Estos son los lujos que Mario Conde escondía (y los que no) de la justicia

Una vida de lujos

El sumario relativo al segundo encarcelamiento de Mario Conde, acusado de blanquear 13 millones de euros procedentes de Banesto, ha acabado desvelando gran parte de las tretas del exbanquero para ocultar gran parte de su patrimonio ante la incipiente subasta de muchos de sus bienes para saldar las deudas con los accionistas de la entidad bancaria. El diario 'El País' revelaba esta semana que había disfrutado de tres casas en Madrid, de su masía en Mallorca y de tres coches de lujo. Vanitatis hace un repaso por el lujoso tren de vida del exbanquero: casas, fincas agrícolas o tres coches de lujo; los bienes que Conde trataba de ocultar a la justicia y los que no.

Can Poleta, la masía de Mallorca

Esta misma semana, la Audiencia Nacional ratificaba la decisión de un juzgado de Palma para que saliese a subasta esta finca situada en la localidad mallorquina de Port de Pollensa. Perteneciente a esas propiedades 'no ocultas' de Conde, la casa fue uno de los lugares de veraneo del exbanquero, y allí fue donde pasó gran parte de la libertad condicional que obtuvo durante su primer encarcelamiento, cuando pudo abandonar Alcalá Meco durante un tiempo en 1999. La decisión de subastarla se ha tomado porque la sociedad que la adquirió en 2002, GI Beteiligung, estaba controlada por el propio Mario Conde y por uno de sus socios. GI Beteiligung era también una forma de repatriar sus bienes.

Pazo en A mezquita (Orense)

Conde se lo compró al empresario Gabriel Caldelas, exalcalde de A Mezquita, lugar donde está situado el pazo. El método de compra fue lo que puso en alerta a la justicia: el exbanquero lo fue adquiriendo con un contrato de alquiler apalabrado y con derecho a compra. ¿Por qué lo hizo así? La razón estriba en que, hasta 2015, la UE le impedía comprarlo, una regla insalvable, ya que la Administración gallega lo había rehabilitado gracias a fondos europeos. Con su ladrillo anaranjado y su amplio espacio, es el edificio más llamativo y peculiar de la pequeña localidad donde está situado.

Piso en el barrio de Chamartín (Madrid)

Aunque estos días se ha sabido que Conde contaba, nada más y nada menos, con tres casas de lujo en la capital que había ocultado a la justicia, la más conocida de sus viviendas en Madrid fue una situada en el barrio de Chamartín. El propio exbanquero la puso a la venta el pasado mes de abril por un precio de 3,7 millones de euros. El interior del palacete llegó a aparecer en un vídeo de Idealista, que dejó al descubierto sus impresionantes medidas: ocho habitaciones, siete cuartos de baño, tres plantas y una buhardilla. Se trata de una casa construida sobre una superficie de 900 metros cuadrados.

Yate Alejandra

Esta embarcación de lujo, llamada como su hija, Alejandra, estuvo valorada, en su momento, en 2.000 millones de pesetas. Conde traspasó el yate a una sociedad radicada en un paraíso fiscal de la isla de Jersey en 1994. Considerado una especie de fortaleza, mantener el lujoso barco costaba alrededor de 10 millones de las antiguas pesetas. Sus interiores, construidos a base de maderas nobles y con sofás y tapices que parecen salidos del mismísimo Titanic, causaban asombro a todos aquellos que navegaban en él.

Yate Celta Cuarto

Nueve metros de eslora tenía este yate comprado en 1998 por el cuñado del exbanquero, Alejandro Arroyo. Al parecer, Conde lo habría disfrutado desde ese año y los gastos estarían que generaba su mantenimiento estarían cargados a otras cuentas para no levantar sospechas.

Finca Los Carrizos de Castilblanco (Sevilla)

Se trata de una parcela agrícola que fue embargada en 2012. Es la finca más famosa de Conde y está situada en la Sierra Norte de Sevilla. Era propiedad de la familia del exbanquero desde 1989 y allí él y sus hijos comercializaron aceite de oliva virgen extra a partir de 2007. A la propiedad hay anexas dos más: una llamada 'El Cuarto Rincón' y otra, 'La Hacienda de Melonares Bajo'.

Coches de lujo

La justicia también ha descubierto que, a lo largo de todos estos años, Conde ha disfrutado de, al menos, tres coches de lujo. Su pasión por los automóviles es de sobra conocida ya que, en los años 90, su BMW E32 era casi tan famoso como su gomina o su impecable dialéctica. Se trata de un coche de la segunda generación del serie 7, con teléfono integrado y fax, un enfriador de vino, doble acristalamiento o control electrónico de estabilidad.

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