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Xenia Tostado, el mejor apoyo de Rodolfo Sancho
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Xenia Tostado, el mejor apoyo de Rodolfo Sancho

Llevaban juntos cuatro años y hace unos meses se rumoreó con su ruptura. Todo sucedió a raíz de unas fotografías que mostraban a Xenia Tostado con su

Llevaban juntos cuatro años y hace unos meses se rumoreó con su ruptura. Todo sucedió a raíz de unas fotografías que mostraban a Xenia Tostado con su compañero de reparto de Piratas, Octavi Pujades, en una actitud más que cariñosa. Rodolfo Sancho puso entonces tierra de por medio y se marchó a Los Ángeles para, según reconoció entonces a Vanitatis, descansar una temporada y visitar a agentes norteamericanos que pudieran hacerle un hueco en la meca del cine.

La relación de esta discreta pareja se suponía rota. Nada se había vuelto a saber desde aquel episodio de Tostado y Pujades besándose en plena calle, algo que causó gran expectación debido a que el actor estaba casado y tenía dos hijos. Éste, por su parte, nunca quiso hacer declaraciones sobre los rumores de un posible nuevo romance en su vida.

Hasta esta misma semana. Tras el fallecimiento del actor Sancho Gracia, su hijo Rodolfo Sancho acudía al tanatorio a despedir a su padre y lo hacía en compañía de Xenia, quien no se separó de su lado y en todo momento le mostró su apoyo, lo que viene a confirmar la reconciliación de la pareja, que ha reaparecido más unida que nunca.

Lo cierto es que la pareja siempre ha hecho gala de una gran discreción. Nunca se ha prodigado en photocalls, alfombras rojas y demás saraos nocturnos de la capital. Y, pese al bache por el que atraversaron  en 2001, todo apunta a que la relación de Rodolfo Sancho y su chica va viento en popa. Sin embargo, parece que la boda no entra en los planes de los dos jóvenes, tal y como confirmó el actor a este medio.

Llevaban juntos cuatro años y hace unos meses se rumoreó con su ruptura. Todo sucedió a raíz de unas fotografías que mostraban a Xenia Tostado con su compañero de reparto de Piratas, Octavi Pujades, en una actitud más que cariñosa. Rodolfo Sancho puso entonces tierra de por medio y se marchó a Los Ángeles para, según reconoció entonces a Vanitatis, descansar una temporada y visitar a agentes norteamericanos que pudieran hacerle un hueco en la meca del cine.