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Al rey Juan Carlos ya no le quedan amigos de su juventud
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AMISTADES PELIGROSAS

Al rey Juan Carlos ya no le quedan amigos de su juventud

Zourab Tchokotua, José Luis de Vilallonga, Manuel Prado y Colón de Carvajal y el rey Hassan II formaron parte del núcleo duro de amigos íntimos del emérito

Foto: El rey Juan Carlos. (Getty)
El rey Juan Carlos. (Getty)

Hace unas semanas fallecía en Marruecos Zourab Tchokotua, uno de los últimos amigos que quedaban vivos del que fuera el grupo influyente e íntimo de don Juan Carlos y que compartían viajes privados y veranos en Mallorca con él. De este equipo poderoso también formaron parte José Luis de Vilallonga (marqués de Castellvell), Manuel Prado y Colón de Carvajal (que se encargó de la economía privada del monarca durante mas de veinte años) y el rey Hassan de Marruecos.

Después llegarían al entorno real Javier de la Rosa y Mario Conde, que tuvieron problemas con la justicia y a los que el general Sabino Fernández Campo definió como "amistades peligrosas". Estos últimos nunca compartieron (por edad) la intimidad juvenil de los otros.

Zourab Tchokotua desapareció de Mallorca hace años, pero continuó su amistad con don Juan Carlos, con el que coincidía en viajes y estancias fuera de España. Una manera de mantener la intimidad sin altavoces públicos. Los dos amigos se conocieron a los veinte años en Lugano, donde vivía en su 'exilio dorado' la reina Victoria Eugenia. No compartieron pupitre (como se ha dicho) en un internado en Suiza. De origen georgiano, por vía paterna, nació en Estados Unidos y ya siendo mayor de edad viajó a Europa, donde conoció en los llamados encuentros de juventud a Juanito 'el chico de los Barcelona', como se le conocía a don Juan Carlos en los ambientes de la élite social y regia. En aquellos años, el príncipe español formaba parte del grupo de los hijos de reyes exiliados con poco patrimonio y mucho encanto.

placeholder Un joven don Juan Carlos junto a su padre. (Getty)
Un joven don Juan Carlos junto a su padre. (Getty)

Se hicieron inseparables y de ahí la gran complicidad entre los dos que les llevaría, en el futuro, a compartir no solo amistad sino también rentabilidades económicas.Tenía 81 años, los mismos que don Juan Carlos, y aunque no ha sido una figura representativa en la vida pública, sí lo fue en el entorno de influencias de Zarzuela.

La pandilla real

Fue junto con Prado y Villalonga conocedor desde siempre de los aciertos, desaciertos, debilidades, habilidades e intimidades afectivas del anterior jefe del Estado. Nunca se llevó bien con doña Sofía, que lo consideró un intrigante. Entre otras cosas porque cuentan que fue quien presentó a Marta Gayá a don Juan Carlos.

En esta historia amorosa hay otra versión: el escritor y aristócrata José Luis de Vilallonga aseguraba que había sido él quién facilitó ese encuentro y de ahí esa confianza con el Rey del que fue su biógrafo oficial. En aquellas charlas de mañana y tarde en el palacio de Marivent se grabaron muchas conversaciones que sirvieron para las primeras y únicas 'confesiones del Rey'. Nunca se ha sabido qué ocurrió y dónde terminaron esas cintas.

Villalonga fue el amigo divertido, elegante y transmisor de todos los chismes, historias y rumores que circulaban en los ambientes del poder económico y social. Fue uno de los pocos que no medró a la sombra del amigo monarca. En su última etapa vivía de alquiler muy cerca de la casa de Syliane, su primera mujer, quien le cuidó hasta que murió el 30 de agosto del 2007. A diferencia de los Tchokotua y De la Rosas (genérico que utilizaba el general Sabino Fernández Campos para definir a las amistades peligrosas), el marqués de Castellvell le caía bien al mejor jefe de su Casa que ha tenido don Juan Carlos. Fue una especie de Pepito Grillo al que le costó su puesto la honestidad.

placeholder Juan Carlos, en una imagen de archivo. (Getty)
Juan Carlos, en una imagen de archivo. (Getty)


Tchokotua tenía tratamiento de príncipe en el Gotta internacional aunque ni él ni su familia tuvieran corte ni reino ni nada parecido. Se buscó la vida y la encontró en Mallorca al amparo del Rey de España y de Marieta Salas, una de las grandes fortunas de la isla, con la que se casó y, muchos años después, se divorció.

Tuvo problemas con la justicia, como casi todos los íntimos de aquella época del monarca, y se 'exilió' a Marruecos donde continuó con sus negocios a la sombra del rey Hassan, otro de los grandes amigos de don Juan Carlos, al que llamaba "hermano mayor".

El compadre del emérito

El monarca alauita murió hace veinte años y en su funeral se pudo ver al Rey de España muy emocionado dando el pésame a su hijo. Esa amistad sirvió para que muchos años después hiciera una gestión personal para que Felipe González (ya expresidente) pasara unas vacaciones relajadas y privadas en un lujoso y privado riad de Tánger propiedad de la familia real marroquí. El nexo de unión de ambos fue Simeón de Bulgaria. A partir de ese primer encuentro hubo buena química y no solo mantuvieron relaciones como jefes de Estado que eran, sino que compartían aficiones como la caza tanto en fincas de Extremadura y Toledo como en safaris en África y Centroeuropa.

placeholder El rey Juan Carlos le da un abrazo al rey Hassan II de Marruecos. (EFE)
El rey Juan Carlos le da un abrazo al rey Hassan II de Marruecos. (EFE)

A esas jornadas cinegéticas se unía el hermano pequeño de Hassan, Moulay Abdalá, que falleció en 1983, y en ocasiones Manolo Prado y Colón de Carvajal, quizá el verdadero hombre de confianza de don Juan Carlos, que pasó por la cárcel por no traicionar al amigo. Unas conversaciones privadas con el emérito y personalidades de los Emiratos que se grabaron ilegalmente llegaron al despacho del empresario catalán Javier de la Rosa. Prado nunca desveló ningún dato que pudiera involucrar en negocios poco claros al jefe del Estado. Fue senador, diplomático y administrador privado, pero sobre todo fue el fiel escudero. Ningún miembro de la familia real acudió al entierro en Sevilla en diciembre de 2009. En su lugar, una enorme corona de rosas blancas y rojas con la firma de SSMM los Reyes.

Con la muerte de Zourab Tchokotua se cierra una etapa vital del hoy monarca jubilado.

Hace unas semanas fallecía en Marruecos Zourab Tchokotua, uno de los últimos amigos que quedaban vivos del que fuera el grupo influyente e íntimo de don Juan Carlos y que compartían viajes privados y veranos en Mallorca con él. De este equipo poderoso también formaron parte José Luis de Vilallonga (marqués de Castellvell), Manuel Prado y Colón de Carvajal (que se encargó de la economía privada del monarca durante mas de veinte años) y el rey Hassan de Marruecos.

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