Hablamos con Veline Ong, la empresaria china más poderosa de España
Tiene varias licenciaturas relacionadas con la economía y relaciones internacionales y cierra negocios millonarios en una mañana. Ella es la llave del mercado chino en nuestro país
Veline Ong es una de las intermediarias y conseguidoras más importantes en el mundo empresarial chino. Forma parte de esa generación de hijos únicos que se desarrollaron en un mundo más académico que familiar.
Tiene varias licenciaturas relacionadas con la economía, comercio y relaciones internacionales. Maneja una red importante de influencia entre Europa, Asia y Estados Unidos, y cierra negocios de varios millones de euros en una mañana. Entre sus relaciones se encuentran dueños de multinacionales chinas que quieren hacer negocios con productos de España y mantiene amistad con el multimillonario Wang Jianlin, dueño del imperio Wanda, al que asesoró en sus inversiones inmobiliarias en Madrid.
Se casó con un alicantino con el que tuvo una hija y montó en esta ciudad su cuartel general. Sus próximas acciones empresariales tienen como objetivo crear una compañía aérea. Se quedó huérfana de madre a los 13 años y está convencida que ella es la que la ayuda. Mujer espiritual, sigue las enseñanzas de Confucio. Su tiempo libre lo ocupa en pintar, viajar por placer, pasear por la playa de San Juan y comprar compulsivamente. Tiene previsto editar sus memorias y sus reglas particulares para triunfar en la vida. Su primer paso: hacerse visible.
Pregunta: ¿Qué hace una mujer de 37 años como tú gestionando millones de euros y viviendo en Alicante?
Respuesta: Vine a España a estudiar español. Conocía a una persona en Alicante y por eso me instalé en esta ciudad. Después me casé, tuve a mi hija y me divorcié. Monté mi cuartel general porque me gusta su clima y la calidad de vida que tengo en Alicante. Mi trabajo consiste en facilitar las relaciones entre empresarios chinos y el resto.
P: ¿Es una especie de conseguidora?
R: Llámalo como quieras: mediadora, conseguidora, intermediaria. Pongo en contacto a unos inversores con otros.
P: Te convertiste en asesora del dueño del imperio Wanda...
R: Lo que hice fue informar de cómo había que hacer determinadas gestiones cuando quería comprar el edificio de la plaza de España. Es lo que yo sé hacer. El problema fue que había detrás cuestiones políticas. Wanda se hartó y abandonó la compra. Tiene mucho dinero y esa inversión era la más pequeña que manejaba en aquel momento. Mínima comparada con lo que tiene. Por el tema independentista se han paralizado muchas inversiones multimillonarias en Cataluña. Allí la imagen que reciben los inversores es de inseguridad. Yo he tenido unos clientes que han abandonado el mercado catalán.
P: Es curioso que una mujer china tan joven maneje su propia empresa sin apoyo familiar.
R: Siempre tuve claro lo que quería hacer. Me quedé huérfana cuando tenía 13 años y me mandaron a Singapur a estudiar inglés porque en China casi nadie lo hablaba.
P: Formas parte de la generación de hijos únicos donde las salidas del país eran complicadas.
R: Había que demostrar que ibas a volver, hacer mucho papeleo porque China no estaba abierta al mundo. Tuve que estudiar el doble que los demás porque yo no sabía inglés. Estaba sola, no tenía familia y fueron años muy duros. El destino me abrió la puerta con una beca y me fui a Nueva York, donde tenía una tía lejana.
P: ¿Una etapa muy complicada?
R: Muy difícil. La gente me ve siempre sonriente, arreglada, independiente y piensan: “A esta se lo han regalado todo”. Y no fue así. He sufrido mucho hasta llegar a este momento de mi vida.
P: ¿En China la sociedad es machista?
R: Sí, lo es. Por eso cuando empecé a tener reuniones con inversores y gente con un nivel económico muy alto me aprendía cómo funcionaba sus empresa. Hacía los deberes mejor que ellos. Al principio cuando llegaba pensaban que era la secretaria. Tenía claro cual era el objetivo de mi vida. Me he caído muchas veces y me he vuelto a levantar.
P: ¿Has sufrido el racismo por ser china?
R: En España casi nada. En Estados Unidos cuesta más que te acepten. Me casé con un español al que conocí en la Universidad de Alicante. Él era profesor de filosofía y teníamos amigos comunes.
P: La sociedad china es muy cerrada. No se relacionan con extranjeros y tienen sus guetos.
R: Precisamente esa manera de ser es la que me ha servido para crear mi empresa. Es muy difícil hacer negocios con un chino porque son muy desconfiados y solo se fían de los de su raza. Pero cuando te dan la mano es para siempre. Me convertí en ese puente al hablar español y empecé a gestionar importaciones y exportaciones. Me di cuenta de que había muchos productos con los que hacer negocio.
P: ¿Y qué le interesa al empresario de su país?
R: Para empezar hay multimillonarios que quieren invertir en España. Hay productos como el aceite, el jamón, el cerdo ibérico y el vino que tienen mucho éxito en China. La cuestión era convencer a unos y otros de cómo había que comercializarlo y venderlo. Por ejemplo, en Asia no hay cultura de vino y había que introducirlo. Una de las maneras era cambiar las etiquetas por otras más sofisticadas con colores vivos como el rojo y el oro.
P: ¿Crees en el destino?
R: En lo que sí creo es en el espíritu de las personas buenas y en la reencarnación. Mi madre esta aquí, conmigo. Mi hija con tres años me dijo un día: “Mami, la abuela ha venido a verme”, y nunca la había conocido. Confío en los ancestros. Yo no hubiera llegado a nada si no fuera por la fuerza que me ha dado mi madre. Por eso tengo que devolver el bien y quiero financiar unas escuelas con mis fundaciones
P: ¿Es cierto que se puede gastar en un bolso siete mil euros?
R: Sí, y más. He tenido una vida muy dura y he trabajado y trabajo muchas horas. ¿Por qué no me lo voy a comprar? Soy una persona muy ocupada y no tengo tiempo para ir de compras. Con lo cual el día que voy arraso. Me acompañan dos personas y si veo una chaqueta de marca que me gusta, me la compro en todos los colores. Y hago lo mismo con los bolsos. Cuando me ven en muchas tiendas, ya me sacan el champán.
P: ¿Cuál es tu sueño?
R: Ahora me estoy sacando la licencia de piloto porque quiero tener mi propia compañía aérea, Veline Air. Hasta que no controle el negocio, no lo haré. Soy muy paciente.
Fotografía: Daniel Sánchez Alonso
Director de Arte: Bolívar Alcocer
Asistente: Paloma López Learte
Agradecimientos: Hotel Palace, Madrid y atrezzo www.lopezlinaresvintagejewelry.com
Veline Ong es una de las intermediarias y conseguidoras más importantes en el mundo empresarial chino. Forma parte de esa generación de hijos únicos que se desarrollaron en un mundo más académico que familiar.