El rey Juan Carlos pone en práctica su jubilación y 'desaparece'

El rey Juan Carlos ha hecho efectiva su jubilación. La institucional y también la semipública. Se le esperaba la semana pasada en la presentación del libro del mesonero Lucio en el Wanda, la sede del Atlético de Madrid. Tampoco acudió a la fiesta de puesta de largo de su nieta preferida, Victoria Federica, y no se le ha visto este fin de semana en Sanxenxo con sus amigos de regatas.

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Si no hay cambio de última hora, los próximos 15 y 16 de julio tendría que participar con el Bribón en la competición 6MR. En esta categoría quedaron campeones del mundo el año pasado y tanto el armador Pedro Campos como el resto de la tripulación esperan convalidar el título en Finlandia en agosto. De ahí que este verano el ex jefe del Estado no recale en Mallorca para compartir las vacaciones con el resto de familia real y la regata con su hijo Felipe VI.

La excusa oficial del año pasado para no aparecer en el club náutico tuvo que ver con una lesión repentina en la mano derecha. Una realidad que en el ambiente marinero pocos creyeron. Diez días después don Juan Carlos viajaba a la localidad gallega para navegar por la ría de Pontevedra en la misma categoría en la que debería haberlo hecho en la bahía de Palma en la edición 2018.

Roland Garros

Una de las razones que se barajaron para colocar al ex jefe del Estado fuera de juego fueron las conversaciones que se hicieron públicas entre Corinna Larsen y el excomisario Villarejo, que no dejaban en buen lugar a don Juan Carlos. Para que no hubiera posibles encuentros con la prensa se eliminó su presencia.

Ahora su invisibilidad es elegida y no impuesta. Su jubilación le permite estas ausencias, que en algunos casos, como en el homenaje que se rindió a Lucio el día de la presentación del libro sobre su vida, resultó llamativa. La última vez que tuvo una aparición presencial fue en la final del Roland Garros, acompañado por la infanta Elena. A partir de ese momento parisino, no se le ha vuelto a ver.

Ha comenzado su agenda veraniega, que podría haber iniciado como el año pasado en la Costa Azul, donde también hay competiciones náuticas. En este caso no sería para participar sino para reunirse con sus amistades. Hasta Saint Tropez se desplaza anualmente el poder económico internacional, y aunque la vertiente deportiva y marinera marca los horarios, también hay tiempo para la diversión, sobre todo para degustar la alta cocina. Uno de sus lugares preferidos es Senequier, también uno de los locales más emblemáticos de la zona. Y para don Juan Carlos, el circuito gastronómico es importante en esta nueva agenda de ocio que sigue desde que eligió ser jubilado.