La hija de Boris Becker triunfa como modelo mientras su padre se declara en bancarrota

Boris Becker atraviesa uno de los momentos más duros de su vida. Desde hace años, el extenista alemán arrastra graves problemas económicos que le han llevado no solo a declararse en bancarrota, sino incluso a poner a la venta sus trofeos más preciados: 81 lotes que incluyen desde equipaciones de su época como jugador a la réplica de su copa del torneo de Wimbledon de 1985.

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Una situación ante la que su hija, Anna Ermakova, parece permanecer ajena. Mientras su padre intenta solventar como puede sus problemas económicos, ella se abre hueco en el mundo de la moda y de Instagram. Su perfil acumula casi 18.000 seguidores y ya se ha subido a diferentes pasarelas demostrando que está preparada de sobra para cumplir su sueño.

Por el momento, poco más conocemos de ella. Llegó al mundo rodeada de polémica: su nacimiento fue fruto de la relación extramatrimonial del tenista con Angela Ermakova, que le costó el divorcio. Nueve meses después nacía Anna, que a pesar de su extraordinario parecido físico con Becker, no fue reconocida hasta siete años después. El mayor escándalo fue que su mujer, Bárbara, estaba embarazada a la vez de su segundo hijo en común.

Aunque se desconoce si mantiene o no relación con su padre y sus dos hermanastros, lo cierto es que nunca asumió su apellido. Todo lo que ha conseguido hasta ahora en el mundo de la moda ha sido gracias a su talento y a su peculiar aspecto: su melena pelirroja y sus voluptuosas facciones la han convertido a sus 18 años en toda una estrella.

Desde su debut en la Berlin Fashion Week de 2014, ha compaginado diferentes trabajos como modelo (ha llegado a protagonizar portadas) de la mano de la agencia Mega de Hamburgo con sus estudios en uno de los mejores colegios de Inglaterra, donde debutó como una auténtica princesa en el Charlotte’s Ball celebrado en el palacio de Kensington con tiara incluida.

Una vida de lo más variada en la que se desenvuelve con una facilidad pasmosa.