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La saga Franco, ¿Una familia rota?
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La saga Franco, ¿Una familia rota?

Una boda y una adicción vuelven a poner en primera plana a los Franco, una familia distanciada en los últimos tiempos. En este clan, cuya cabeza

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La saga Franco, ¿Una familia rota?

Una boda y una adicción vuelven a poner en primera plana a los Franco, una familia distanciada en los últimos tiempos. En este clan, cuya cabeza más visible es Carmen Martínez Bordiu, las tensiones, los secretos y, en algunos casos la mala suerte, les ha dificultado la existencia, regresando para ocupar grandes titulares. Pese a ello, el enlace de Leticia Giménez-Arnau, hija de Merry Martínez-Bordiu, y la confesada adicción a la cocaína de Jaime, el pequeño de los hermanos, ha puesto de actualidad la historia de una familia devorada por su propia sombra.

La hija de Francisco Franco y su marido, el marqués de Villaverde, fueron padres de seis hijos que han seguido caminos dispares. Mientras unos han optado por vivir en un segundo plano y pasar lo más desapercibidos posible, otros han intentado aprovecharse de su apellido para triunfar en la vida. Sin embargo, el nexo de unión sigue siendo Carmen Franco, la mujer a la que todos recurren y que sigue siendo la anfitriona de la casa familiar, el Pazo de Meirás. Y es que en esta casa, si la Xunta lo permite, es donde los Franco volverán a reunirse para celebrar una boda en la que habrá ausencias.

La que seguro que no se pierde este acto es Carmen Martínez-Bordiu, que inaugura la primera parte de esta saga. Una mujer que ha sido conocida por varias generaciones como la ‘nietísima’. Ella, la mayor de todos los hijos de Polo y el marqués de Villaverde, ha realizado la semana pasada un posado veraniego para la revista Hola, aunque esta vez acompañada por su hija Cyntia Rossi, de quien dice sentirse muy orgullosa. Parece ajena al movimiento de su familia, en la que, mientras unos desaparecen entre bambalinas, otros saltan a la palestra mediática, un ámbito en el que, hasta ahora, tan sólo ella y su primo José María Martínez-Bordiu –‘Pocholo’- se habían aventurado.

Momentos no tan felices

La historia de esta mujer, que creció entre algodones y bajo la atenta mirada del dictador, tiene también momentos amargos. Sin duda, el peor momento de esta mujer de calma eterna aparente fue el fallecimiento de su hijo en un accidente de tráfico en 1984. Francisco tenía entonces 11 años y viajaba junto a su padre, Alfonso de Borbón, su hermano menor y Manuela Sánchez Prat, la institutriz encargada de cuidar a los dos niños. El duque de Cádiz, ya separado de Carmen, era quien conducía el vehículo en el que viajaban y que chocó frontalmente contra un camión.

A esto se unió que a los pocos meses, Mathilda, la hija de Jean Marie Rossi, su pareja en aquellos momentos, también falleció en un accidente, esta vez en el agua. La niña cayó desde la embarcación en la que se encontraba con sus dos hermanas y con Luis Alfonso, que aún no se había recuperado del accidente de tráfico. Aquel día la mala suerte hizo que tras caer al mar, la niña fuera alcanzada por una de las hélices del barco. Como la propia Carmen comentaría más tarde, si no hubiese sido por el nacimiento de su hija Cyntia, aquella pareja se hubiese roto en ese preciso instante. Sin embargo, aún estarían juntos diez años más, hasta 1994.

Cuenta Paloma Barrientos en su libro Carmen Martínez-Bordiu, a mi manera que coincidiendo con la boda de su hijo Alfonso con Margarita Vargas Santaella, Carmen estaba pasando de nuevo por una mala racha en la que llegó a necesitar ayuda profesional. Tan sólo cinco meses antes de casarse pudo abandonar la medicación. A pesar de estar sufriendo el llamado ‘síndrome del nido vacío’ y de haberse enfrentado a la separación de Roberto Federicci, al que, aunque nunca llegó a casarse, estuvo unida durante doce años, Bordiu contó entonces con el apoyo de su ya ex pareja, un pilar fundamental en su estabilidad emocional hasta que el amor volvió a su vida y José Campos se convirtió en su pareja.

Tras dos matrimonios fallidos, la nieta predilecta del dictador está casada actualmente con el santanderino. Por el momento, ni los constantes rumores de ruptura ni la ausencia de Alfonso de Borbón –el mayor de sus hijos- en la ceremonia de enlace, han hecho que Carmen pierda la sonrisa ni las ganas de viajar.

Las cuentas de Carmen

La más mediática de los nietos de Franco nunca ha ocultado el dinero que factura vía exclusiva en las revistas del corazón. Dice de los pagos que como no sabe de la ubicación de la llamada ‘Fortuna de los Franco’ y en algo tiene que entretenerse laboralmente, y que con ello no hacía daño a nadie. Sólo de la exclusiva del anuncio de su última boda, las cifras que se barajaban rondaban el millón y medio de euros.

Sea como fuere, y aunque ella asegura no saber nada de la fortuna de los Franco de la que Mariano Sánchez Soler ha hecho una profunda investigación en su obra Los Franco S.A., la ‘nietísima’ ha compartido con sus hermanos y su madre los beneficios cosechados por su abuelo. Según publicaba Juan Luís Galiacho en el diario El Mundo en 2003, la especulación urbanística había arrojado por aquel entonces bastantes dividendos en la cuenta de la mujer que un día su abuelo quiso convertir en princesa.

A pesar de que las relaciones familiares no se encuentran en su mejor momento, los negocios siguen uniendo a los vástagos de ‘Nenuca’ y el marqués de Villaverde. Así, Carmen Martínez Bordiú heredó a la muerte de su padre parte de las propiedades inmobiliarias que éste tenía. Parte de esos terrenos conseguidos, siempre junto a su madre y sus hermanos, se pusieron en venta. Entre ellas una finca en la madrileña localidad de El Pardo que tras la transacción, y según el registro, le dio a los descendientes de Franco unos beneficios que rondaban los cinco millones de euros.

Además de esto, la familia Martínez-Bordiu Franco, capitaneados por Francis, el tercero de los hermanos, vendió una parcela en la Colonia ‘El Bosque’, en Pozuelo de Alarcón (Madrid), una finca rústica de seis hectáreas de olivares de secano en Mancha Real (Jaén); y unos apartamentos en la Playa de Campoamor, en Alicante con los que los beneficios se multiplicaron. De ellos, todos los Bordiu han visto algo de dinero, pero el gestor siempre ha sido Francis, del que hablaremos en próximos capítulos.

Una boda y una adicción vuelven a poner en primera plana a los Franco, una familia distanciada en los últimos tiempos. En este clan, cuya cabeza más visible es Carmen Martínez Bordiu, las tensiones, los secretos y, en algunos casos la mala suerte, les ha dificultado la existencia, regresando para ocupar grandes titulares. Pese a ello, el enlace de Leticia Giménez-Arnau, hija de Merry Martínez-Bordiu, y la confesada adicción a la cocaína de Jaime, el pequeño de los hermanos, ha puesto de actualidad la historia de una familia devorada por su propia sombra.