Viejo romance, nueva vida: Marta Chávarri vuelve a sonreír tras su terrible accidente
Los últimos años no han resultado muy favorables para Marta Chávarri. A una crisis emocional le siguió un accidente doméstico que casi le cuesta la vida
Los últimos años no han resultado muy favorables para Marta Chávarri. A una crisis emocional en la que estuvo sumida y para la que necesitó apoyo familiar y profesional, le siguió un accidente doméstico que casi le cuesta la vida. Se partió la mandíbula y tuvo varias intervenciones para recomponer estéticamente uno de los rostros que más portadas ocupó a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa, cuando se convirtió en la pareja de Alberto Cortina, que estaba casadocon Alicia Koplowitz. Aquella revolución mediática acabó en boda y después en divorcio. Marta desapareció del mapa social y solo se contabilizan algunas apariciones en celebraciones familiares. De repente se hizo invisible.
Su vida dejó de ser pública y solo quedaba con su grupo de amigos más íntimos. Incluso con ellos tampoco salía, ni siquiera a restaurantes;tenían que visitarla en casa. Dejó de hacer una vida como la que tenía antes. Salvo los incondicionales, que estuvieron con ella para lo bueno y lo malo, se fue reduciendo su núcleo social. Durante ese tiempo tampoco tenía pareja. A excepción de algún tonteo esporádico, Marta Chávarri, la mujer más deseada de los años noventa, estaba sola y con un aislamiento elegido. A veces a los amigos les resultaba complicado entender que las dolencias del alma son silenciosas.
Marta, una mujer que aparentemente lo había tenido todo, de pronto pasó a ser fotografiada acudiendo al centro López Ibor. Dicen los que la conocen que tomar la decisión de pedir consejo externo le costó bastante, pero por fin lo hizo, arropada por sus hermanas Isabel y María, que siempre han estado cerca de ella.
Relación de ida y vuelta
En ese intervalo entre la profunda tristeza y la superación, comenzó a salir con el abogado Antonio Gutiérrez Marcet, hace tres años. La relación parecía funcionar. Marta siempre ha querido hombres mayores que ella, que la protegieran. Primero el marqués de Cubas, después Cortina y por último el abogado. Todo iba bien hasta que Marta decidió tomarse un tiempo y cortó el noviazgo.
Volvió a su vida solitaria donde retomó su hobby, que no es otro que la pintura. Los que han visto su trabajo aseguran que lo hace muy bien, que los cuadros tienen calidad y que podría exponer si quisiera. Incluso que podría convertirse en su medio de vida. Aún no lo tiene decidido, pero en cambio sí que ha vuelto a retomar la relación con Antonio Gutiérrez Marcet, quien, según amistades que conocen a ambos, "está pendiente de Marta y la quiere mucho. Ojalá esta vez funcione". Chávarri aún tiene mucha vida por delante para ser feliz.
Los últimos años no han resultado muy favorables para Marta Chávarri. A una crisis emocional en la que estuvo sumida y para la que necesitó apoyo familiar y profesional, le siguió un accidente doméstico que casi le cuesta la vida. Se partió la mandíbula y tuvo varias intervenciones para recomponer estéticamente uno de los rostros que más portadas ocupó a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa, cuando se convirtió en la pareja de Alberto Cortina, que estaba casadocon Alicia Koplowitz. Aquella revolución mediática acabó en boda y después en divorcio. Marta desapareció del mapa social y solo se contabilizan algunas apariciones en celebraciones familiares. De repente se hizo invisible.