Un año sin Concha Velasco: el legado de la 'chica ye-yé' y el homenaje que la recuerda en Valladolid
Este domingo, su ciudad natal le rinde homenaje. Doce meses después de su desaparición, la protagonista de 'Teresa de Jesús' se perfila como uno de los últimos iconos de nuestro país
La 'muchachita de Valladolid' nos dejaba un 2 de diciembre de hace un año, a los 84 años. Como leyenda viva que era hasta el día de su muerte, Concha Velasco fue y sigue siendo un icono que se resiste a morir. Desde su descubrimiento a finales de los 50, cuando fue una de las cuatro 'Chicas de la Cruz Roja', hasta su graduación como actriz seria en el cine de Pedro Olea o en la miniserie 'Teresa de Jesús', 'La Velasco' fue una leyenda de la actuación. Pero también una comunicadora nata, como demostraron sus programas televisivos, sus bailes o esas canciones que van mucho más allá de su 'chica ye-yé'. Estrella multi task, diríamos ahora.
Según ha manifestado su hijo Manuel, este domingo a las cinco de la tarde Valladolid, su ciudad natal, le rinde un homenaje con la inauguración de un proyecto, aún sin concretar, que se celebrará por la tarde y a la que está previsto que acudan sus dos hijos y quienes quieran desplazarse hasta allí. Recordemos que, al funeral vallisoletano de la protagonista de 'Más allá del jardín' que se realizó hace un año, acudieron muchos ciudadanos, emocionados y aplaudiendo mientras su féretro pasaba por las calles de la ciudad. Un homenaje justo y necesario a la que fue, quizá, la última gran estrella de nuestro cine y nuestra cultura pop.
En los últimos años de su vida, Manuel Velasco también se convirtió en una especie de portavoz, explicando, por ejemplo, por qué él y su hermano habían decidido ingresarla en una residencia. "Es una persona dependiente y no pasa nada por reconocerlo. Mi madre necesita ayuda 24 horas al día, para cualquier tarea. Mi madre no puede hacer sola ninguna tarea. Eso es un grado de dependencia que no voy a decirlo porque eso pertenece a su intimidad", explicaba a Vanitatis.
Nos contaba Lucía Tello, hace unos meses y con motivo de la publicación de un libro que repasaba toda su filmografía, que era "una intérprete total que lo hacía todo. Desde pequeña bailaba, interpretaba… Sacaba unas notazas en castañuelas, en danza española… Tenía toda la intención de llegar alto pero no sabía cuál de todos sus talentos la llevaría al estrellato. Fue como intérprete pero podría haber sido, perfectamente, como bailarina".
Las anécdotas que jalonan su vida personal, con aquel matrimonio tortuoso y a la vez feliz con Paco Marsó, o la profesional, son infinitas. Por ejemplo, que ella le ‘robase’ ‘La chica ye-yé’, su canción más emblemática, a Luis Aguilé. El tema apareció por primera vez en ‘Historias de la televisión’ y fue tan popular antes de que se estrenase la propia película que José Luis Sáenz de Heredia, director del film, tuvo que incluir una secuencia de Concha cantándola pese a que el guion estaba finiquitado. "Como había muchos extras y estaban muy cansados, ella salió en lo que hoy es el Wizink Center, donde tenía lugar el rodaje. Tenían un número preparado que ni siquiera era para ella. Lo interpretó en femenino y gustó tanto a todo el mundo que José Luis Sáenz de Heredia dijo que tenían que incluirlo en la película. Llegó tan arriba que estuvo como diez semanas en el top ten".
El paso de aquella Concha Velasco jovial a la de la Concha que por fin reconocieron los críticos, no fue fácil. La miniserie ‘Teresa de Jesús’, el que muchos consideran su gran trabajo, le llegó cuando ya tenía 45 años y había hecho docenas de películas que van de la españolada pura y dura (‘Una vez al año ser hippy no hace daño’) a un cine más comprometido (‘Tormento’, la adaptación de Galdós a cargo de Pedro Olea). Pese a todo, ella tenía una humilde consideración de sí misma, expresada en esa época (los 90) en la que una nueva generación la conoció gracias a programas de las televisiones privadas como ‘Querida Concha’ o ‘Sorpresa, sorpresa’. Una vez dijo que se quedaba decepcionada al verse en pantalla porque mientras actuaba se imaginaba a sí misma "como Sophia Loren". En aquellos años, ‘la Velasco’ tuvo sus más y sus menos con Paco Marsó, también padre de uno de sus hijos, y fue protagonista, a veces de forma no deseada, de programas del corazón. Sin embargo, también se estableció como una figura imprescindible de nuestra cultura pop. A Paco lo había conocido en 1964 pero hasta el 76 no iniciaron una relación por la diferencia de edad que existía entre ambos.
Hace pocos años, cuando ofreció una entrevista para ‘El Español’, dijo que ella "quería llenar" en su entierro, como hizo su amigo Tony Leblanc. Y es un hecho que lo consiguió: su capilla ardiente, ubicada en el teatro de La Latina, fue una de las más concurridas de las que se recuerdan en nuestro país. La inauguración de este domingo es otra prueba del cariño hacia Concha, patrimonio cultural de todos los españoles.
La 'muchachita de Valladolid' nos dejaba un 2 de diciembre de hace un año, a los 84 años. Como leyenda viva que era hasta el día de su muerte, Concha Velasco fue y sigue siendo un icono que se resiste a morir. Desde su descubrimiento a finales de los 50, cuando fue una de las cuatro 'Chicas de la Cruz Roja', hasta su graduación como actriz seria en el cine de Pedro Olea o en la miniserie 'Teresa de Jesús', 'La Velasco' fue una leyenda de la actuación. Pero también una comunicadora nata, como demostraron sus programas televisivos, sus bailes o esas canciones que van mucho más allá de su 'chica ye-yé'. Estrella multi task, diríamos ahora.
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