Es noticia
Menú
Pavarotti: una herencia, dos familias
  1. Noticias

Pavarotti: una herencia, dos familias

Desde que en 1996 se destapó la relación entre Luciano Pavarotti y su secretaria, Nicoletta Mantovani, 35 años menor que él, el tenor se vio obligado

Foto: Pavarotti: una herencia, dos familias
Pavarotti: una herencia, dos familias

Desde que en 1996 se destapó la relación entre Luciano Pavarotti y su secretaria, Nicoletta Mantovani, 35 años menor que él, el tenor se vio obligado a repartir su tiempo y su dinero entre las dos familias que había formado. Atrás quedaba Adua Veroni, la mujer que estuvo a su lado durante 36 años y con la que tuvo tres hijas. Su presente era Nicoletta Mantovani, con la que se casó en 2003 y que le dio una hija, la pequeña Alice, que desde su nacimiento hace cuatro años se había convertido en el objeto de todas las atenciones de su padre.

La incomunicación entre estos dos mundos quedó patente durante el funeral del tenor, celebrado el pasado sábado, en el que Adua y Nicoletta ni siquiera se miraron. No obstante, el aislamiento se romperá con el reparto de la herencia de Pavarotti que, según la prensa italiana, supera los 200 millones de euros. A esto hay que sumar los royalties que los herederos seguirán cobrando a través de las ventas de los discos del cantante. Las grabaciones de Pavarotti, que en vida vendió más de 100 millones de discos, han vuelto a agotarse después de su muerte, un acontecimiento que ha animado a las discográficas a reeditar CDs recopilatorios con sus mejores actuaciones.

Gran parte del extraordinario patrimonio de Pavarotti está invertido en bienes inmuebles. Siempre mostró un gran interés por las casas. En Módena, la ciudad del norte de Italia donde nació y a la que se retiró para morir, tenía 15 viviendas además de la lujosa villa de Santa María de Mugnano. Asimismo, poseía otra villa en Pesaro, propiedades en Montecarlo y en las Barbados y un extraordinario piso en el Upper East Side de Nueva York. Este apartamento, que tiene unas impresionantes vistas a Central Park y en el que Pavarotti residía durante sus largas estancias en Nueva York -su ciudad de adopción-, está valorado en más de 11 millones de dólares.

Estos bienes irán a parar a los herederos de Big Luciano: su segunda mujer, Nicoletta; la hija que tuvo con ésta, Alice; las tres hijas del matrimonio anterior, Lorenza, Cristina y Giuliana; su hermana y sus nietos. Además, según aseguran los más cercanos al tenor, Pavarotti también se ha acordado de los amigos más íntimos, que le acompañaron hasta el final del via crucis por el que pasó desde que le diagnosticaron el cáncer de páncreas. Su primera mujer, Adua, es poco probable que reciba algo tras el costosísimo divorcio entre ambos en 1996, que le costó al cantante cerca de 100 millones de euros.

Pese a que se conocía la existencia de un testamento escrito por Pavarotti desde antes de su operación en Estados Unidos el pasado año, las especulaciones sobre un posible cambio en su última voluntad se han desatado tras su funeral. Según el diario italiano La Stampa, cuando el tenor tomó conciencia del empeoramiento irreversible de su salud, unas dos semanas antes de su muerte, decidió escribir un nuevo testamento que mejoraba la herencia a las hijas de su primer matrimonio. De esta manera, el artista querría agradecer el acercamiento que Lorenza, Cristina y Giuliana habían tenido hacia su padre en los últimos años. A pesar de que tras el divorcio con Adua habían apoyado a su madre, habían estado siempre a su lado desde que le diagnosticaron el cáncer. Con el cambio en la herencia, también pretendía reducir los bienes que recibiría su segunda mujer, de la que hace un año pensaba divorciarse, según La Stampa. Sin embargo, la llegada de la enfermedad cambió todos los planes e hizo consciente a Pavarotti de la necesidad de dedicar todos sus esfuerzos a luchar contra el cáncer.

Desde que en 1996 se destapó la relación entre Luciano Pavarotti y su secretaria, Nicoletta Mantovani, 35 años menor que él, el tenor se vio obligado a repartir su tiempo y su dinero entre las dos familias que había formado. Atrás quedaba Adua Veroni, la mujer que estuvo a su lado durante 36 años y con la que tuvo tres hijas. Su presente era Nicoletta Mantovani, con la que se casó en 2003 y que le dio una hija, la pequeña Alice, que desde su nacimiento hace cuatro años se había convertido en el objeto de todas las atenciones de su padre.