir a verlo a las puertas del cole, ya que Lamine va poco. Muy poco. “Estudia a distancia y alguna vez lo vemos porque tiene alguna entrevista con el centro, pero vamos, que aquí no viene”, comenta a Vanitatis un compañero de pupitre.
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La de Lamine es la historia de tantos chicos de origen extranjero que nacieron y viven en España. Fue su abuela paterna, Fátima, quien viajó de Tánger a Madrid para buscar una vida mejor para su familia. Lo logró, siempre con sus papeles en regla, y consiguió que sus cuatro hijos vivieran en España. Trabajaba como cuidadora en la capital y cuando su cliente falleció, ya mayor, Fátima se trasladó a varias localidades hasta que se instaló en Mataró, donde la colonia marroquí es grande.
Allí crió a sus hijos, entre ellos Mounir, el padre de Lamine. Mounir se casó con Sheila, una mujer de Guinea Ecuatorial, y tuvieron varios hijos. Se divorciaron hace unos años, lo que no ha evitado que vivan volcados en el cuidado de los pequeños. Aquel episodio fue decisivo para Lamine, porque se fue a Granollers con su madre y empezó a entrenar en La Torreta, donde lo fichó un ojeador. Aunque su barrio sigue siendo el de Rocafonda, donde tantos niños sueñan con Lamine Yamal. Ha logrado lo que tantos desean: salir del barrio con éxito y con dinero.
Una casa para la abuela
Con esos ingresos del joven (además de jugar en el Barça tiene un contrato con Adidas), Yamal le compró una casa a su abuela junto a la de su familia. Llegaron a vivir nueve personas juntas en el pequeño apartamento: abuela, padres, tío y primos. Y cuando Lamine puede, enfundado en una sudadera con capucha para que nadie le reconozca, se sube al coche de su primo Moha y se va a dormir a casa de la abuela Fátima.
Su tío, además, ha cerrado la panadería del barrio que regentaba hace décadas y que le servía para prestarle monedas a Lamine para que fuera en bus a sus entrenamientos. Lo contaba él mismo en una de tantas entrevistas que ha dado, siempre amable y educado.
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En Rocafonda, un piso como el que vio crecer a Lamine cuesta unos 50.000 euros. Algunos se venden con ocupas dentro porque la zona, como tantas otras, se ha visto afectada por la ocupación. El alquiler de una vivienda de tamaño medio, unos 60 metros cuadrados, va de los 700 a los 900 euros, una cantidad muy alta si tenemos en cuenta la renta de los vecinos. A partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística, el periódico local ‘Capgrós’ hizo un informe sobre los ingresos medios de los barrios de Mataró y la conclusión es clara: “La mayoría de los residentes de Rocafonda tienen ingresos personales medios por debajo de los 9.600 euros”, algo que aumenta las desigualdades en el municipio del Maresme. La cifra está además “muy por debajo de los 17.900 euros de promedio que se registra en el conjunto de la comarca”.
Pies en el suelo
En su nueva vida han cambiado muchas cosas, también para la familia. Aunque intentan mantenerse con los pies en el suelo. Sus padres, su hermano pequeño y su abuela se han trasladado a Alemania estos días para seguir al joven jugador y a la Selección, y su padre ha preferido ver los partidos en la grada, con el resto de aficionados, en lugar de hacerlo desde algún palco.
En sus publicaciones en Instagram cuelga las hazañas de su hijo y recibe el apoyo de otros marroquíes famosos como El Morad, el cantante de l’Hospitalet que lo está petando en medio mundo. Sí, en el perfil de Instagram de Mounir suena El Morad a todo trapo y se ve cómo la estrella del rap callejero aplaude a cada publicación. Con todo, hay que recordar que Lamine es español, que nació en Cataluña y que nunca dudó en escoger la Selección española pese a poder haberse ido a la de Marruecos o a la de Guinea Ecuatorial.
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El martes marcó el primer gol de La Roja y fue un jugador decisivo. Este domingo juegan la final, la que puede llevar a España a ganar la Eurocopa más de 10 años después de aquella gesta de 2012. Mientras su cara empapela medio mundo convertido en la estrella del fútbol internacional, Lamine Yamal es el héroe de su barrio, esa humilde Rocafonda que él recuerda en cada gol.
Es un niño. Y si alguien lo duda, sólo hace falta un detalle: cuando llegó a Alemania para disputar la Eurocopa, Lamine Yamal llevaba una mochila llena de libros. Tenía que terminar los exámenes de cuarto de la ESO (nota para boomers: segundo de BUP), pruebas que superó desde la concentración de la Selección.