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Un máster de cinco años para los Príncipes de Asturias
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Un máster de cinco años para los Príncipes de Asturias

Segundas partes nunca fueron buenas, reza el refrán: les va a costar a los Príncipes, vaticinan algunos, alcanzar el grado de popularidad y cariño del que

Foto: Un máster de cinco años para los Príncipes de Asturias
Un máster de cinco años para los Príncipes de Asturias

Segundas partes nunca fueron buenas, reza el refrán: les va a costar a los Príncipes, vaticinan algunos, alcanzar el grado de popularidad y cariño del que gozan los Reyes de España. Otros, sin embargo, un abultado 81%, según datos de la encuesta realizada por Sigma Dos para La Otra Crónica, les aprueba. No obstante, los Príncipes de Asturias, que hoy celebran su quinto aniversario de boda son observados, admirados y cuestionados, de eso no cabe duda y su popularidad va in crescendo

¿A golpe de qué? Dice Pilar Urbano en su libro sobre sus conversaciones con doña Sofía, que don Felipe, cuando le habló al Rey de su intención de casarse con la periodista Letizia Ortiz Rocasolano y éste le recriminó que se terminaría cargando la monarquía, cortó tajante con un: “Esto es lo que hay;  o esto o lo dejo todo”. Realizó dos afirmaciones categóricas más al cumplir los 30 años: “Sólo me casaré por amor” y “yo no identifico necesariamente sucesión y matrimonio”.  Don Felipe vino a decir algo así como que si no encontraba a quién querer, se quedaría solo.

A golpe de cariño. Esta es una pareja que se casó por amor, harto proclamado en gestos y miradas llenas de complicidad. Hay mil testimonios fotográficos de ello. A golpe de trabajo: las agendas de los Príncipes están llenas de actos en representación del país y los ciudadanos. A golpe de reconocimiento popular: Los Príncipes, por ejemplo, han compartido con los españoles la alegría de la victoria en la Eurocopa de la Selección o los éxitos de los deportistas olímpicos. Suelen acercarse a quien acude a verlos allá donde van, aprietan manos, sonríen y consuelan cuando hace falta. El pueblo parece quererles.

El Príncipe Don Felipe se casó con 36 años, Letizia tenía entonces 31. Después de unos comienzos de noviazgo celosamente guardados y de una presentación en sociedad llena de nervios y espontaneidad -Letizia llegó a increpar al Príncipe para que la dejara explicarse- la boda en La Almudena sólo ponía punto y seguido a un noviazgo no demasiado largo. Puede que todo empezara en septiembre de 2002, una noche en casa de Pedro Erquicia, por entonces jefe de la periodista Letizia, en la que ambos jóvenes coincidieron. De ahí al anuncio oficial de la boda transcurrió algo más de un año en el que se guardó el más absoluto de los silencios. Ella se excusaba en el trabajo cuando había de marcharse con un “me voy, he quedado con mi novio”  y él buscaba los lugares más remotos y clandestinos para encontrarse con ella.

Borrar el pasado de Letizia

Urgía borrar de un plumazo el pasado de la Letizia plebeya . Dos Letizias, dos: Letizia Ortiz Rocasolano hasta noviembre de 2003 en los jardines de la casa del Príncipe con el anuncio oficial del noviazgo y Doña Letizia (futura Princesa y Reina de España) desde ese mismo momento. Una princesa de Asturias no podía tener pasado, sólo futuro. Y futuro de reina. Ni un vídeo ni una postal ni una foto; ni pruebas médicas ni libros dedicados… nada de nada. Cuentan que hasta hubo de borrarse de las paredes de un bar ovetense frecuentado entonces por Letizia, una pintada reivindicativa con su firma.

De lo que no cabe duda es de que durante estos cinco años de matrimonio ha habido una continua relación entre los Príncipes y los ciudadanos. Tras casi un año de incertidumbre y rumores de todos los colores, por fin se anuncia el embarazo de Letizia; el pueblo quería un heredero. Nace una niña que hoy tiene tres años, la Infanta Leonor, que llega a colmar de felicidad a la familia en pleno. Inolvidable la simpatía de la Reina doña Sofía al salir de la Ruber Internacional y reconocer que la niña era “rubia y gordita”. O la de las infantas que pasaban las horas en la clínica con el nuevo vástago. O la del Rey don Juan Carlos, orgulloso. Pasado dos años llega la segunda hija, Sofía. El hogar se va conformando y ante la opinión pública se crea una imagen de familia unida que satisface en general.

Agenda propia

Dos años después de la boda, la Princesa estrenaba cargo de verdad, ya tenía agenda propia. Se le ha criticado bastante que dedique menos tiempo a su trabajo como Princesa del que debiera, quedándose en casa en ocasiones en que su presencia hubiera sido deseada por los españoles. Se le ha criticado también que sea una guardadora demasiado celosa de la intimidad de sus hijas, que no las saque a la calle. Pero lo cierto es que la imagen de la Princesa de Asturias (trabajo y familia) está justamente valorada por los españoles con un 53%, siempre según los datos de la encuesta de Sigma Dos. Aprobada pues. También pasa la prueba su imagen. Su aspecto extremadamente delgado, tantas veces cuestionado como un principio de enfermedad, ha logrado incrementar la elegancia de la que hace gala.

Pero la Princesa no estaba contenta con su imagen. En 2008 decide someterse a una operación de septorrinoplastia de la que mucha gente duda sea por “motivos de salud”. También rodeada del mayor secretismo -dicen que deseaba aparecer ‘mejorada’ en la cena familiar de Marivent- tuvo que adelantar su aparición ante la opinión pública para dar el pésame a los familiares de los fallecidos en el accidente de Barajas. Los Príncipes han acompañado siempre al pueblo en su dolor y la propia Princesa ha mostrado el más íntimo y personal en 2007 por el fallecimiento de su hermana Érika, que apareció muerta por sobredosis en su apartamento.

Relaciones con la prensa

De todos es sabido que los Príncipes de Asturias no conceden entrevistas exclusivas. Pero también es recordado que se saltaron la norma no escrita cuando un 17 de octubre de 2006 se la concedieron al diario El País. Además, el príncipe Felipe escribió un texto dirigido a los lectores de dicho suplemento que comienzaba así: “Agradezco cordialmente al diario El País la feliz iniciativa de dedicar este suplemento extraordinario al XXV Aniversario de los ‘Premios Príncipe de Asturias’ y de permitirme con este motivo dirigirme a sus lectores...".

Hay otros momentos álgidos en sus relaciones con la prensa: en agosto de 2007 Letizia fue fotografiada en el Fortuna con un bikini blanco de La Perla (de los de 300 euros), cosa que no pareció hacerle mucha gracia el Rey, o, en épocas del ‘cheque bebé’, otro que propició uno de los momentos más polémicos del matrimonio: el secuestro del semanario satírico El Jueves por una viñeta en portada sobre la actividad sexual de los Príncipes. O ese otro de la foto de sus nietos trucada por la propia Reina doña Sofía y reconocido posteriormente a la periodista Pilar Urbano en su libro ‘La Reina muy de cerca’. Con todo eso y mucho más, cinco años después, fuentes de la Casa Real admiten que la consorte “ha estado a la altura de lo que se esperaba y que es la royal que mayor expectación genera”. Los esposos lo celebrarán hoy, primero trabajando y más tarde, en privado.
 

Segundas partes nunca fueron buenas, reza el refrán: les va a costar a los Príncipes, vaticinan algunos, alcanzar el grado de popularidad y cariño del que gozan los Reyes de España. Otros, sin embargo, un abultado 81%, según datos de la encuesta realizada por Sigma Dos para La Otra Crónica, les aprueba. No obstante, los Príncipes de Asturias, que hoy celebran su quinto aniversario de boda son observados, admirados y cuestionados, de eso no cabe duda y su popularidad va in crescendo