Iñaki Urdangarin aterriza en Barcelona para reunirse con su abogado

A las 9 de la mañana de este jueves, Inaki Urdangarin aterrizaba en el aeropuerto del Prat procedente de Ginebra, según ha podido confirmar Vanitatis. El duque de Palma viajaba por primera vez a España (al menos que haya trascendido) desde que a finales de agosto se instalara con su mujer e hijos en la ciudad suiza, donde la infanta Cristina desarrolla ahora su trabajo para la Fundación La Caixa.

El duque tomó un avión de la compañía de bajo coste Vueling, dado que la entidad bancaria se hace cargo de los viajes de la infanta a Barcelona (al menos de tres al año), pero no de los de su esposo. Tras llegar al aeropuerto, un coche le desplazó hasta la plaza de Sarriá. Allí el duque entró en la famosa panadería artesana Molí Vell, donde estuvo desayunando durante una hora aproximadamente.

Poco después, se dirigió hasta el barrio de El Putxet, donde se reunió con su abogado Mario Pascual Vives. Ambos eligieron esta zona para su encuentro, lejos del despacho del letrado, sitiado habitualmente por los reporteros, y muy cercana a la vivienda de una de las hermanas de Urdangarin.

El duque se ha instalado finalmente en Pedralbes, pero no en el palacete, sino en un hotel situado en la zona, en el que también se alojaba recurrentemente la infanta Cristina cuando viajaba desde Washington. Tampoco la infanta Cristina se instaló en su casa barcelonesa cuando hace unas semanas viajó para visitar la sede en la Ciudad Condal de La Caixa. El palacete está en venta y alquiler desde que lo abandonaran definitivamente para instalarse en Suiza. Ofertaban la vivienda en una inmobiliaria rusa por 9,8 millones de euros y surgió un comprador de dicha nacionalidad que, aunque no hay confirmación, podría haber adquirido la propiedad.

Iñaki Urdangarin no tenía, en principio, intenciones de instalarse en Suiza. Al menos así lo confirmaron fuentes oficiales ligadas a la Casa Real. Sin embargo, los hechos han ido demostrando lo contrario. Aun con todo, al no tener trabajo allí, sus estancias en Ginebra son limitadas, y recurrentemente deberá viajar a España a poner en regla sus papeles. Se comentó que Aga Khan, el multimillonario amigo del Rey, le iba a ofrecer un puesto en su fundación, pero las críticas despertadas por esta noticia llevaron al traste las negociaciones.