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El papel de los ‘duquesitos’ en la boda de Cayetana
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El papel de los ‘duquesitos’ en la boda de Cayetana

Conocido es el carácter y la firmeza de doña María del Rosario Cayetana Alfonsa Victoria Eugenia Francisca Fitz-James Stuart y de Silva para tomar decisiones. Nunca

Foto: El papel de los ‘duquesitos’ en la boda de Cayetana
El papel de los ‘duquesitos’ en la boda de Cayetana

Conocido es el carácter y la firmeza de doña María del Rosario Cayetana Alfonsa Victoria Eugenia Francisca Fitz-James Stuart y de Silva para tomar decisiones. Nunca hubiera pensado la duquesa que sus hijos, con los que tiene grandes diferencias, le harían tamaña jugada. Si los problemas de la noble señora con sus vástagos han sido más o menos evidentes en otras ocasiones, en ésta parece que ellos han ganado la partida.  

En este juego ha habido una perdedora, la 18ª duquesa de Alba, que aguanta como puede su soledad. Aunque la acompañen ahora que definitivamente no se casa, sus hijos sólo se han metido de por medio al final, cuando durante meses la tuvieron bastante olvidada. De hecho el día de Navidad lo pasó sola y aún hoy las visitas de sus descendientes se miden con cuentagotas.

 

Una mujer fuerte como Cayetana, cuya salud se ha debilitado en los últimos tiempos, no ha querido quedarse en casa este verano y ha alternado sus vacaciones entre sus casas de Marbella e Ibiza. Durante su estancia en el antiguo feudo de Julián Muñoz, la duquesa recibió las visitas de Fernando y de su heredero, Carlos, duque de Huéscar. También en la isla pitiusa ha compartido estos días su mansión con Jacobo y su esposa Inka Martí, ya de vuelta en la península, y no se la ha visto al lado de Eugenia.

A pesar de que la duquesa de Montoro también ha pasado sus vacaciones en la isla blanca, la poca simpatía que Cayetana siente hacia Gonzalo Miró ha distanciado a madre e hija. Dicen que la pequeña de los Alba se aloja en el apartamento que ha alquilado el co-presentador de las mañanas de Cuatro. Mientras, Cayetano está a punto de entrar en acción, presto a visitar a su madre y quien ya lo ha hecho es su ex Genoveva Casanova con sus gemelos. La abuela disfrutó de sus nietos esta misma semana en Formentera como en anteriores veranos.

La preocupación repentina de los Martínez de Irujo por la matriarca de la familia tendría un motivo: el golpe de efecto de la duquesa, con su boda, les ha puesto en jaque. La herencia de los Alba y su fundación estarían en el punto de mira, pero parece que todo está atado y bien atado. Hace algunas semanas tuvo lugar en el Palacio de Liria una cena en la que podría haberse tratado el legado familiar. En la velada, aparte de la duquesa podría haber estado presente un importante líder de opinión del país. Algunas fuentes indican que el patrimonio de la fundación está garantizado si Cayetana algún día faltase. Sus dos hijos mayores, Carlos y Alfonso, son patronos del legado que aglutina palacios, castillos, casas e importantes obras de arte. La entrada en la vida de la duquesa de “su amigo especial” podría haber provocado cambios gananciales.

Ahora los planes de la duquesa han sido abortados, sus hijos contentos, al menos parte de ellos, pero ella sigue sola. En estos momentos de reflexión -incluso de rabia por no haber podido materializar sus planes- la duquesa se ha crecido. Dicen que llora por las esquinas y está triste, pero públicamente no lo demuestra. Esta misma semana, sin ir más lejos, doña Cayetana ha hecho varias salidas: ha estado de compras por las tiendas de la Marina ibicenca y ha asistido a la procesión de las fiestas de San Bartomeu, en San Antonio. Cayetana de Alba está dispuesta, ya con el beneplácito de sus hijos, seguir cultivando la amistad de Alfonso Díez aunque según muchos desconozca muchas de las cosas de su pasado más inmediato.

Conocido es el carácter y la firmeza de doña María del Rosario Cayetana Alfonsa Victoria Eugenia Francisca Fitz-James Stuart y de Silva para tomar decisiones. Nunca hubiera pensado la duquesa que sus hijos, con los que tiene grandes diferencias, le harían tamaña jugada. Si los problemas de la noble señora con sus vástagos han sido más o menos evidentes en otras ocasiones, en ésta parece que ellos han ganado la partida.