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Telma Ortiz, 10 años del juicio que perdió pero con el que salió ganando
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un momento muy controvertido

Telma Ortiz, 10 años del juicio que perdió pero con el que salió ganando

La hermana de la reina Letizia fue protagonista de un proceso por el que se calcula que acabó pagando unos 45.000 euros en concepto de costas

Foto: Telma Ortiz en la boda de Felipe y Letizia. (Cordon)
Telma Ortiz en la boda de Felipe y Letizia. (Cordon)

Cuando Kate Middleton se casó con el príncipe Guillermo hubo alguien que, involuntariamente, le robó parte del protagonismo. No fue otra que su hermana, Pippa Middleton, todo un descubrimiento en la boda por su belleza y elegancia, que llevó a que se creara un personaje que a día de hoy sigue siendo protagonista de la crónica social sin que ella parezca que esté molesta con esta situación. Más bien al contrario.

Algo similar se intentó que ocurriera en España con Telma Ortiz, hermana de la ahora reina Letizia, a quien hasta la revista alemana 'Bunte' quiso relacionar con Alberto de Mónaco en 2005. Sin embargo, a diferencia de Pippa, decidió una vida de perfil bajo y alejada de los focos. En pleno apogeo del interés mediático que despertaba, hizo una arriesgada apuesta: acudir a los tribunales.

Aunque la jugada le salió mal, porque acabó pagando, según se calculó en su momento, unos 18.000 euros en concepto de costas judiciales (inicialmente se habían calculado unos 45.000, pero posteriormente se rebajó la cantidad), logró su propósito: su figura pública se fue desdibujando hasta hoy día, que apenas aparece en los medios de comunicación.

Un circo mediático

Nos tenemos que remontar a mayo de 2008, cuando Telma decidió denunciar a más de 50 medios de comunicación para evitar que su imagen saliera en la prensa. Y se gestionó de tal manera que con esta iniciativa consiguió el efecto contrario del que pretendía. La vista abierta, celebrada en el Juzgado de Instrucción nº 3 de Toledo, se convirtió en un auténtico circo mediático. Se analizó hasta el más mínimo detalle de lo que aconteció en la sala y se generaron más noticias de las que se pretendían evitar antes de dar este paso.

placeholder Telma Ortiz Rocasolano, hermana de la entonces Princesa de Asturias, a su llegada al Juzgado de Primera Instancia número 3 de Toledo. (EFE)
Telma Ortiz Rocasolano, hermana de la entonces Princesa de Asturias, a su llegada al Juzgado de Primera Instancia número 3 de Toledo. (EFE)

Su abogado, Fernando Garrido, hacía un relato de las motivaciones de la pareja para acudir a los tribunales en los siguientes términos: "Telma Ortiz y Enrique Llop no son personajes públicos. No son ni quieren ser famosos. Sufren un permanente acoso las 24 horas del día y corren peligro físico real. El acoso es insoportable",

Era un paso arriesgado, pues hubo abogados de ciertos medios de comunicación que manifestaron que lo que Telma pretendía era instaurar la censura previa y se generó un debate bastante intenso sobre su persona. Y en términos jurídicos era insólito porque era la primera vez que se pretendía tomar medidas no sobre algo publicado, sino por algo que ni siquiera existía.

Era difícil que su insólita pretensión prosperara, como vaticinaron numerosos expertos jurídicos consultados esos días, y así la juez titular, María Lourdes Pérez Padilla, desestimó las medidas cautelares que solicitaban los demandantes (la propia Telma y su novio, Enrique Martín Llop) y les condenó a pagar las costas del juicio, pues consideró que tanto la hermana de la ahora Reina como su pareja eran 'personas con proyección pública'.

Pese a este revés, decidió recurrir a una instancia judicial superior, la Audiencia Provincial de Toledo, que nuevamente quitó la razón a los demandantes en noviembre de ese mismo año. Aunque el tribunal consideró que había ciertas dudas sobre si eran personajes públicos o no, no revocó la sentencia anterior. Por este motivo, los abogados de Telma y Enrique manifestaron mediante un comunicado que no compartían para nada la resolución.

¿La guerra perdida?

Recordemos que Telma Ortiz, cuando planteó su demanda, estaba en un momento de gran interés por su vida personal. Había estado de cooperante en Filipinas con su pareja, que era delegado de Cruz Roja en aquel país, pero decidió volver a España en diciembre de 2007 para dar a luz aquí. Su hija Amanda nació en marzo del siguiente año y en diciembre de 2010 se publicaba la ruptura de la pareja.

Posteriormente, Telma rehízo su vida con Jaime del Burgo, lo que volvió a suscitar cierta atención mediática, aunque bastante menor que en los años previos. Posteriormente se casarían y su relación generó numerosas especulaciones, hasta que algunas de ellas se cumplieron: se divorciaron en 2016.

LEA AQUÍ: ¿Qué fue de Telma Ortiz?

Ahora que se va a cumplir una década de esa guerra perdida con los medios de comunicación, sí que podemos concluir que, sin embargo, a la larga salió ganando. De alguna forma dejó de aparecer paulatinamentne en la prensa y a día de hoy ha conseguido llevar una vida casi anónima, que era la pretensión principal de su demanda.

En la actualidad su vida es discretísima con su hija Amanda en Barcelona, donde trabaja en la Fundación Universitaria ESERP, una escuela de negocios especializada en másteres, con sede en la Ciudad Condal, Madrid y Mallorca.

El pasado mes de abril cobraron una gran dimensión unas imágenes suyas en su moto, pues se le preguntó sobre el rifirrafe entre Letizia y la reina Sofía en la misa de Palma. Ante la cuestión de si su hermana requería comprensión, dijo un 'absolutamente' que informativamente adquirió una gran importancia.

placeholder Telma Ortiz a la salida de su trabajo. (Quimi Ortiz)
Telma Ortiz a la salida de su trabajo. (Quimi Ortiz)

Telma, que mantiene desde hace años una estrecha relación con la familia Tous, no se prodiga en actos públicos, más allá de los estrictamente relacionados con su vida laboral y no deja que haya constancia gráfica de los encuentros que mantiene con su hermana. Así que si lo que quería hace 10 años es que los medios no reprodujeran imágenes suyas para mantener la privacidad, lo ha conseguido, pero por otro camino, el de no exponerse ella misma.

Cuando Kate Middleton se casó con el príncipe Guillermo hubo alguien que, involuntariamente, le robó parte del protagonismo. No fue otra que su hermana, Pippa Middleton, todo un descubrimiento en la boda por su belleza y elegancia, que llevó a que se creara un personaje que a día de hoy sigue siendo protagonista de la crónica social sin que ella parezca que esté molesta con esta situación. Más bien al contrario.

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