La princesa Magdalena de Suecia, tras los pasos de la infanta Cristina

Los problemas para Magdalena de Suecia parecen no tener fin. Primero fue su supuesta crisis sentimental con Chris O’Neill y más tarde los líos de su marido con el fisco que, según algunos, les llevaron a abandonar Estados Unidos. Ahora, en su país natalse están alzando voces (muchas autorizadas) en su contra. Muchos creen que la hija pequeña de Carlos Gustavo y Silvia debe renunciar a su título de Alteza Real. Magdalena no cumple ya con ninguna de las obligaciones que la dignidad de princesa lleva impuestas y, al igual que ocurrió en España con la infanta Cristina, su pueblo no entiende por qué debe seguir siendo parte de la Familia Real.

Alice Bah, la ministra de Cultura y Democracia de Suecia, fue una de las primeras en alzar la voz contra Magdalena. Tal y como ella misma contó en un programa de radio, no entiende la actitud de la hermana de Victoria. “No quiere que la entrevisten, no quiere hablar de nada, pero sí quiere ser princesa y recibir los honorarios. Hay algo aquí que no concuerda”, decía la política, quien se sintió decepcionada tras pedirle una entrevista a Magdalena en su visita al ducado de Gävle y que esta se la negara. Y es que, según Bah, “todos los responsables políticos y miembros de la Familia Real deberían hablar con la prensa abiertamente y contestar a todo lo que se les pregunte, ya que viven del dinero de los contribuyentes”.

También Anna Mellin, la directora de Aftonbladet, uno de los diarios más importantes de Suecia, ha mostrado su descontento respecto al comportamiento de la princesa, haciéndose eco del malestar que hay entre los suecos. “Me parece mal que existiendo problemas financieros relacionados con Chris O’Neill y su esposa, la Casa Real sueca o la misma Magdalena no salgan a decir algo a sus ciudadanos. Los periodistas siempre obtenemos respuestas cortas y sin sentido, que nos hacen dudar aún más”, explica Mellin en su columna. La periodista ve una solución clara para la benjamina de los reyes: “Magdalena no tiene que ser princesa si ella no quiere. Puede renunciar a su título si no le gustan sus responsabilidades”, explica.

Pero no es solo su silencio lo que se le recrimina a Magdalena, sino también su falta de agenda institucional, un hecho que también se le echó en cara a la infanta Cristina y fue la causa principal por la que dejó de recibir sus 25.000 euros anuales de las arcas públicas. Todos los miembros de la Familia Real deben cumplir con una serie de actos oficiales para justificar el elevado sueldo que reciben anualmente. Pero Magdalena, tal y como hizo la hija de Juan Carlos y Sofía, ha dejado de lado sus compromisos oficiales, así que según lo estipulado no tendría por qué recibir ningún salario del Estado sueco.

Paralelismo con la infanta Cristina

Es evidente que existe un claro paralelismo entre las vidas de la princesa Magdalena de Suecia y la infanta Cristina. Como ahora le está ocurriendo a la sueca, la hija de Juan Carlos y Sofía vivió un momento de repudio por parte de los ciudadanos provocado por los chanchullos económicos de su marido, Iñaki Urdangarin. Aunque en el caso del multimillonario inglés Chris O’Neillsus problemillas financieros no han llegado a los juzgados, mucho se ha hablado de su implicación en varios fraudes fiscales, en los que, siguiendo la estela de Cristina, también podría haber participado Magdalena.

Y es que la princesa de Suecia tiene un 3% de acciones de una de las empresas de su marido, un hecho que no ha sido muy bien visto en su país, pues los miembros de la Familia Real no pueden participar en negocios privados. Curiosamente, la infanta Cristina también está muy presente en la trama del ‘caso Nóos’ y su firma aparece en muchos documentos. A causa de su participación, la infanta fue alejada de la Familia Real, pero, por el momento y aunque se ha insistido mucho, no ha renunciado a su título de infanta.

Pero las coincidencias entre ambas mujeres no acaban aquí. Ambas han vivido durante una temporada en Estados Unidos, la infanta Cristina en Washington y la princesa Magdalena en Nueva York, y las dos debieron regresar a su país por los problemas financieros. Además, sus matrimonios han sufrido numerosos rumores de crisis matrimonial. En el caso de la hermana de Felipe VI, se dijo que fue la propia Casa Real quien la presionó para que dejara a Urdangarin con la intención de limpiar la ya dañada imagen de la monarquía. Magdalena, por su parte, viviría una mala situación con Chris a causa del distanciamiento, pues ella en la actualidad vive en Suecia junto a la hija de ambos, y él no tiene residencia fija y viaja de país en país según su agenda laboral.

El ejemplo de Victoria

Los que critican a Magdalena ponen como ejemplo de buena actitud y saber hacer a su hermana, la princesa Victoria, quien cuenta con una agenda completísima y nunca ha tenido ningún problema en hablar con los medios. Cuando durante su juventud sufrió anorexia, la heredera no se escondió y ‘explicó’ a los suecos su problema, al igual que ocurrió con su dislexia. La última muestra de la accesibilidad de Victoria es que hace apenas un mes, durante la celebración del 70 aniversario de la liberación de Auschwitz, un periodista le preguntó su opinión sobre los nazis, haciendo hincapié en que uno de sus antepasados siguió los pasos de Hitler. Aunque pareció un poco incómoda por la cuestión, Victoria le contestó que estaba totalmente en contra del nazismo.