La princesa Charlene de Mónaco se 'desmelena' en el Caribe sin su marido

En el Caribe. Sin su esposo, pero en buena compañía. Así ha sido ‘cazada’ Charlene de Mónaco mientras disfrutaba de las cristalinas aguas de St Barth. Aprovechando que el príncipe Alberto se encuentra en los Juegos Olímpicos de Sochi, su mujer ha pasado unos días de asueto rodeada de caballeros. Hasta ahí, sus vacaciones podrían haber pasado desapercibida. Porque, un paparazzi ha captado cómo la consorte no sólo ha compartido una jornada de sol caribeño entre amigos, sino que también ha profesado continuas muestras de afecto como besos y abrazos a otro hombre.

El amplio reportaje fotográfico ha sido publicado por la revista alemana Bunte. Pero no sólo se limitan a mostrar el material gráfico, que ya ha creado cierta controversia dentro del principado monegasco y también fuera de sus fronteras, sino que además deja en el aire la pregunta de si este es el “comportamiento propio de una princesa”, mientras describe cómo la esposa del líder de los Grimaldi “se suelta la melena”.

“Pillados, las fotos del escándalo”, titula la citada publicación, para englobar las cinco páginas de imágenes que ya están pululando por las redacciones. En actitud distendida y entre carcajada y carcajada, la consorte monegasca mantiene en todo momento contacto físico con sus sonrientes acompañantes algo que, desde Bunte, consideran que “no le gustará al príncipe Alberto”.

También compartieron mesa y mantel en un lujoso restaurante de la zona, situado en la isla Bonito. El almuerzo dio paso a las copas de vino y, una vez que el ambiente estaba embriagado, las muestras de cariño se dejaron ver. No obstante, desde la citada publicación explican que el entorno de la princesa asegura que uno de los protagonistas de las imágenes es un cura amigo de la familia: “Charlene fue allí a misa y donó un equipo de salvamento por valor de 1.350 euros. Después invitó al reverendo anglicano Charlie Vere Nicoll, a su mujer Mandie y a otros miembros de la congregación a comer”. Y precisamente las fotografías tituladas como “del escándalo”, pertenecen a dicha velada. ¿Fue entonces para tanto?