El príncipe Eduardo: 42.000 euros por un vuelo en jet privado que en tren cuesta 284
Buckingham se ha visto obligado a publicar un comunicado ante la indignación provocada en Reino Unido por el cargo a las arcas públicas del vuelo privado entre Tamworth y Poole
El príncipe Eduardo es uno de los integrantes de la familia real británica que más labores de representación pública lleva a cabo. Y quizás ese ímpetu por cubrir al completo la agenda de eventos fue lo que lo ha metido en un embrollo. Ayer cogía un avión privado desde la ciudad de Tamworth hacia Poole, trayecto solo de ida con una duración de 31 minutos y que le habría costado el nada módico precio de 42.000 euros. ¿Existían otras alternativas? Un billete VIP de tren que recorriera estos 214 kilómetros habría reducido este presupuesto a 284 euros.
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Esto ha encendido sobremanera a los grupos antimonárquicos del país británico, que tachan este suceso como un “flagrante abuso de dinero público”. Graham Smith, representante de la organización ‘Republic’, ha instado a perseguir este despilfarro proveniente de fondos públicos nacionales: “Tenemos que tomar más en serio la extravagancia de la familia real. Deberían de coger el transporte público o coches que redujeran drásticamente los costes”.
El hijo pequeño de Isabel II se movía a Poole, en el condado de Dorset, para asistir a un homenaje que conmemoraba la muerte de la gobernante inglesa Ethelfleda de Wessex. Algo que no parece justificar este desembolso para sus críticos.
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Tal ha sido la polémica que un portavoz de Buckingham se ha visto obligado a salir al paso y ha hecho unas declaraciones oficiales en el 'Daily Mail' culpando al exceso de trabajo del conde de Wessex: “Como siempre, la seguridad, el uso eficaz del tiempo y la necesidad de minimizar los tiempos muertos a los demás se tienen en cuenta cuando se toman decisiones sobre el transporte real”.
Cabe destacar que el hermano del príncipe Carlos apoyó 285 compromisos monárquicos durante el año 2017, lo que lo convierte en uno de los miembros más involucrados socialmente del clan Windsor. Tal es su agenda que no pudo asistir el sábado pasado al desfile Trooping the Colour organizado por su madre, a donde sí asistió su esposa, la condesa Sofía, y la hija de ambos, Louise. Eduardo se encontraba en Hong Kong en otro acto oficial.
El príncipe Eduardo es uno de los integrantes de la familia real británica que más labores de representación pública lleva a cabo. Y quizás ese ímpetu por cubrir al completo la agenda de eventos fue lo que lo ha metido en un embrollo. Ayer cogía un avión privado desde la ciudad de Tamworth hacia Poole, trayecto solo de ida con una duración de 31 minutos y que le habría costado el nada módico precio de 42.000 euros. ¿Existían otras alternativas? Un billete VIP de tren que recorriera estos 214 kilómetros habría reducido este presupuesto a 284 euros.