Gladiator, el nuevo amigo del rey Mohamed VI: de la cárcel alemana al palacio real
Un boxeador alemán de 32 años y de origen marroquí acompaña desde abril al monarca alauí en las fiestas religiosas y en sus vacaciones. La exesposa del rey, Lalla Salma, veranea en Grecia y Niza
En los innumerables selfies que se hacía con emigrantes marroquíes en sus largos viajes al extranjero, Mohamed VI no sonreía y a veces parecía algo ausente. Quizás eran su preocupación por sus problemas de salud -fue operado en febrero con éxito de una arritmia cardiaca en París- o la desazón que le causaba su divorcio de la princesa Lalla Salma, anunciado en marzo por la revista '¡Hola!', las causantes de este aspecto sombrío.
Ahora, en las fotografías que se hace con sus nuevos amigos, los hermanos Azaitar, el rey de Marruecos exhibe una nítida sonrisa. “Nos alegra tanto ver a nuestro rey feliz y gozando de buena salud”, es un comentario que acompaña a veces las imágenes del monarca distribuidas por las redes sociales y reproducidas por los diarios digitales marroquíes.
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Los tres hermanos Azaitar franquearon, por primera vez, la puerta del Palacio Real de Rabat el 20 de abril. Casi de sopetón establecieron entonces una intensa amistad con el soberano alauí. Mohamed VI quería recibirles en audiencia para felicitarles por sus éxitos en los campeonatos alemanes de Artes Marciales Mixtas (MMA, según sus siglas en inglés), un deporte que compagina técnicas de lucha modernas y tradicionales y que, en apariencia, se asemeja bastante al boxeo.
Trajeados de negro y encorbatados, los tres hermanos se fotografiaron junto al monarca exhibiendo el trofeo ganado por Othman Azaitar en un campeonato alemán, un enorme cinturón con dorados. Ese mismo día, un viernes, el rey, que es comendador de los creyentes (jefe espiritual de los musulmanes marroquíes), se los llevó a la mezquita Hassan de Rabat. Les mandó colocar nada menos que en una segunda fila, detrás de él y del príncipe heredero Moulay Hassan. Las cámaras de la televisión marroquí les grabaron entonces rezando la Salat Joumoua (oración del viernes).
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No fue, sin embargo, con Othman Azaitar ni con Omar, que es a la vez agente y entrenador, con quien Mohamed VI estableció la relación más estrecha, sino con su hermano Abu Bakr de 32 años, 1,8 metros de altura y 84 kilos, según su ficha de deportista. A los tres les invitó en mayo a un 'iftar' en palacio, la cena con la que concluye la jornada de ayuno durante el Ramadán, pero con Abu Azaitar fue más allá. Compartió con él a mediados de junio la fiesta del Aid el Fitr, la segunda más importante del islam. Con tanta cena y tanto ágape no es de extrañar que el soberano no tuviera un hueco en su agenda para recibir, como se lo solicitó tras su investidura, a Pedro Sánchez, el nuevo presidente del Gobierno. Ya el 3 de enero canceló la visita de Estado de los Reyes de España a Marruecos y desde entonces tampoco ha propuesto fecha alguna para celebrarla.
Con el rey en un descapotable
Tras la fiesta islámica, Mohamed VI regresó, el 18 de junio, por enésima vez de vacaciones a París, pero el 29 ya estaba de vuelta en Marruecos. Tres días después reanudaba su descanso, esta vez en el norte de su país donde acostumbra a veranear. Allí apareció Abu Bakr Azaitar el primer fin de semana de julio. Fue visto con el rey en coche descapotable en la costa de Achakar, cerca de Tánger, también en los alrededores de la residencia real Lalla Oum Sidi; cenaron, por último, a bordo de un velero en el puerto deportivo de la ciudad (Marina Bay), según el diario de Casablanca 'Akhbar al Youm'.
Ambos inspeccionaron además el palacio de Moulay el Mehdi, en el barrio tangerino de Marchane, que el rey ha decidido convertir en club deportivo y poner al frente a Abu Bakr Azaitar, según la prensa marroquí. No es de extrañar que su huésped en Tánger se muestre agradecido y se deshaga constantemente en elogios al monarca en las redes sociales.
“Es increíble hasta qué extremos nos cuida”, escribió en inglés Abu Bakr Azaitar a finales de mayo después de la cena. “¡Mil gracias por todo!”. “¡Queremos a nuestro rey!”. “(…) ha hecho posible mi preparación al combate con un buen ambiente a su lado”, concluyó.
Habla árabe fluido
La preparación debió de ser buena. Primer marroquí inscrito en el Ultimade Fighting Championship (UFC), una competición prestigiosa, derrotó el 22 de julio en el Barclaycard Arena de Hamburgo al brasileño Vitor Miranda. Desde el mismo cuadrilátero, al acabar la pelea, expresó emocionado su gratitud: “Doy las gracias a mi rey Mohamed VI que me ha apoyado, gracias papá, gracias mamá, viva el rey”. Acabó gritando “Alá ajbar” (Dios es grande). Le queda algún poso de su educación islámica en la escuela saudí de Bonn.
Apodado Gladiator en los círculos en los que se mueve, Abu Azaitar nació, como sus hermanos, en Alemania, adonde sus padres emigraron desde Marruecos. Los tres ostentan la nacionalidad marroquí pero, a diferencia de otros hijos de emigrantes, hablan un árabe fluido. Estuvieron escolarizados en la König-Fahd Akademie (Academia del Rey Fahd) en Bonn, financiada por Arabia Saudí, e investigada a principios de la década pasada por posibles vínculos con la organización terrorista Al Qaeda. Ninguno de los hermanos Azaitar ha mostrado, sin embargo, simpatía alguna por el islam radical.
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Sus problemas con la justicia fueron de otra índole, pero el deporte, las artes marciales, han servido para redimir a un joven que empezó por mal camino. Cuando tenía 17 años fue imputado por “agredir brutalmente a un hombre de negocios, amenazarle con matarle rociándolo con gasolina y robarle su Ferrari”, según relata 'Bloody Elbow', una publicación especializada en artes marciales. “El arranque de Abu Azaitar en la UFC de Hamburgo, empañado por su pasado criminal”, es el titular del trabajo periodístico de investigación.
Su vida carcelaria
Abu Bakr Azaitar fue condenado, en junio de 2004, a dos años y tres meses de cárcel, y su hermano Omar, que actuó como cómplice, a 20 meses y, por tanto, no ingresó en prisión. El joven, que acabó de cumplir su pena con 20 años, relató a la televisión de Colonia su vida carcelaria dedicada a proteger a los “reos alemanes de algunos grupos extranjeros sin escrúpulos”.
A su salida de prisión, en 2006, no estaba, sin embargo, del todo reinsertado. Golpeó, según 'Bloody Elbow', a otro deportista en un gimnasio y le partió la nariz. Su novia de entonces le puso también una denuncia por agredirla hasta reventarle el tímpano en un mercado de Navidad. En 2007 Abu Bakr Azaitar emprendió, por fin, un rumbo más pacífico gracias a las artes marciales.
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Cuando Abu Bakr Azaitar propinaba puñetazos en el cuadrilátero de Hamburgo, el rey continuaba sus vacaciones en Alhucemas, la capital del Rif, otro de sus lugares vacacionales preferidos, adonde llegó en un yate que zarpó de Rincón, en la costa de Tetuán, muy cerca de Ceuta. El año pasado la rebelión rifeña, recién sofocada por las fuerzas de seguridad, le hizo renunciar a Alhucemas, pero ahora recorre sus calles en su descapotable.
Lalla Salma, de vacaciones en Grecia
Su exesposa, la princesa Lalla Salma, ha sido autorizada a salir del país para pasar unos días de vacaciones con sus hijos, el príncipe heredero Moulay Hassan y la princesa Lalla Khadija. Ha regresado a su destino favorito, Grecia, y ahora se encuentra en Niza aunque los tres han debido ir de excursión a la vecina Portofino (Italia). Una periodista marroquí asegura haberla visto allí.
En los innumerables selfies que se hacía con emigrantes marroquíes en sus largos viajes al extranjero, Mohamed VI no sonreía y a veces parecía algo ausente. Quizás eran su preocupación por sus problemas de salud -fue operado en febrero con éxito de una arritmia cardiaca en París- o la desazón que le causaba su divorcio de la princesa Lalla Salma, anunciado en marzo por la revista '¡Hola!', las causantes de este aspecto sombrío.