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Isabel Preysler ya habla de boda: "Primero tiene que llegar el divorcio de Mario"
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ACUDIÓ SOLA, SIN VARGAS LLOSA

Isabel Preysler ya habla de boda: "Primero tiene que llegar el divorcio de Mario"

La 'socialite' ha ejercido de madrina de la nueva sede que la familia Rabat ha abierto en Barcelona. También estuvo Jaime de Marichalar, gran amigo de los joyeros

Foto: Isabel Preysler junto a Esteban Rabat y Rosa Mairal (Gtres)
Isabel Preysler junto a Esteban Rabat y Rosa Mairal (Gtres)

Isabel Preysler, como el general romano Julio César, llegó, vio y venció en Barcelona. Fue la estrella indiscutible en la inauguración de la nueva sede de la firma joyera Rabat en la Casa Codina, una joya arquitectónica de Antoni Rovira en pleno paseo de Gracia, junto a La Pedrera. Hubo menos expectación que en cualquier estreno de Madrid porque en Barcelona la gente no se echa a la calle por la reina de corazones ni por los vips como Mar Flores, Astrid Klisans -mujer de Baute-, Jaime de Marichalar o Susana Gallardo, dueña de Pronovias, que fue la mas admirada y mejor calzada de la noche con unos escarpines rosas y dorados extraordinarios.

Los que no se cansaban de hacer fotos eran un grupo de asiáticos que plasmaban todo lo que se movía, incluidos los actores disfrazados de Golfos Apandadores (los ladrones del universo del Tío Gilito), que servían de atrezo en la impresionante inauguración del espacio de la familia joyera de Badalona. No entendían lo que sucedía, pero daba igual, foto va, foto viene, mientras los foráneos pasaban de largo. Cuestión de singularidades, que diría Artur Mas.

El 'expresident' no acudió a la cita de Esteban Rabat y sus hijos, aunque estaba invitado, igual que la actual alcaldesa de la Ciudad Condal, Ada Colau, que prefiere dar brillo con su presencia a otro tipo de actos a pesar de que este caso resulte espléndido para la imagen de Barcelona. Lo confirmaba Xavier Trias, exalcalde de la ciudad, que acudió con su hijo y se marchó en cuanto comenzó el tumulto con la llegada de Isabel Preysler. “Estas iniciativas fortalecen la proyección internacional de Barcelona", explicaba añadiendo que echaba de menos no tener ya el bastón de mando. “No lo llevo nada bien porque me gusta mandar y ahora ya no mando ni en mi casa”, decía con sentido del humor cerca de Alberto Fernández Díaz (PP), Xavier Albiol (PP) y Jaume Collboni (PSC), que fueron la representación política del estreno joyero. Todos ellos coincidían en que “es necesario promover la excelencia para traer inversiones y no al contrario”.

La presencia de Jaime de Marichalar fue mucho más discreta que la de Preysler. El exduque acudió en calidad de amigo y, por lo tanto, sin acuerdo crematístico futuro como en el caso de la reina de corazones. Contó que se encuentra en una etapa de su vida muy tranquila, que sus hijos progresan adecuadamente: Victoria en Madrid y Froilán en Estados Unidos, donde se ha acoplado relativamente bien a la vida académica de su internado. Hace poco recibió la visita de la infanta Elena y en un mes se espera la llegada a España del adolescente, coincidiendo con las vacaciones de Navidad. Saludó a Isabel Preysler, con la que ha coincidido en varias ocasiones. No estuvieron mucho tiempo juntos porque la estrella era la novia de Vargas Llosa y Marichalar prefiere la discreción.

La Isabel más comunicativa que otras veces

Isabel Preysler, con esa falsa humildad que acompaña a sus declaraciones públicas, explicaba a 'Vanitatis' que “no entiendo tanta expectación. Nunca pensé que mi historia con Mario diera tanto de sí para la prensa”. Una explicación un tanto chusca si se tiene en cuenta que todas las noticias relevantes de su vida y la de sus hijos se convierten en exclusivas con compensación económica de por medio. Contó que las joyas de su vida eran sus cinco hijos y que sentía que Ana se fuera de casa, pero que “la va a venir bien tener su independencia”. Explicó que le gustaba mucho Barcelona, pero que le parecía un poco triste lo que estaba sucediendo en Cataluña. “Prefiero por prudencia no hablar más del tema”. Al comentarle que Vargas Llosa sí era muy claro con respecto a la independencia y así lo expresó el mes pasado en el Ateneo de Madrid, dijo: “Es verdad. Él se siente un poco catalán. Vivió aquí varios años y habla catalán”.

Isabel fue más comunicativa que otras veces y contó que "por ahora no hay anillo de pedida" y que sí que han hablado de boda, aunque las "cosas tienen que ir poco a poco, porque primero tiene que llegar el divorcio". Como adelantó 'Vanitatis', antes de marcharse el Nobel a Estados Unidos ya pasaba la mayoría de los días en casa de su novia y fue definitivo cuando abandonó la suite del hotel Eurobuilding. La reina de corazones también quiso dejar claro que la prensa del corazón "son los que mejor se portan". Explicó que Mario se molestó con el 'New York Times' porque lo que se dijo no se ajustaba a la realidad.

Vestida con un mono de Elie Saab que combinaba las transparencias con el negro del pantalón presentaba un aspecto impecable. Pregunta directa: ¿Tiene que ver que estés enamorada? Sonrisa coqueta y respuesta clara: “Seguramente será eso”.

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Isabel Preysler, como el general romano Julio César, llegó, vio y venció en Barcelona. Fue la estrella indiscutible en la inauguración de la nueva sede de la firma joyera Rabat en la Casa Codina, una joya arquitectónica de Antoni Rovira en pleno paseo de Gracia, junto a La Pedrera. Hubo menos expectación que en cualquier estreno de Madrid porque en Barcelona la gente no se echa a la calle por la reina de corazones ni por los vips como Mar Flores, Astrid Klisans -mujer de Baute-, Jaime de Marichalar o Susana Gallardo, dueña de Pronovias, que fue la mas admirada y mejor calzada de la noche con unos escarpines rosas y dorados extraordinarios.

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