La dieta de más de 60.000 años de los aborígenes australianos

Estamos muy acostumbrados a nuestra propia dieta y, aunque seamos conscientes de que la dieta mediterránea es una de las más saludables, no es la única. Por ejemplo, en algunos lugares de Asia, como Okinawa, su alimentación es esencial en la longevidad de la gente, así como algunos aspectos de su cultura.

En Australia, su dieta también fue toda una sorpresa para los colonizadores británicos que llegaron allí, quienes quedaron maravillados con la salud de los aborígenes, que combinaban la alimentación a base de productos autóctonos con el ejercicio físico. Una dieta basada en vegetales, pero también en algunos animales que para nosotros son menos habituales.

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Este sistema de alimentación, que durante tanto tiempo fue típico de la cultura aborigen, corre el riesgo de perderse, por lo que no es raro que se busquen formas de protegerlo y adaptarlo a las dietas actuales, haciéndolo de nuevo atractivo. No solo se trata de esas bayas, verduras y alimentos, también es importante conservar el modo de preparación que los aborígenes empleaban.

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El conocimiento es poder y muchos de estos alimentos tienen propiedades curativas además de las nutritivas, pero es necesario tener conocimientos suficientes para evitar desastres. Porque no sirve cualquier hierba que se cultiva en el bosque, de hecho algunas podrían matarnos.

“Hay 300 tipos de ‘wattles’ (acacias nativas) y solo puedes cosechar unas cuantas”, explica Marie Barbaric, directora ejecutiva de Koorie Kulcha Experience. Son expertos en productos y alimentación aborígenes como pasteles de cocodrilo, emú y ualabíes, así como barramundi (pez) y magdalenas con mirto limón, tal y como recogen en ‘The Food Tech’.

La espinaca nativa es ideal para esos territorios en los que no se puede cultivar de otro tipo, pero comer más de dos kilos en crudo puede causar la muerte.

Vemos frutos desconocidos en la cultura occidental, así como animales que habitualmente no forman parte de nuestras dietas, pero que resultan muy nutritivos, como la polilla del bongong, cuyo valor nutritivo equivale a media hamburguesa.

También en el terreno de la salud se encuentran alimentos como "el limón mirto y el lilly pilly (Syzygium australe)", que tal y como explica Kalkani Choolburra, guía aborigen del Jardín Botánico de Sídney. "Causaron furor (hace una década) en la gente que descubrió que ayudaba en la producción de colágeno como solución tópica y al ingerirlo".

Cada vez se cuida más la memoria para no perder este tipo de conocimientos, no solo a la hora de saber qué productos pueden ser más beneficiosos, también para respetar el modo de recolectarlos, prepararlos y sazonarlos. Chefs de renombre comienzan a incluirlos en sus cartas y sus menús, consiguiendo dar un toque chic a la nueva (y antigua) gastronomía australiana.