El Bazar de las sorpresas: regalos para soñar con los Reyes Magos
Al contemplar el hermoso sofá diseñado por Ron Arad y titulado Victoria & Albert, una no puede por menos que imaginar a esta regia y encantadora
Al contemplar el hermoso sofá diseñado por Ron Arad y titulado Victoria & Albert, una no puede por menos que imaginar a esta regia y encantadora pareja victoriana revolcándose en él -por qué no- tras la disputa que tuvo lugar en palacio y que Lytton Strachey sazona magistralmente en Queen Victoria: dos temperamentos enfrentados y una puerta que se cierra. ¿Quién es?, pregunta altivo el príncipe consorte. La reina de Inglaterra, responde no menos orgullosa, la soberana. La escena se repite una y otra vez hasta que los golpes ceden. ¿Quién es?, insiste el marido. Tu esposa, Albert, capitula la reina. Lo dicho: tan pop como la obra del arquitecto judío. (Ver álbum)
Regalar es fantasear. Y los muebles de Ron Arad, Patricia Urquiola, Toshiyuki Kita o Tord Boontje, o cualquiera de los diseñadores que pasean sus obras por el Metropolitan de Nueva York o el Victoria & Albert de Londres, en cuyo honor, por cierto, el del museo, Arad puso nombre a su ya archifamoso sofá, son tan mágicos como los Reyes Magos. Por eso, en estas fechas merece la pena ojear los catálogos de Moroso, B&B, Kartell, MDF, Vitra o Molteni, y regalarse un sueño.
¿No es eso lo que vende Louis Vuitton desde hace 150 años? Sólo hay que abrir uno de sus exquisitos baúles (todos de encargo) para sentir el aroma del tiempo y el alma de los exploradores alemanes y británicos. Vuitton pertenece a la categoría de los clásicos, un club exclusivísimo de nombres propios que como Chanel, Hermés, Cartier, Patek Philippe, Breguet o más recientemente Dominio de Pingus, hacen las delicias de los amantes del savoir-fair. Con un obsequio así, nadie puede equivocarse.
O con una escapada al corazón de la campiña francesa. Imagínese por un instante en el castillo de Curzay, en el departamento de Poitou. Paseos, veladas deliciosas y música clásica en la capilla. Cualquiera de los alojamientos que ofrece la cadena de lujo Relais & Châteaux, la estancia, desde luego, son un maravilloso presente de Navidad.
Y puestos a soñar, por qué no regalar un instante de placer. Sólo se necesita una medida de ginebra seca, una chorrito de Martini, unas gotas de limón y una aceituna. El less is more de aquel genio solitario que fue Mies van der Rohe: “Sólo deseo tres cosas, un martini, un habano y un par de trajes caros”.
Al contemplar el hermoso sofá diseñado por Ron Arad y titulado Victoria & Albert, una no puede por menos que imaginar a esta regia y encantadora pareja victoriana revolcándose en él -por qué no- tras la disputa que tuvo lugar en palacio y que Lytton Strachey sazona magistralmente en Queen Victoria: dos temperamentos enfrentados y una puerta que se cierra. ¿Quién es?, pregunta altivo el príncipe consorte. La reina de Inglaterra, responde no menos orgullosa, la soberana. La escena se repite una y otra vez hasta que los golpes ceden. ¿Quién es?, insiste el marido. Tu esposa, Albert, capitula la reina. Lo dicho: tan pop como la obra del arquitecto judío. (Ver álbum)