La felicidad ya no es lo que creías: esto es lo que dice la ciencia sobre el bienestar duradero
Tal vez la felicidad no se busca en lo grande, sino que se descubre en lo pequeño, lo cotidiano y lo que tiene sentido
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En tiempos de gurús de redes sociales, frases motivacionales y filtros con sonrisas perfectas, la felicidad se ha vuelto una especie de trofeo que todos quieren mostrar, aunque sean pocos los que realmente la sientan. Sin embargo, como hemos leído en 'La voz de Galicia', Javier García Campayo, psiquiatra y catedrático de la Universidad de Zaragoza, ha dedicado su carrera a estudiar el bienestar emocional y lo dice claro: “La felicidad se ha convertido en un objeto de consumo”.
Lejos de los clichés, el experto plantea que la felicidad real no es una emoción efímera ni una meta imposible. De hecho, se trata, más bien, de un estado de bienestar físico y mental que deberíamos poder experimentar con frecuencia, especialmente en sociedades desarrolladas. Y no, no se trata solo de genética o química cerebral (aunque la serotonina y las endorfinas juegan su papel), sino de algo mucho más profundo: tener un sentido en la vida.
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Según este catedrático, encontrar un propósito que conecte con nuestras decisiones diarias es clave. En concreto, esa brújula personal nos ayuda a atravesar situaciones difíciles sin desorientarnos. A eso se suma otro ingrediente fundamental: rodearse de personas con las que uno pueda ser auténtico. Las relaciones sólidas, lejos de likes y comentarios, siguen siendo la base de una vida feliz.
Sin embargo, respecto a las redes sociales, como casi todo, dependen del uso que se les dé. Al respecto, Campayo advierte que el problema aparece cuando se transforman en un escaparate donde fingimos una felicidad que no sentimos, alimentando la frustración y el aislamiento. Es muy habitual que se muestre solo lo bueno en estos perfiles que, sin ser mentira, no refleja toda la realidad de la vida de una persona.
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Pero quizá lo más revelador es que la felicidad no está en grandes logros ni en el éxito profesional. De hecho, muchas veces esa carrera por triunfar nos aleja de lo que realmente importa. Para reconectar con lo esencial, el doctor sugiere un ejercicio simple, pero potente: imaginarte con 80 años y pensar qué te gustaría haber hecho con tu vida. Spoiler: no suele ser “trabajé sin parar”.
De esta forma, si pensabas que ser feliz era tenerlo todo, quizá es hora de parar y preguntarte: ¿Qué es lo que de verdad te hace bien? Porque tal vez la felicidad no se busca en lo grande, sino que se descubre en lo pequeño, lo cotidiano y lo que tiene sentido. Nada es casualidad, todo pasa y ocurre con un por qué.
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En tiempos de gurús de redes sociales, frases motivacionales y filtros con sonrisas perfectas, la felicidad se ha vuelto una especie de trofeo que todos quieren mostrar, aunque sean pocos los que realmente la sientan. Sin embargo, como hemos leído en 'La voz de Galicia', Javier García Campayo, psiquiatra y catedrático de la Universidad de Zaragoza, ha dedicado su carrera a estudiar el bienestar emocional y lo dice claro: “La felicidad se ha convertido en un objeto de consumo”.