Espartaco ya tiene heredero

Cuando su suegra Felicidad Salazar Simpson le pidió hace cinco años que le echara una mano con la ONG Padre Arrupe que preside, Espartaco no lo dudó y tuvo la idea de organizar un festival taurino con grandes figuras, que por supuesto no cobrarían. El dinero recaudado iba directamente a proyectos de la organización (Ver álbum).

 

Durante las ediciones anteriores, los compañeros no le han defraudado y siempre que han podido han colaborado con él. El domingo se celebró en la plaza de Navalcarnero una de estos festivales con un cartel de lujo. El propio organizador, Esplá padre e hijo, El Cid, Ponce y Ortega Cano, que sustituyó a El Fandi. La plaza abarrotada de gente y de caras conocidas y solidarias como María Ángeles Sanz; Patro Soto Ferrer; Vicki, la dueña del restaurante de moda Candela de Palacio; Jaime Peñafiel y Carmen; Ramón Rato; Jaime Ostos y María Ángeles Grajal; el dueño del Asador Donostiarra; Pedro Abrega, totalmente recuperado y a quien Ponce tuvo el detalle de brindarle su toro, Mimi Esplá; la pintora Peñuca de la Serna; la periodista Cecilia García; Gabriela Arenas; la directora de la revista Carácter Verónica Zabala… además de gente anónima que lleno la plaza.

 

Y lo más emotivo, la vuelta al ruedo de Espartaco con su hijo Juan. El niño, con la mano en alto, llevaba la oreja que había ganado su padre. Al acabar el recorrido triunfal, Juanito Ruiz se agachó, recogió albero e hizo el amago de besar la arena. Un gesto muy taurino que lo solía hacer Espartaco cuando estaba en activo para agradecer el cariño de la plaza y que el domingo puso en pie a los aficionados de Navalcarnero.

 

Según dicen, el pequeño de los Espartaco-Rato, a sus ocho años, es un entusiasta. Tiene ya su capote y hace sus pinitos en el campo. Cuentan los que entienden que el muchachito tiene madera. ¿Será el sucesor de su padre? El tiempo lo dirá. Lo que sí demostró el domingo el torero es lo buena persona que es dentro y fuera del ambiente taurino.