Cayetano Martínez de Irujo: "Mi madre ya no está para viajar"

Reza el dicho que ‘a canas honradas, no ha de haber puertas cerradas’. Eso mismo debió pensar la duquesa de Alba cuando viajó a Roma o, anteriormente, a Tailandia. Sin embargo, en su ‘viaje a la italiana’ dio un susto a sus hijos. La rotura de fémur tras una caída mientras se encontraba en la capital italiana junto a su marido, Alfonso Díez, pasando unas vacaciones, ha hecho que estos reflexionen sobre sus viajes y su edad. Que asuman, en definitiva, qué es lo mejor para su madre: “Mi madre ya está mejor pero peor de lo que ella piensa con respecto a su edad. Ya no está para viajar”, asegura su hijo, Cayetano Martínez de Irujo, en conversación con Vanitatis.

Como cualquier hijo de vecino, Martínez de Irujo se preocupa de la salud de doña Cayetana. Este jueves pudo verla y, a pesar de que cree que los viajes son más fáciles en la plenitud juvenil, reconoce la fortaleza de su madre: “Este jueves comí con ella y desde luego tiene un espíritu y una cabeza que no se corresponden con su edad”. Sin embargo, piensa que el hecho de viajar, “le guste o no le guste”, debe ser un acto mucho más premeditado y cuidado a partir de ahora.

“Los padres cuidan de los hijos y a partir de una edad el rol se invierte y somos los hijos los que nos tenemos que hacer cargo, en este caso, de nuestra madre”, afirma Cayetano. Sin embargo, doña Cayetana es difícil de convencer. No resultó fácil, tampoco, que entendiese por qué se cedían algunos de sus bienes culturales más preciados en pos de conseguir sacar adelante la exposión El legado de la Casa de Alba. “Es complicado porque mi madre tiene mucho carácter y siempre se ha hecho su voluntad, pero ahora hay que reinventarse cada día. Por ejemplo, hubo que convencerla para que las obras de arte salieran de Liria para la exposición y fue muy complicado. Me decía: ¿Cómo que mis cosas salen de aquí? Ni de broma”, aseguraba Cayetano a este portal hace unas semanas.

Ahora, la recuperación parece mucho más cercana y ha de servir para que reflexione sobre los inconvenientes de hacer largos viajes a su edad. “Tiene dos meses por delante de recuperación”, asegura Cayetano. De lo que el jinete no quiere hablar es de su vida privada. Cualquier mínimo rumor sobre su más que probable reconciliación con Genoveva Casanova lo zanja de manera contundente: “Si algún día estamos juntos, ya se verá. Que nos dejen llevarnos bien que bastante costoso ha sido”. Ahora, toca seguir con su vida, su amor a la hípica y a su madre, esa duquesa que más que canas, pinta rizos y más que desgana, presenta una energía imparable. A pesar de caídas y a pesar de sus 87 años.