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El día a día de Zapatero y Sonsoles en sus vacaciones de Lanzarote
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Se instalaron en un chalet

El día a día de Zapatero y Sonsoles en sus vacaciones de Lanzarote

Han pasado totalmente desapercibidos en Famara. Muchos vecinos ni se percataron de su presencia, y eso que paseaban por la playa, iban a tomar el aperitivo, Sonsoles hacía submarinismo y comían por restaurantes de la zona

Foto: Zapatero y Sonsoles en una imagen de archivo (I. C.)
Zapatero y Sonsoles en una imagen de archivo (I. C.)

A diferencia de otros expresidentes de Gobierno, como Felipe González o José María Aznar, que durante los meses de julio y agosto compaginaban la vida familiar con reuniones políticas de bajo nivel en su lugar de vacaciones, José Luis Rodríguez Zapatero se lo toma totalmente de descanso. Pasó 15 días en Lanzarote y no tuvo ningún encuentro con nadie relacionado, ni cargos públicos ni empresarios de la zona con los que no mantuviera una amistad de años. Ha sido tanta su invisibilidad que incluso muchos vecinos no se percataron de su presencia en el pueblo y playa de Famara, reino del kitesurf. La discreta vigilancia era lo único que le diferenciaba, pero hasta en esto había que fijarse.

Antes de ser jefe de Gobierno, ya viajaba a esta isla con Sonsoles y sus hijas. Aunque desde el año pasado, con la mayoría de edad de Laura y con Alba siguiendo los pasos marcados por la primogénita, ambas dijeron “adiós” a la vida familiar compartida. Al menos en lo que se refería a las vacaciones convencionales en Lanzarote. Y el caso es que en los lugares a los que acudían los Zapatero Espinosa a divertirse, como era el hotel Beatriz Costa Teguise, aún se recuerda a las niñas encantadas con los espectáculos de noche que se celebraban en los respectivos establecimientos. “Laura y Alba se lo pasaban muy bien con los números de magia y música”, recordaban a Vanitatis. Este año, sus padres no acudieron a la cita lúdica en el Beatriz, pero sí al centro de talasoterapia, donde el matrimonio se ha sometido a diferentes tratamientos de salud y belleza. El Spa tiene la firma de Tomás Alía, cuya decoración sorprendió en su momento por su audacia, convertido ahora en un clásico. También lo frecuentaron en su día miembros de la Familia Real, el invierno en que pasaron las navidades el Rey y su familia en La Mareta, el palacete regalo de Hussein de Jordania y ahora de Patrimonio Nacional.

El día a día de José Luis Rodríguez Zapatero y Sonsoles este mes de agosto empezaba antes de las diez de la mañana con una caminata por la kilométrica playa. El matrimonio estaba instalado en uno de los chalets de Famara y, desde allí, se desplazaban por la isla para tomar el aperitivo en Puerto Bahía, que posee unas espectaculares vistas a la isla Lobo y Fuerteventura. Mientras Sonsoles practicaba submarimismo en playa Chica, donde se encuentran los mejores fondos marinos de la isla, el expresidente se dedicaba a leer la prensa. Las inmersiones de la señora Zapatero suelen durar varias horas, con entradas y salidas al barco de apoyo o a la zona rocosa de Puerto del Carmen. Siempre acompañada con otros submarinistas y personal de seguridad.

Muchas veces comían en el chalet de Famara con las amistades que viajaron con ellos desde la Península o en alguno de los restaurantes más conocidos de la zona, como adelantó en su día Vanitatis. Este agosto, el matrimonio se ha dejado ver en la Casa Roja, en Puerto del Carmen, local donde se dice que sirven las mejores gambas y licor de orujo, que traen directamente de Galicia y que, de vez en cuando,su propietario envía al expresidente a su domicilio de Madrid. La pareja también ha comido en el restauranteLa Cascada, en Brisa Marina y en el Castillo San José, en Arrecife.

Todo muy perfil bajo en lo que se refiere a seguridad y llamar la atención. Zapatero tuvo suerte y no sufrió encontronazos desagradables con ciudadanos descontentos –que, como las meigas, haberlos haylos–. Seguramente fueron poco los que les reconocieron y, por lo tanto, han sido unas vacaciones apacibles sin contratiempos más allá de alguna crítica en la prensa por su poca participación para publicitar la isla.

A diferencia de otros expresidentes de Gobierno, como Felipe González o José María Aznar, que durante los meses de julio y agosto compaginaban la vida familiar con reuniones políticas de bajo nivel en su lugar de vacaciones, José Luis Rodríguez Zapatero se lo toma totalmente de descanso. Pasó 15 días en Lanzarote y no tuvo ningún encuentro con nadie relacionado, ni cargos públicos ni empresarios de la zona con los que no mantuviera una amistad de años. Ha sido tanta su invisibilidad que incluso muchos vecinos no se percataron de su presencia en el pueblo y playa de Famara, reino del kitesurf. La discreta vigilancia era lo único que le diferenciaba, pero hasta en esto había que fijarse.

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