Los Franco brindan con champán rosé en La Finca por los 90 años de Carmencita

Carmen Franco cumplió 90 años el pasado 14 de septiembre. Ese día casi ni lo celebró, porque la mayoría de sus hijos y nietos andaban desperdigados y prefirió esperar a que todos estuvieran en Madrid y así hacer una reunión familiar en condiciones como así tuvo lugar este sábado. La organización corrió a cargo del nieto Luis Alfonso de Borbón, que adora a su abuela, con la que convivió en la casa familiar de Hermanos Becquer (Madrid) tras la muerte del duque de Cádiz. Unos años muy difíciles que sirvieron para que el joven mantuviera unos lazos de unión indestructibles con sus abuelos.

El lugar elegido fue el chalet que los duques de Anjou compraron hace cuatro años en la prestigiosa urbanización La Finca en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Dentro de poco Paloma Cuevas y Enrique Ponce se convertirán en vecinos al cambiar el madrileño barrio de Rosales por una casa con jardín en esta elitista zona. En la fiesta de cumpleaños solo estuvo la familia y Dolores Bermúdez, la amiga íntima de la homenajeada.

No fue fiesta sorpresa, pero casi, porque la festejada no imaginaba que acudieran los siete hijos, todos los nietos y los biznietos. También acudieron las parejas de la mayoría de ellos. Francis Franco acudió con la madre de sus hijos, Miriam Guisasola, con la que ha tenido desencuentros estacionales en el pasado. Llegaron a presentar una demanda de divorcio, aunque después la retiraron. La duquesa de Franco tiene mucho cariño a esta nuera porque sabe de los muchos problemas conyugales de la pareja.

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La cita familiar fue al mediodía y Margarita Vargas se encargó de todo. El almuerzo lo organizaron al aire libre. Mientras iban llegando los hijos y los nietos se sirvió un aperitivo con champán francés rosé. La misma bebida con la que luego todos brindarían por la protagonista. Después, sobremesa mientras los más pequeños disfrutaban del jardín.

Rememorando a Carlos Saura y su 'Mamá cumple 100 años', los Franco volvieron a reunirse, una situación que no suele ser habitual porque, como decía Carmen Martínez-Bordiú, "nos queremos mucho pero cada uno tiene su vida. Juntarnos es dificil". Esta vez sí pudo ser gracias a la iniciativa de los duques de Anjou, aunque en realidad la matriarca había cumplido años diez días antes.

La hija del general Franco ya sopló velas el pasado 14 en La Granja, donde pasa fines de semana en la casa que compró hace años en esa localidad de Segovia. No era un grupo numeroso, porque, como dice la propia duquesa de Franco con humor, "vamos quedando pocas", en referencia a la edad y a las enfermedades adosadas a esta.

En su caso se encuentra en perfecto estado de revista a pesar de su nueva década de vida. No tiene achaques y sigue viajando por el mundo como si fuera una adolescente con su interrail. En esto se parece al Rey emérito. Uno de sus últimos itinerarios fue el que hizo el año pasado por Cuba. Recorrió La Habana con su hija Carmen, que ha heredado ese espíritu nómada de la madre.

 

 

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