Tres postres para golosos que son rápidos y fáciles de hacer

Por muy lleno que estés después de la comida, siempre suele apetecer algo dulce y nada mejor que preparar un delicioso postre para saciar al paladar dulzón y si, además, está preparado por ti, el sabor es incluso mejor.

Aunque a veces la cocina pueda ser sinónimo de pasar muchas horas y de hacer malabares para conseguir el resultado perfecto, este no es caso para las tres recetas de postres que te traemos hoy. Date un gustazo y prueba estos deliciosos dulces muy fáciles de hacer, con los que terminarás tu comida de la mejor forma posible.

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Lucía Molina

Trufas de cava y frambuesa

Las trufas son un clásico de los postres y además son ideales para tomar ese algo dulce que siempre apetece tras una comida o tras un café. Son muy fáciles y rápidas de hacer, por lo que no tendrás que sufrir ninguna espera para disfrutarlas.

Para elaborar 12 unidades necesitarás 100 gramos de chocolate negro 70% de cacao, 80 mililitros de nata líquida, 30 mililitros de cava, 25 gramos de azúcar glasé, 5 gramos de mantequilla y 25 gramos de frambuesas deshidratadas. También, puedes usar un poco de cacao puro en polvo o virutas de azúcar para darle un toque final a tus trufas.

Lo primero que se debe hacer es calentar la nata junto al azúcar hasta que hierva y trocear en un cuenco el chocolate, que luego vas a cubrir con la nata caliente por encima y remover hasta que el chocolate se deshaga completamente. Una vez que esté todo mezclado, se agrega la mantequilla y el cava hasta volver a conseguir que todo quede integrado. El siguiente paso es verter el contenido en una bandeja, añadir la frambuesa y refrigerar hasta que se endurezca, cuanta más delgada sea la superficie antes se enfriará.

Una vez cuaje la masa, lo último que hay que hacer es formar bolitas de igual tamaño y rebozar con cacao en polvo o con virutas de azúcar si se prefiere. Asegúrate de refrigerarlas hasta el momento de consumir en un recipiente hermético o en un túper para que el chocolate no se humedezca.

Tarta de queso sin horno

Esta versión de la clásica tarta de queso es ideal para principiantes o por si no quieres echar muchas horas en cocina preparando una tarta. Para realizarla necesitarás: un molde desmontable de 20 centímetros, 200 gramos de queso crema, 500 mililitros de nata, 40 gramos de azúcar, 1 sobre de gelatina sin sabor en polvo, 150 gramos de galletas María, 75 gramos de mantequilla y mermelada de fresa.

Lo primero que debemos de preparar es la base de la tarta. Para ello, se deben triturar las galletas con un procesador de alimentos o bien machacarlas dentro de una bolsa. Una vez estén machacadas, hay que fundir la mantequilla y mezclarla con las galletas hasta conseguir una mezcla húmeda que se va a utilizar para cubrir el fondo del molde desmontable.

Mete el molde con la base de galletas al frigorífico durante, al menos, 15 minutos y en una cacerola comienza a mezclar la nata, la gelatina y el azúcar y colócala a fuego bajo hasta que se disuelva todo, sin que llegue a hervir. Retira la cacerola del fuego, añade el queso crema y asegúrate de mezclar todo muy bien. Por último, agrega la mezcla sobre el molde con la base de galletas, déjalo templar y llévalo a la nevera en donde deberá estar al menos 6 horas. Cuando llegue el momento de servir, desmolda la tarta y añade una cobertura de mermelada de fresa y verás lo rica que queda.

Mousse de yogur con frutos rojos

Si buscas un postre que sea algo más suave, preparar esta deliciosa mousse de yogur y frutos rojos te será muy fácil. Necesitarás: 250 gramos de yogur griego natural, 150 mililitros de nata líquida para montar, dos claras de huevo, 50 gramos de azúcar glasé, mermelada de fresa, un poco de agua, una lámina y media de gelatina, frutos secos y hojas de menta.

Se comienza hidratando la gelatina en un cuenco con agua fría durante 10 minutos y mientras se espera se puede ir mezclando el yogur con el azúcar glasé hasta conseguir una textura cremosa. A continuación, hay que separar 50 mililitros de nata y calentarla en el microondas durante 30 segundos. Escurre la gelatina y disuélvela en la nata caliente, dejándola templar unos minutos. Una vez se haya enfriado un poco, añade un par de cucharadas de yogur y remueve hasta que quede una mezcla uniforme. En un recipiente coloca el yogur restante y añade la mezcla de la nata y las dos claras de huevo montadas a punto de nieve.

Por último, en unos vasitos o tarritos coloca la mezcla de todos los ingredientes, mételos en la nevera para que tome cuerpo y, una vez enfriados, añade la mermelada mezclada con un poco de agua, para que quede una salsa menos espesa, y cubre la parte de arriba de la mousse. Como toque opcional, puedes añadir una hoja de menta para decorar o incluso alguna frambuesa entera.